jueves, marzo 31, 2022

José María Alvarez / De "Museo de cera", 3






La Isla del Tesoro


          Pintadas aves -cítaras de pluma-
          coronaban la bárbara capilla 
                                       Luis de Góngora 

                      In memoriam Cervantes 

Navegar con los hombres 
Sin Dios ni patria 
Ni Ley 
                 Haber sentido 
La cubierta y el aire de la mar 
Como última tierra 

Asaltar Maracaibo 

Reír ante la horca 

                  Y sobre las cenizas 
De todo un mundo 
                  izar 
La seda negra de los perdedores



The Last Cavalier 

          Los viejos Pintores: con cuánta claridad supieron 
          Cuál era su sitio en este mundo 
                                                                      W.H. Auden 

En la luz de un atardecer
invernal, Velázquez va ultimando una tela.
Pinta despacio. Atiende
a otros asuntos:
unas palabras de su Rey, los juegos de la Infanta,
los alardes del perro.
Sabe que el Arte es largo y que otros ojos
modificarán, acaso con justicia,
los suyos.
Cuando la luz se vaya
limpiará los pinceles.
Es feliz.

José María Alvarez (Cartagena, España, 1942), Museo de cera, segunda edición completa, Renacimiento, Sevilla, 2016


miércoles, marzo 30, 2022

María Mercedes Carranza / Tengo miedo



                               Todo desaparece ante el miedo. El miedo,
                            Cesonia; ese bello sentimiento, sin aleación,
                            puro y desinteresado; uno de los pocos
                           que sacan su nobleza del vientre.

                                                             Albert Camus, Calígula


Miradme: en mí habita el miedo.
Tras estos ojos serenos, en este cuerpo que ama: el miedo.

El miedo al amanecer porque inevitable el sol saldrá y he de verlo,
cuando atardece porque puede no salir mañana.
Vigilo los ruidos misteriosos de esta casa que se derrumba,
ya los fantasmas, las sombras me cercan y tengo miedo.
Procuro dormir con la luz encendida
y me hago como puedo a lanzas, corazas, ilusiones.
Pero basta quizás solo una mancha en el mantel
para que de nuevo se adueñe de mí el espanto.
Nada me calma ni sosiega:
ni esta palabra inútil, ni esta pasión de amor,
ni el espejo donde veo ya mi rostro muerto.
Oídme bien, lo digo a gritos: tengo miedo.

María Mercedes Carranza (Bogotá, 1945-2003)

El oficio de vivir
,
Biblioteca de Escritoras Colombianas,
Luna Libros,
Bogotá, 2022










martes, marzo 29, 2022

Francesca Battista / De "Lovefracking"



Catulo 85

Amo cada parte
desde la punta de los pies
hasta el último rincón
del alma.
Cuando las partes se juntan en vos,
las odio a todas.
Te odio y te amo
como ya fue escrito
hace mucho tiempo.


Flores amarillas

Te daría flores amarillas.
Flores amarillas es lo que me das.
Cuando estén secas,
las tiraré.
Cuando nuestro tiempo se acabe,
te tiraré.

Francesca Battista (Módena, Italia, 1983), Lovefraking *, Edizioni Montag, Tolentino, Italia, 2021
Versiones de Jorge Aulicino


* El fracking, en geotécnica, es el método utilizado para crear una fractura en un estrato rocoso del subsuelo mediante la presión de un fluido, generalmente agua (hydrofracking). (Nota de de la autora en el presente volumen)

Foto: Otra Iglesia Es Imposible


Catullo 85

Amo ogni parte
della punta dei piedi
all'ultimo angolo
d'anima.
Quando le parti si uniscono in te,
le detesto tutte.
Tio odio e ti amo
come già fu scritto
molto tempo fa.


