Dentro de un rato, ¿vendrás a cocinar el pollo –
bajarás nuestras escaleras debajo de la musa vestida de azul de Vermeer,
pasarás los cuatro cuadrados de vidrio de nuestra puerta de entrada verde
e irás a la cocina a través de las habitaciones blanqueadas?
¿Dejarás las cosas que amas –a Robert Bly, a Francis Ponge,
las sirenas chirriantes de Wagner, y le echarás un ojo al pollo?
Quiero que con los dedos le pongas pimienta y limón, tomillo,
que lo untes con manteca, que hagas salir rimas suculentas de debajo de su piel
para que se cocine con ritmos, metáforas y ajo, juegos de palabras,
limas y letras, canciones del horno palpitante entre nuestras prensas azul cielo.
El gato en la pared del patio se relame, las remeras colgadas
son una pantalla sin cabeza y sin brazos que protege tu gran trabajo.
Oh, maestro cocinero, oh, mi buen poeta, mi muy querido chef, incluso el hombre.
que cuelga de la grúa verde que se balancea sobre Patrick Street
hace una pausa para inhalar tus olores culinarios que se elevan
más dulcemente que la hierba que él inhala antes de saltar a su muerte.
Abrimos la ventana de la cocina, la poesía se precipita a los cielos,
¡un arado!, ¡una Venus!, ¡un firmamento de ideas! –
tu cabello es un garabato de líneas, tu beso dulce como un haiku en mi mejilla,
y este pollo sorprende a la oscuridad en un amanecer bien alimentado.
Enda Wyley (Dún Laoghaire, condado de Dublín, 1966), Poems for Breakfast, Dedalus Press, Dublín, 2004
Versión de Jorge Fondebrider
Dedalus Press - Poetry Ireland - The Irish Times - My Second Spring - The Poetry Project - UCD Library Special Collections/YouTube - La Biblioteca de Marcelo Leites - Poetas Siglo XXI
MASTER CHEF
In a little while will you come and cook the chicken –
climb down our stairs under Vermeer’s blue-gowned muse,
pass the four glass squares of our green front door and walk
to the kitchen through the white-washed rooms?
Will you leave the things you love – Robert Bly, Francis Ponge,
Wagner’s screeching sirens, and come to look at our chicken?
I want you to pepper and lemon it, thyme it with your fingers,
fatten it with butter, press succulent rhymes under its skin
so that it is a roast of rhythms, metaphors and garlic, clever puns,
limes and lyrics, throbbing oven songs between our sky-blue presses.
The cat on the yard wall licks its lips, T-shirts on the washing line
are a stirring armless, headless screen protecting your great work.
O master cook, O my fine poet, my much loved chef, even the man
dangling from the green crane that swings over Patrick Street
pauses to inhale your culinary odours rising sweeter than the weed
he inhales before jumping to his death.
We push the kitchen window open, poetry rushing into the skies,
a plough, a Venus, a firmament of ideas! –
your hair a scribble of lines, your kiss sweet as a haiku on my cheek,
and this chicken startling the darkness into a well-fed dawn.
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