sábado, marzo 16, 2024

Jan de Jager / De "Casa de cambio, 4"




El tiro por la culata

Leyendo Colt & Co., enciclopedia de las armas de fuego, me entero del triste 
fin del genial armero Charles Trimbull Welby.

El mayor Welby dedicó los últimos años de su vida a desarrollar el arma de 
fuego perfecta: un rifle con virtualmente cero desviación y rango infinito. 
Velocidad del proyectil = c/4, es decir un cuarto de la velocidad de la luz. 
Poder de penetración ilimitado.

El día que procedió a probar la precisión y potencia de su invento, la bala 
pegó la vuelta al mundo atravesando todo lo que se le atravesaba, y lo 
descerebró por atrás.





[Ya sabemos que en nuestro universo a esa velocidad el proyectil hubiese 
escapado a la fuerza de gravedad del planeta, internándose en los fríos y 
oscuros espacios infinitos, pero nos gusta imaginar esta escena en un mundo 
que se rige por las leyes de los dibujos animados, más específicamente las 
del Correcaminos y el Coyote]


Escultura mental

Ensamblar, a modo de mosaico tridimensional
todos los trozos, todos los fragmentos, las esquirlas
que quedaron después de que Miguel Ángel
terminara de esculpir el David.

Imaginar el bloque resultante,
todo mármol y grietas y pegamento,

en cuyo centro hay un David de aire.


Literal

y si el clavel del aire
          fuese de veras eso, 
                               del aire:

                                sin el árbol o el cable 
                                        en que se apoya, 
                                              apenas el clavel,

                                                      flotando ahí, 
                                                            floreciendo



Horacio remozado

Ves cómo el cerro se puso blanco de alta nieve,
los árboles hacen horas extra para sostenerla 
y los ríos de tan súbito congelarse 
dejaron la marca de la frenada.

Aquí adentro no le hagamos caso al frío, 
échale unos buenos troncos al fuego, 
descorcha un falerno de los caros, amado 
mío, y de todo lo demás que se hagan 

cargo los dioses, que en cuanto hayan 
domado los vientos que marean a las olas 
del lago, ya no se sacudirán ni los cipreses 
ni los añosos olmos. Lo que traerá el futuro, 

MAÑANA, no preguntes: los equis días que 
el destino te otorgue son tiempo ganado que 
podrás, deberás dedicar a la danza y los amores.
Ahora que eres mocito y aún no peinas canas 

gruñonas, en parques y plazas ve a encontrarte, 
a la hora acordada, al anochecer, con esa chica 
escondida que revela con risitas su escondrijo, 
y recuerda que no se esconde de ti, sino para ti.

Odas 1.9


Primavera porteña

                         Cras amet qui nunquam amavit et qui amavit cras amet.

Y otra vez la primavera porteña llena el aire de un aroma vagamente 
inquietante, que te frisa los huesos, y te deja solo y cachorro en medio del 
viento de retoños y brotes. El pecho se hincha y los tuétanos se estremecen. 
Eros arremete y afloja las rodillas, ardiente y dulce.

Sopla una brisa tibia y escalofriante como un acorde de J. J. Cale, como un 
huayno de Uña Ramos. En algunos lugares del universo ciertos conjuntos 
de átomos generan calor, otros emiten polen, la retama florece, en Santa 
Fe alguien se enamora, en Düsseldorf una orquesta y un coro interpretan 
la sinfonía Coral de Ludwig van Beethoven como ni siquiera él mismo la 
imaginó, en Tucumán, el 24 de septiembre el ejército anuncia haber dado 
muerte a nueve guerrilleros. El 25 muere en Tucumán Celia A P, y en 
Santiago del Estero hallan un cadáver N N no identificado. El 26 muere 
Zulema A R W y dos supuestos guerrilleros en V. Ballester. El 30 mueren 
Felipe R A y Eduardo L L. 

Cerca de las Malvinas, un pesquero noruego arponea una ballena. En Sydney, 
alguien se olvida el reloj en la mesa de luz de su amante. En Tokio alguien 
come fugu.

de Noticias del 75

Jan de Jager (Buenos Aires, 1959)

Relámpagos
, 4
Viajera Editorial,
Buenos Aires, 2023











Poemas de Jan de Jager en Otra Iglesia Es Imposible

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