domingo, junio 23, 2024

María del Carmen Colombo / De "Poesía reunida"



TO SEE III

pájaros disecados en un
    cielo de zinc
cubren de espuma negra ese pulmón
     vacío del espejo
                  que apunta con su llaga
                  de luz dormida
                  en un diluvio de coñac
dinosaurios aquellos
       cuerpos
              sólo
ciegos pedazos de aire

Blues del amasijo, 1985


*

III

un modo de montar
cuando fundo la palabra
confundo caballo con
jinete: una sola cosa

cuando la cosa sólo
es una: el modo
la manera de montar
un oscuro caballo

cuando sola y mortal
confundo
la montura y fundo
el eterno
caballo del fluir

cuando una sola cosa


*

calle de los dibujos
Bosch y Brueghel
una atmósfera familiar

percherones
locomotoras
remolcadores

pitan y resoplan
tiran
cargados de bolsas
románicas de cúpulas
de ropa enormes
como iglesias

son imágenes escenas
tiernas lecturas
de humilde condición

una época de ocres
chapas otoñales
en árboles sin techo

los chicos pían Bosch
resoplan Bruegel
pajaritos sobre ramas
de románicos ranchos

son imágenes tiernas
de condición percherones
             remolcadores
             locomotoras
en los dibujos
de la calle

humildes padre Bosch madre Brueghel
encuadernados como carros
en galpones ilustran
una atmósfera una época
familiar

La muda encarnación, 1993


*

Paisaje sin concierto de las casas del barrio. Sobre todo 
el fluir dislocado de los techos que delata la desarmonía 
de sus habitantes. Adictos al etílico pincel, de gorda 
brocha entintada, lo pintaron un día, seguramente 
calígrafos disidentes del imperio, maestros viscerales 
atacados por la furia.

Por allí se desliza el contrahecho, un mamotreto al que 
los chinos llaman el Hombre de Pekín. “Oscuridad, 
humillación, servidumbre –avanza entre brochazos y 
rabiosos manchones, lanzando frases como navajazos al 
aire–: Errantes y proscriptos andamos”, dice con tono 
sentencioso el garabato de su boca. A su paso, cientos 
de abanicos y párpados suspenden en el aire su batir de 
mariposas: atruena ese vacío como una eternidad que 
el viejo mamarracho recorre con sus dichos: “deseamos 
y no podemos satisfacer, ambicionamos y no podemos 
realizar”.

Cuando el Loco se pierde entre los escombros de la le 
janía, el paisaje pierde peso, dramatismo, y en el desvío 
su dibujo adquiere la alegría turística que alivia un poco 
a los desheredados.

La familia china, 1999

María del Carmen Colombo (Buenos Aires, 1950)

Poesía reunida
,
Buenos Aires, 2024









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Foto: Hilos Editora

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