Fiori gialli

Ti regalarei fiori gialli.
Fiori gialli è quello che tu regali a me.
Quando secchi,
li butterò via.
Quando il nostro tempo scadutto,
ti butterò via.

lunes, marzo 28, 2022

José Ángel Leyva / Dos poemas




Nagual 10

Poeta

Al final uno se convierte en lo que escribe
o no con mano propia
Quién habrá de creer en tu nagual
si no olfatea el temblor de la imagen aterida
muerta de miedo ante los ojos que la observan

Chorro de sombras sin control
en busca de lo nuevo
La desmemoria pone al corazón en una trampa
No volamos ni anduvimos con las branquias puestas

En el papel desierto
uno recuerda la forma de cazar la liebre
de hacer sandalias con piel de los reptiles
de mudar por dentro antes del alba

Levantas la tapa y ves tu propia muerte
Bulle el gusanero de letras debajo de un título y de otro
Parecen luces de neón cubiertas de ceniza
Tu máscara y tu nombre ocupan el lugar
de esa persona que no llegaste a ser
Un día cualquiera la ahogaste con la almohada
Algo de ti quedó en su testamento
Acabas de nacer
Alguien te lee


Migrantes

                              A Jordi Villalonga

No estuvieron aquí camino al otro lado
Pasaron por encima para no despertar
a los durmientes ferroviarios
que van contando los metros del infierno
El paraíso distante se huele en el hogar
cuando no hay nada qué perder acaso el hambre
Hay cuerpos que nacen por nacer
o matan o les quitan el alma para tener un pasaporte
La patria está donde hay mañana
Hay peregrinos que dejan de existir para no ser
     prisioneros
El cautiverio impide llegar al más allá
Nunca pisaron tierras mexicanas para arribar a la
     frontera
Atravesaron el aire sin respirar el tufo de la muerte
Nunca pasaron por aquí

José Ángel Leyva (Durango, México, 1958), Blog de Ærea, Revista Hispanoamericana de Cultura, Santiago de Chile, 2016


domingo, marzo 27, 2022

Evaristo Carriego / Ratos buenos






Está lloviendo paz. ¡Qué temas viejos
reviven en las noches de verano!...
Se queja una guitarra allá a lo lejos
y mi vecina hace reír el piano.

Escucho, fumo y bebo en tanto el fino
teclado da otra vez su sinfonía:
el cigarro, la música y el vino
familiar, generosa trilogía...

¡Tengo unas ganas de vivir la riente
vida de placidez que me rodea!
Y por eso quizás, inútilmente,
en el cerebro un cisne me aletea...

¡Qué bien se está cuando el ensueño en una
tranquila plenitud, se ve tan vago!...
¡Oh, quién pudiera diluir la luna
y beberla en la copa, trago a trago!

Todo viene apacible del olvido
en una caridad de cosas bellas,
así como si Dios, arrepentido,
se hubiese puesto a regalar estrellas.

¡Qué agradable quietud! Y qué sereno
el ambiente, al que empiezo a acostumbrarme,
sin un solo recuerdo, malo o bueno,
que, importuno, se acerque a conturbarme.

Y me siento feliz, porque hoy tampoco
ha soñado imposibles mi cabeza;
en el fondo del vaso, poco a poco,
se ha dormido, borracha, la tristeza.

[Misas herejes, 1908]

Evaristo Carriego (Paraná, Argentina, 1883-Buenos Aires, 1912), Los mejores poemas de la poesía argentina. Selección y notas de Martini Real, Corregidor, Buenos Aires, 1974

El Ortiba: Dossier que incluye entero Misas herejes
Biblioteca Virtual Miguel de CervantesMisas Herejes, Establecimiento Gráfico de A. Monkes, Buenos Aires, 1908



Foto: Portada de Selección de poemas. Evaristo Carriego y otros poetas,  Capítulo n° 33, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1968 (detalle) (El autor y el propietario de esta foto, como los de otras dos que se repiten en sitios de Internet, sin créditos, son casi imposibles de rastrear)

sábado, marzo 26, 2022

Germán Arens / De "Otra vez en la tierra"



Una mujer camina a la par de mis orejas.
Habla por teléfono de filosofía antropocéntrica. 
Media cuadra después, dos hombres 
nombran al teniente coronel Héctor Varela. 
Yo, paseo por la vereda del sol  
y me acuerdo de un chiquito mapuche 
al que una vez le pregunté si en el río Aluminé
pescaba con moscas y respondió que no, 
que le costaba mucho atraparlas y prefería las lombrices.



El edificio 
está lleno de gente buena. 
Yo había colgado mi ropa en el balcón,
un broche dijo basta 
y una media voló hacia la cochera.
Quizás exagero al decir lleno.
Es que en el ascensor
fue sólo una persona
la que pegó el papelito  
que guardo 
y dice:

“Quien haya perdido una media puede retirarla en el 4°B”.



Sí, lo dije, pero insisto:
Es mi último libro de poesía.
Lo que comienza de un modo
siempre termina de otro.
Yo no escribo con el cuerpo,
sólo transpiro si hace calor.


