La parca glotona
La bocaza de lobo de la parca,
de par en par abierta a cada rato,
que hasta se engulle con voracidad
como un huevo escalfado justamente
todo el globo terráqueo apetitoso,
en la sideral cena postrimera;
y sanseacabó así
la niña de los ojos del Señor,
que desde ahora está
en el alimenticio bolo fúnebre
cual vianda más insignificante.
Y Luzbel a la parca cuida siempre,
dándole mejores alimentos
reparadores para que esmerada
afine el paladar y ya no sea
de figura esquelética como antes,
que parecía que jamás ni breve
miga hubiera comido,
y en cambio sí que se la ve rolliza
como el espejo fiel
del destino de una voraz glotona,
(¡claro está! merced a su custodio ángel).
En los alrededores hela allí
atropelladamente sin medida
cómo se banquetea entre tinieblas
de segundo a segundo muy puntual,
en el curso del milenario tiempo,
que derecho a su vientre pasan raudos
hombre, animal y planta,
por cuyas quintaesencias ella goza
de una salud de hierro,
y así por reinos naturales
la muerte se convierte en pura vida.
(17 de diciembre de 2001,
fecha del quincuagésimo cuarto aniversario
del fallecimiento de mi padre)
Carlos Germán Belli (Lima, 1927), "La miscelánea íntima", En el restante tiempo terrenal, antología personal, Editorial Argonauta, Buenos Aires, 2004
Foto: En Lima
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