sábado, febrero 29, 2020

Francisco García Jiménez / Siga el corso

















[Tango]

Esa Colombina
puso en sus ojeras
humo de la hoguera
de su corazón...
Aquella marquesa
de la risa loca
se pintó la boca
por besar a un clown.
Cruza del palco hasta el coche
la serpentina
nerviosa y fina;
como un pintoresco broche
sobre la noche
del Carnaval.

Decime quién sos vos,
decime dónde vas,
alegre mascarita
que me gritas al pasar:
"-¿Qué hacés? ¿Me conocés?
Adiós... Adiós... Adiós...
¡Yo soy la misteriosa
mujercita que buscás!"
-¡Sacate el antifaz!
¡Te quiero conocer!
Tus ojos, por el corso,
va buscando mi ansiedad.
¡Tu risa me hace mal!
Mostrate como sos.
¡Detrás de tus desvíos
todo el año es Carnaval!

Con sonora burla
truena la corneta
de una pizpireta
dama de organdí.
Y entre grito y risa,
linda maragata,
jura que la mata
la pasión por mí.
Bajo los chuscos carteles
pasan los fieles
del dios jocundo
y le va prendiendo al mundo
sus cascabeles el Carnaval.

[1926]

Francisco García Jiménez (Buenos Aires, 1899-1983)

Nota del Ad.: Aquella marquesa de la risa loca cita el famoso poema de Rubén Darío "Era un aire suave", incluido en Prosas profanas (1896), conocido entre la gente culta e incluso popularmente en aquellas décadas en Buenos Aires:

(...)

La marquesa Eulalia risas y desvíos
daba a un tiempo mismo para dos rivales,
el vizconde rubio de los desafíos
y el abate joven de los madrigales.

(...)

Al oír las quejas de sus caballeros
ríe, ríe, ríe la divina Eulalia,
pues son su tesoro las flechas de Eros,
el cinto de Cipria, la rueca de Onfalia.

¡Ay de quien sus mieles y frases recoja!
¡Ay de quien del canto de su amor se fíe!
Con sus ojos lindos y su boca roja,
la divina Eulalia ríe, ríe, ríe.

Tiene azules ojos, es maligna y bella;
cuando mira vierte viva luz extraña:
se asoma a sus húmedas pupilas de estrella
el alma del rubio cristal de Champaña.

Es noche de fiesta, y el baile de trajes
ostenta su gloria de triunfos mundanos.
La divina Eulalia, vestida de encajes,
una flor destroza con sus tersas manos.

(...)

¿Fue acaso en el Norte o en el Mediodía?
Yo el tiempo y el día y el país ignoro,
pero sé que Eulalia ríe todavía,
¡y es cruel y eterna su risa de oro!

Fuera de que el tango recrea en el carnaval porteño el ambiente engañoso de los bailes de trajes cortesanos, que a su vez imitaban el carnaval popular, que a su vez era mímesis de las saturnales romanas en que el engaño era liberado, la letra revela la honda relación del tango con la poesía modernista. La risa cruel y el "desvarío" -la fingida histeria- en un ambiente artificial son el tema de fondo de tango y poema. El tango pone en boca de la desconocida un dardo certero: "soy la misteriosa mujercita que buscás". Colombina o Eulalia, pero no sin duda la mujer real bajo el antifaz. El vínculo con el modernismo se hizo más evidente en el tango de cabaret, especialmente el de la década de los 40, impregnado de sensualidad mórbida.

Todo Tango - Letralia - Tango y folklore argentinoEl LitoralCancioneros - Carlos Gardel/Calvo/YouTube

Ilustración: El Litoral 25.6.2011

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