Qué vamos a hacer con nosotros
me pregunté mientras mi dedo índice buscaba la letra Q.
Qué vamos a hacer los que van envejeciendo conmigo…
El que todas las noches mira hacia arriba
y si no hay cielo busca referencias en el techo.
Qué vamos a hacer con ese que se parece a un galpón 
donde se guardan desde un fardo a un arado de mancera,
desde un tambor de doscientos a un bidón de diez,
desde una bomba inyectora a un ropero que encierra 
                                               /un recado
por la sencilla razón de que a las ratas les gusta el cuero.
Qué vamos a hacer con el padre, con el lector, con el amigo...
Con el que te dijo que la calandria overa canta si hay
                                              /luna llena.
Qué vamos a hacer con ellos y con tantos otros
que me acompañan como me acompañan los perros, 
                                             /las bardas
y hasta el eco de las palabras de los que vivieron mi tiempo.

Germán Arens (Bahía Blanca, Argentina, 1967)

viernes, marzo 25, 2022

Ana Wajszczuk / De "El libro de los polacos"




El tren se detuvo en Vorkuta

I
supe el nombre porque alguien despejó la nieve 
de un cartel
para que viéramos
por las rendijas del vagón
que todas las estaciones del infierno
son heladas y tienen nombre

espero 
una señal del viento
o del hielo
entre la gritería de los rusos que envuelven
el silencio transpirado de este vagón

las señales no existen

hacia donde vamos no hay nombre
que pueda pronunciarse


Los diarios de Edmund tienen tapas azules

II
Bosques de haya, arbustos de frambuesa en la casa
hay un baúl
olvidado
en el invierno de Siedice
tan largo que parece
durar para siempre
donde las palabras extienden el mapa
de un territorio desvanecido

la lejanía parece
el territorio de los diarios
que nada dicen sin Edmund
diarios que nadie leyó
que se desvanecerían en polvo
si alguien los tocara

parece el recuerdo 
de un árbol de grosellas
solitario
en mitad del jardín
sin saber cómo será
exactamente 
un árbol de grosellas
en el jardín trasero
de una casa en Siedice

las palabras dicen
que nada podemos decirnos
ni él a mí
ni yo a nadie

dicen: excepto darle forma a un mundo
en el paisaje blanco y liso del poema

Ana Wajszczuk (Quilmes, Argentina, 1975) Revista Ñ n° 965, Buenos Aires, 26.03.22

El libro de los polacos
,
Caleta Olivia,
Buenos Aires, 2022










jueves, marzo 24, 2022

Cesare Pavese / Luna de agosto






Del otro lado de las colinas amarillas está el mar,
del otro lado de las nubes. Pero jornadas tremendas
de colinas ondeantes y crepitantes en el cielo
se fragmentan antes del mar. Aquí arriba está el olivo
con el charco de agua que no llega a espejarse,
y los rastrojos, los rastrojos que no terminan nunca.

Y se levanta la luna. El marido está tendido
en un campo, con el cráneo partido de sol
-una esposa no puede arrastrar un cadáver
como un saco-. Se levanta la luna, que arroja un poco de sombra
bajo las ramas torcidas. La mujer en la sombra
alza una mueca aterrada al óvalo de sangre
que coagula e inunda cada arruga en las colinas.
No se mueve el cadáver tendido en los campos
ni la mujer en la sombra. Pero el ojo de sangre
parece guiñar a alguien y le señala un camino.

Llegan largos escalofríos por las desnudas colinas,
desde lejos, y la mujer los siente en la espalda,
como cuando corrían por el mar de grano.
También invaden las ramas del olivo perdido
en ese mar de luna, y ya la sombra del árbol
parece contraerse y tragarla también a ella.

Se precipita afuera, en el horror lunar,
y la sigue el susurro de la brisa sobre las piedras
y una silueta tenue que le muerde los pies
y le duele en las entrañas. Regresa doblada a la sombra
y se tira sobre las piedras y se muerde la boca.
Abajo, oscura, la tierra se cubre de sangre.

