Belle Isle, 1949
Nos desnudamos la primera noche cálida de primavera
y bajamos corriendo hacia el río Detroit
para bautizarnos en el piélago
de piezas de coches, peces muertos, bicicletas perdidas,
nieve fundida. Recuerdo que nos sumergimos
tomados de la mano con una muchacha polaca de la universidad
a la que no había visto antes, y que el frío
entrecortó nuestros gritos al mismo tiempo,
y la ascensión a través de las capas
de oscuridad hasta la atmósfera final sin luna
que era este mundo, la muchacha saliendo
a la superficie después de mí y alejándose a nado
en las aguas sin estrellas hacia las luces
de la avenida Jefferson y las chimeneas
de la vieja fábrica que ya no parpadeaban.
Volvernos por fin para no ver ninguna isla
sino una calma perfecta oscura hasta
donde alcanzaba la vista, y de pronto una luz
y otra flotando a lo lejos
para conducirnos a casa, barcos graneleros quizá, o fumadores
que caminaban solitarios. Regresar jadeando
a la playa tosca y gris en la que no nos atrevimos
a echarnos, los húmedos montones de ropa,
y vestirnos el uno junto al otro en silencio
para volver al lugar de donde vinimos.
Philip Levine (Detroit, Estados Unidos,1928), The Vintage Book of Contemporary American Poetry (ed. J.D.Mc Clatchy), Vintage Books, Nueva York, 1990
Versión de Jonio González
Belle Isle, 1949
We stripped in the first warm spring night
and ran down into de Detroit River
to baptize ourselves in the brine
of car parts, dead fish, solen bicycles,
melted snow. I remember going under
hand in hand with a Polish highschool girl
I'd never seen before, and the cries
our breath made caught at the same time
on the cold, and rising through the layers
of darkness into the final moonless atmosphere
that was this world, the girl breaking
the surface after me and swimming out
on the starless waters towards the lights
of Jefferson Ave. and the stacks
of the old stove factory unwinking.
Turning at last to see no island at all
but a perfect calm dark as far
as there was sight, and then a light
and another riding low out ahead
to bring us home, ore boats maybe, or smokers
walking alone. Back panting
to the gray coarse beach we didn't dare
fall on, the damp piles of clothes,
and dressing side by side in silence
to go back where we came from.
Foto: Philip Levine en Library of Congress Blog
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