lunes, septiembre 12, 2022

Alicia Silva Rey / Dos poemas




Topologías

Una entre innumerables erguida 
sobre lo que por el momento llamaríamos
las patas posteriores,
ramonea como la gacela de Waller
(o gacela-jirafa), las plantas espinosas.
Algunas emociones la ponen más clara o
más oscura, amarilla o rojiza con una
mancha negra como de iguana joven.
Anda en la arena, la excava,
peligrosa como un elápido,
su veneno es arma de doble filo.
La nariz y los ojos emergen
mientras el resto del cuerpo despunta
bajo las aguas. Su plumaje
de adulto no ha llegado, aun caza
sola en el tierno crepúsculo.
Como los lemmings,
cae de las nubes
los días de tempestad.
Relicario de faunas remotas
ha conservado su determinación
nativa. A merced de olas altas,
especie de medusa, segrega
un ectoplasma de larguísimos
filamentos.
Rupestre, roja, solar,
una curiosidad sin límites
acelera
su muerte.


[Notas sobre un jardín en crisis] 

SEÑALES DE ADVERTENCIA EN OFIDIOS

Yo quería inventar.
¡Todo estaba inventado! 
serpientes, veneno, coloración, sonido, 
futurología, debates, entretenimiento,
muchos organismos poseen
una tecnología que reduce 
la posibilidad de detectarlos

otros tienen formas, estructuras, coloraciones
similares a otras especies que confunden o engañan
al depredador

algunos emiten señales de advertencia
sobre su peligrosidad
- que es cuando las señales emitidas favorecen
la honestidad de las presas
al persuadir al depredador de no comérsela-.

Todo estaba en las antiguas permutaciones,
en los conceptos mismos
de exterminio y salvaguarda
y consunción de una presa:
la delgadez, la anchura, el reverbero,
una coloración distintiva, 
olores o sonidos,  
un sistema conductual de defensa 
secundariamente adquirido.

La peligrosidad de una presa precede 
al desarrollo de la señal de advertencia.
¿La peligrosidad de una presa precede 
al desarrollo de la señal de advertencia?

Todo estaba inventado,
sellado, inventariado:
la biosfera, los amuletos, el vino, 
la tierra plana, las larvas, 
las dominaciones, el fervor,
las presas peligrosas crípticas y conspicuas
los depredadores que aprenden 
a evitar más fácilmente las conspicuas.

Yo quería inventar no sólo el psicoanálisis,
no sola;
no sólo las artes comparadas,
no sola;
no solo la selección de parentesco 
(no sola) 
en la que las interacciones mutualistas 
entre individuos emparentados 
modifican la frecuencia genética 
para la clasificación de las señales 
de carácter honesto.

Yo quería inventar
no sola: 
la señalización, los códices, los códigos,
la imprenta, el software, los hardware
cualquier tipo de señalización:
el color en las serpientes de coral
u otra, estratégicamente costosa
en el sentido de requerir
gasto de producción o mantenimiento
como el cascabeleo en crótalos 
o bien
una combinación de ambos tipos de señalización,
digamos, la intensidad de la coloración 
en ranas arlequines. 

Todo estaba inventado.
¡Nada quedaba ya por inventar!

Todo a punto
para el aprendizaje memorable
por parte del depredador.
Todo a punto de estallar, procrear,
intervenir modificadores de experiencia, 
a punto, insisto, de malversar
la eficacia de un sistema
por ejemplo:
¿qué hacer ante 
la inmadurez o
la inmunidad co-evolutiva 
entre un depredador,
la intensidad de la señal de advertencia
y la variabilidad de grado
entre toxicidad o peligrosidad de las presas?

¡Todo estaba inventado!
las cucharas bermellón, los crespones,
las cabinas aeroespaciales, 
la radiación intramolecular,
la experiencia predatoria y psicológica de un depredador
y con ello la credibilidad de una señal, 
¿no cierto?

[inéditos]

Alicia Silva Rey (Quilmes, Buenos Aires, Argentina, 1950)

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Foto: Mural virtual de Marine Chereau Alicia Silva Rey/Facebook

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