viernes, septiembre 02, 2022

Alejandro Michel / De "La guerra de los mundos"




París, 26 de julio de 1794

Pronto saldrá el sol, la niebla enrojece.
Robespierre no ha dormido esta noche.
Sentado en la cama con la peluca puesta,
quiere escribir un poema, no un discurso.
Ha escrito el mismo comienzo una y otra vez,
cuatro líneas que hablan del fuego y la lluvia.
Las lee en voz alta en la soledad de la habitación.
Algo está mal -piensa-, algo no suena como el fuego
en los bosques o la lluvia de invierno en los tejados.
Mis palabras crujen como un barco que se hunde.
Oigo los gritos de pavor, el amotinamiento, los disparos.
No hay sobrevivientes, las olas embisten contra el alba.
Debo tachar lo escrito -piensa-. Continuaré esta noche.


En el Titanic

El capitán Smith escucha el último parte médico y exclama:
¡Ojalá hubiéramos chocado contra un iceberg durante la noche!
¡Ya estaríamos todos en el fondo del océano,
sin vida, claro, pero menos muertos que ahora en este barco!
No hay peste que no provenga del futuro,
del pasado solo nos llegan la melancolía y el remordimiento.
Hemos telegrafiado al futuro, pero es en vano, nadie responde.
Hemos telegrafiado CQD y luego SOS y luego CQD otra vez,
una ocurrencia de Jack Phillips, el enamorado del Marconi,
pero nada, no hay telegrafistas despiertos del otro lado del tiempo.
Somos 269 metros de horror a la deriva, los fogoneros se sublevan.
La gente huye de los camarotes y agoniza boqueando en las cubiertas,
les falta el aire en medio del aire, justo aquí, en alta mar.
Es como si a los peces les faltara el agua en medio del agua.
Y abajo, en lo profundo del casco, donde viajaban los inmigrantes
–desocupados de Italia, Suecia e Irlanda, andrajosos y simpáticos–,
el paso de la peste ha dejado una fosa común abierta y mal iluminada.
Es triste, pero no injusto. Seguiremos telegrafiando a lo desconocido.
¡Que la orquesta suba al puente de mando, necesitamos un poco de música!

Alejandro Michel (Mar del Plata, Argentina, 1958-Buenos Aires, 2022), La guerra los mundos, inédito
Envío de Alejandra Boero


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