Cesare Pavese (Santo Stefano Belbo, Italia,1908-Turín, Italia,1950),  "Lavorare stanca" (1936, 1943), Trabajar cansa. Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, Griselda García Editora, Del Dock, Cartografías, Buenos Aires, 2018
Versión de Jorge Aulicino


Foto: Cesare Pavese durante la entrega del Premio Strega, Roma, 1950 Sul Romanzo


Luna d'agosto

Al di là delle gialle coline c'è il mare,
al di là delle nubi. Ma giornate tremende
di colline ondeggianti e crepitanti nel cielo
si frammenttono prima del mare. Quassú c'è l'ulivo
con la pozza dell'acqua che no basta a specchiarsi,
e le stoppie, le stoppie, che non cessano mai.

E si leva la luna. Il marito è disteso
in un campo, col cranio spaccato dal sole
-una sposa non può trascinare un cadavere
come un sacco-. Si leva la luna, che getta un po' d'ombra
sotto i rami contorti. La donna nell'ombra
leva un ghigno aterrito al faccione di sangue
che coagula e inonda ogni piega dei colli.
Non si muove il cadavere disteso nei campi
né la donna nell'ombra. Pure l'occhio si sangue
pare ammicchi a qualcuno e gli segni una strada.

Vengono brividi lunghi per le nude colline
di lontano, e la donna se le sente alle spalle,
como quando correvano il mare del grano.
Anche invadono i rami dell'ulivo sperduto
in quel mare di luna, e già l'ombra dell'albero
pare stia per contrarsi e inghiottire anche lei.

Si precipita fuori, nell'orrore lunare,
e la segue il fruscío della brezza sui sassi
e una sagoma tenue che le morde le piante,
e la doglia nel grembo. Rientra curva nell'ombra
e si butta sui sassi e si mordi la bocca.
Sotto, scura la terra si bagna di sangue.

Mondadori, Milán, 1969

miércoles, marzo 23, 2022

Alba Donati / Dos poemas



Balada de la república campesina (íncipit)

Para llegar aquí deben dejar,
cada haber, que cada palabra
sea miseria oscura, dejen afuera
preguntas mal hechas si quieren llegar
al lugar donde mayo enloquece
y las tardes tienen mujeres en las ventanas
si quieren que cada canción sea alegría
y perdón al mundo, en madre padre y todos los parientes.
Si llegan de noche y la iglesia
se levanta violenta ante el asombro de ustedes
-gente civil, iglesia-
lucha de pobres e iglesia proletaria,
viva cerrada y viva en las fiestas, llena
de rosas y de manos ennegrecidas:
si ahora, en serio, llegan por la tarde o por la noche
este es nuestro comando interior.

*

No los amo, poetas, soy política
¡y tal vez muera manchada de sangre!

Alba Donati (Lucca, Italia, 1961), Tu, paesaggio dell’infanzia: tutte le poesie (1997-2018), La Nave di Teseo, Milán, 2018 vía Roberto R. Corsi, 11 de febrero de 2019
Versión de Jorge Aulicino




Ballata della repubblica contadina (incipit)

Per arrivare qui dovete lasciare,
sì lasciare, ogni avere, che sia
oscura miseria ogni parola, tralasciate
domande mal fatte, se volete arrivare
al posto dove maggio impazzisce
e le sere hanno donne alle finestre
se volete che ogni canto sia allegrezza
e scusa al mondo, in madre padre e parenti tutti.
Se arrivate che è notte e la chiesa
si ergerà violenta allo stupore di voi
gente civile, chiesa-
lotta di poveri e chiesa proletaria,
viva di chiusa e viva di festa, zeppa
di rose e di mani annerite:
se ora, davvero, arrivate di sera o di notte
questo è il nostro comando interiore.

*

Non vi amo, poeti, sono politica
e forse morirò sporca di sangue!

martes, marzo 22, 2022

Judith Filc / De "Fotos"



Beacon y Mineápolis

En la terraza, un perro juega con un hueso. 
Los colmillos lo muerden insistentes.
El hueso golpea las tablas.

Los ruidos coinciden con disparos de fusil
quejas
gritos. 
Un cuerpo golpea el cemento.

En la terraza, un perro juega con un hueso.


Tiempo

Acomoda la imagen con esmero.
Abre el cofre.
Guarda la caja amorosamente.
Cierra la tapa con suavidad.
Es la quinta caja.

En la primera hay montañas.
Los picos alcanzan el cielo:
roca esculpida, marrón contra azul.

En la segunda hay arena húmeda.
Las manos recogen caracoles. 

En la tercera ve un mar
de un azul quieto y profundo.
Sobre la arena,
el cuello escamado de elefantes marinos.

