sábado, abril 15, 2023

António Ramos Rosa / El tiempo concreto




El tiempo duro
con estas uñas de piedra
este hálito pobre
de órganos hambrientos
estas cuatro paredes de alcohol y ceniza
este río negro corriendo en las noches como una cloaca

El tiempo magro
en que mis manos divididas
nítidamente separadas y caídas
a lo largo de un cuerpo de cansancio
piden el precipicio la hecatombe clara
el acontecimiento decisivo

El tiempo fecundo
de sueños envueltos, repetidos como un hálito de fiebres
repetidas en la misma almohada de las noches y de los días,
de las calles agrestes y pequeñas del dolor
familiar y preciso como una limosna segura

El tiempo oscuro
de la peste consentida del vicio proclamado
de la sed manoseada por los amigos
del hambre concreta de un sueño prohibido
y del sabor amargo de un remordimiento invisible

El tiempo ausente
de los ojos de un deseo de ciudades claras
en que saludamos perdidos las soluciones erguidas
con voces bien distintas de cadáveres opresores
con gritos sofocados de supuestos problemas

El tiempo presente
de circunstancias feroces que levantan muros reales
de fantasmas de carne que nos apretan las manos
de anécdotas contadas en otro mundo de cafés
y de vidas de otros siempre fracasadas

El tiempo de los sueños
sin coraje para poder vivirlos
con murallas de muertos que no se quieren morir
con razones de más para poder vivir
con una fuerza tan grande que tenemos que ahogarla
en el fragor de los versos disfrazados

El tiempo implacable
en el que juramos de pie vivir hasta el final
más grandes que nosotros ser todo el grito desnudo
pureza conquistada en el seno de la vida impura
un rayo de sol de sangre en la cara devastada

El tiempo de las palabras
en una circulación sombría como un pozo
de ecos incontrolados
de timbres inesperados
como monedas de sangre acuñadas en una noche
demasiado corta y con luna de más

El tiempo impersonal
en que fingimos tener un destino cualquiera
para que nos conozcan los amigos forzados
para nosotros mismos nos sintamos humanos
y esta carga de tinieblas este dolor sin límites
la podamos llevar en una valija portátil

El tiempo del silencio
en que la risa postiza de los clientes de la vida
finge ignorarlo mientras solucionamos
de rabia de razón reprimida revuelta
y los señores del sentido común pasean divertidos

El tiempo de la razón
(y no de la fantasía)
en que los versos son soldados comprimidos
que guardan las armas dentro del corazón
que rasgan sus muñecas para hacer de la sangre
la tinta de escribir de una nueva canción

António Ramos Rosa (Faro, Portugal, 1924 – Lisboa, 2013), Periódico de Poesía, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 27 de marzo de 2023
Traducción de Fermín Vilela


Foto: António Ramos Rosa, 2004 David Clifford/Público


O tempo concreto

O tempo duro
com estas unhas de pedra
este hálito pobre
de órgãos esfomeados
estas quatro paredes de cinza e álcool
este rio negro correndo nas noites como um esgoto

O tempo magro
em que minhas mãos divididas
nitidamente separadas e caídas
ao longo dum corpo de cansaço
pedem o precipício a hecatombe clara
o acontecimento decisivo

O tempo fecundo
dos sonhos embrulhados repetidos como um hálito de febres
repassadas no travesseiro igual das noites e dos dias
das ruas agrestes e pequenas da mágoa
familiar e precisa como uma esmola certa

O tempo escuro
da peste consentida do vício proclamado
da sede amarfanhada pelas mãos dos amigos
da fome concreta dum sonho proibido
e do sabor amargo dum remorso invisível

O tempo ausente
dos olhos dum desejo de claras cidades
em que acenamos perdidos às soluções erguidas
com vozes bem distintas de cadáveres opressores
com gritos sufocados de problemas supostos

O tempo presente
das circunstâncias ferozes que erguem muros reais
dos fantasmas de carne que nos apertam as mãos
das anedotas contadas num outro mundo de cafés
e das vidas dos outros sempre fracassadas

O tempo dos sonhos
sem coragem para poder vivê-los
com muralhas de mortos que não querem morrer
com razões de mais para poder viver
com uma força tão grande que temos de abafar
no fragor dos versos disfarçados

O tempo implacável
em que juramos de pé viver até ao fim
maiores dos que nós ser todo o grito nu
pureza conquistada no seio da vida impura
um raio de sol de sangue na face devastada

O tempo das palavras
numa circulação sombria como um poço
de ecos incontrolados
de timbres inesperados
como moedas de sangue cunhadas numa noite
demasiado curta e com luar de mais

O tempo impessoal
em que fingimos ter um destino qualquer
para que nos conheçam os amigos forçados
para que nós próprios nos sintamos humanos
e este fardo de trevas esta dor sem limites
a possamos levar numa mala portátil

O tempo do silêncio
em que o riso postiço dos fregueses da vida
finge ignorá-lo enquanto soluçamos
de raiva de razão reprimida revolta
e os senhores de bom senso passeiam divertidos

O tempo da razão
(e não da fantasia)
em que os versos são soldados comprimidos
que guardam as armas dentro do coração
que rasgam os seus pulsos para fazer do sangue
a tinta de escrever duma nova canção

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