Una estatua, coloreada al uso etrusco
Pero si esta misma mañana..., tan lejos está
el tiempo
en que todo era criado unidamente, mechón
de pelo de muchacho
(allí donde están las casas, enrojecidos tienen sus
muros),
carne de color chartreuse, huesos pegados al declive
de la sien,
y escudos quebrados, y hay hachones que arden todavía.
... antes de esta mañana. (Postigos
de la infancia,
calles en las que el vapor brotaba
del pavimento,
y los niños se hamacaban en las escaleras
de incendio,
et bulla aureast, pater quam dedit mihi natali die).
El muchacho tiene los ojos tiesos, ojos que miran
cosas que no existen,
en mitad del retículo de la ciudad hecha escombros,
iluminada apenas por el amarillo químico
de la luna porosa.
Estoy junto a semejanzas de muertos y depósitos
de los muertos,
respirando un mismo aire entre los dientes separados,
con la cara llena de bultos, y hacia donde
vaya mi vista distingo
figuras de furias, brazos arrancados que enarbolan
cofias,
escenas de un estrafalario revolcarse,
de las que ya no me habré de librar.
Rafael Bielsa (Rosario, 1953), Explendor, Ediciones El Lagrimal Trifurca, Rosario, 1994
Ilustración: De la serie Carlos Alonso en el Infierno, 2004, Carlos Alonso
Por suerte, 2 Bielsa de lujo. Uno en el campo político-poético; el hermano, en el campo deportivo.
ResponderBorrarGran poeta rosarino, lastima la camiseta leprosa.
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