miércoles, febrero 28, 2018

James Merrill / Ángel















Sobre mi mesa de trabajo, zumbador y engreído
(aunque no mucho más grande que un colibrí),
envuelto en finas telas, escuela de Van Eyck,
planea un visitante ciertamente seráfico.
Asoma un dedo índice por la ventana
apuntando al invierno que codicia su corazón,
al vacío del vidrio, al empañado
aliento de las casas y la gente que vuelve a sus hogares,
huyendo del sol gélido que golpea el océano;
mientras que con la otra mano
señala el piano de pared
donde la Sarabande nº 1 sigue abierta
por un pasaje que nunca lograré dominar
pero que ya ha logrado, y sin esfuerzo, dominarme.
Tiene caída la mandíbula, como si dijera, o cantara,
"Entre el mundo hecho por Dios
y esta música de Satie,
apenas vislumbrados tras sus velos, pero íntegros,
radiantes y surgidos por un acto de voluntad,
exigiendo alabanza y exigiendo sometimiento,
¿cómo puedes estar sentado ahí con tu libreta?
¿Qué crees que estás haciendo?".
Sin embargo, no dice nada… sabiamente; pues yo podría mencionar
errores en el mundo de Dios o de Satie; y, si vamos al caso,
¿cómo llegó a adquirir su gusto por Satie?
Un poco para fastidiarle vuelvo a mi página,
salpicada de frases como grumos...
El ángel diminuto menea la cabeza.
No hay sonrisa en su rostro lampiño y ovalado.
Ni siquiera soporta que haya escrito estos versos.

[1960]

James Merrill (Nueva York, Estados Unidos, 1926-Tucson, Estados Unidos, 1995), Perros en la Playa, 18 de enero de 2017
Traducción de Jordi Doce

Ref.:
Forward
Vaso Roto
El Cultural
Buenos Aires Poetry

Foto: Granta


748. Angel 

Above my desk, whirring and self-important
(Though not much larger than a hummingbird)
In finely woven robes, school of Van Eyck,
Hovers an evidently angelic visitor.
He points one index finger out the window
As winter snatching to its heart,
To crystal vacancy, the misty
Exhalations of houses and of people running home
From the cold sun pounding on the sea;
While with the other hand
He indicates the piano
Where the Sarabande No. 1 lies open
At a passage I shall never master
But which has already, and effortlessly, mastered me.
He drops his jaw as if to say, or sing,
"Between the world God made
And this music of Satie,
Each glimpsed through veils, but whole,
Radiant and willed,
Demanding praise, demanding surrender,
How can you sit there with your notebook?
What do you think you are doing?"
However he says nothing –– wisely: I could mention
Flaws in God's world, or Satie's; and for that matter
How did he come by his taste for Satie?
Half to tease him, I turn back to my page,
Its phrases thus far clotted, unconnected.
The tiny angel shakes his head.
There is no smile on his round, hairless face.
He does not want even these few lines written.

-Inward Bound Poetry
http://inwardboundpoetry.blogspot.com.ar/2008/12/748-angel-james-merrill.html

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