La sexta espera cerrada.
Guarda un arco de sillas.
Sobre las sillas hay camisas blancas.
Las manos empuñan bronces.
Están listas para empezar.

Cierra el cofre.
Espera con ansia
la llegada de otras cajas.

Las nuevas cajas llenarán el cofre.
Cuando el cofre esté lleno
habrá más cajas para contemplar.
Habrá más y más cajas para abrir.


Fantasmas

El cielo es de un celeste neblinoso.
Se extiende sin horizonte.
Dos círculos naranjas horadan la niebla.
Su color es terso y sus bordes nítidos.

Un cuerpo corre anhelante.
Busca perderse en el naranja frío.

Judith Filc (Buenos Aires, 1962)

Fotos
,
Barnacle.
Buenos Aires, 2022









lunes, marzo 21, 2022

Irene Gruss / Mujer irresuelta




Yo quisiera, como Gauguin, largar todo e irme,
dejar mi familia, la no tan sólida
posición
e irme a escribir a alguna isla
más solidaria.
Esa tranquilidad de Gauguin,
permanecer en una isla
tan calurosa, donde las mujeres
escupen resignadas
carozos de fruta silvestre.                                        

Irene Gruss (Buenos Aires, 1950-2018), "El mundo incompleto" [Libros de Tierra Firme, 1987], Humo. Antología personal, Ediciones Ruinas Circulares, Buenos Aires, 2013 

Este poema se puede escuchar en la voz de la autora en Irene Gruss, Mujer Irresuelta
La antología Humo se puede leer en Ruinas Circulares

domingo, marzo 20, 2022

Hernán Bravo Varela / De "Modelo centinela"




2
FRENTE a esto es difícil que importe lo demás se está cayendo se está callando
     todo

cómo se diagnostica cuál es el tratamiento cuáles son las recomendaciones

se va a caer ya lo decían antes nadie sabía cómo

solo para llevar está cerrado con el favor de dios no creo mucho en eso y si
     me da ni modo

y cuando el ángel tocó el acorde de tristán salieron los delfines los patos y
     los gansos las palomas los elefantes rosas

uno no sabe comportarse frente a un apocalipsis ordenado

por supuesto que la poesía importa es un caso doméstico no tiene relación
     con lo de afuera


7
LA sartén y los vasos, boca abajo; los tenedores, juntos; los platos, uno 
encima de otro.

        Desde este ángulo de la cocina, el cucharón refleja una estufa 
cóncava y a un hombre convexo de cuarenta. Se lo robé a mi madre hace 
años; jamás me dijo nada.

        Hoy, antes de comer, hablé con ella. Su cirujano, también por 
teléfono, la había dado de alta: “No voy a hacerla venir al consultorio”.

        -Guardados, luego de secar, bajo techo, a salvo de lo íntimo


18
A DIECISÉIS kilómetros al sur, en el Ajusco,
Norma, mi madre,
hace sudokus, reza su rosario, cocina,
pinta mandalas, lee a Oscar Wilde
y estudia sus lecciones de francés.
Nos gustaría pensar que el próximo año 
iremos a París.

Hay más tiempo que vida.

                      El monte Xitle 
da la espalda a mi madre
junto con una casa en obra negra
y un perro en la azotea, que toma vuelo y va
de un lado a otro,
y se detiene a punto de caer
y no se cae porque no habría adónde.

Hernán Bravo Varela (Ciudad de México, 1979)

Modelo centinela
La Castalia-La Línea Imaginaria, 
Mérida, Venezuela-Quito, 2021










sábado, marzo 19, 2022

Horacio Benavides / Tres poemas




–NOSOTROS tuvimos suerte
solo nos mataron
y podemos ir sobre el río
en el balanceo de los camarotes
charlando
–Usted que tiene los ojos buenos, compadre,
dígame, ¿qué ve en la orilla?
–La tierra que fue nuestra
–¿Y qué más ve?
–El humo de las bestias
consumiéndose en los patios
y el humo de las casas
solo el humo


La rosa

A la orilla de la rosa
está la rosa
La una se deshoja
y pasa
A la otra
el tiempo no la toca
La primera es la segunda
La tercera
la que el agua nombra


El reloj

El reloj
es un pájaro
disecado vivo
Un pájaro
que picotea
y picotea
el tiempo
sin romperlo
El reloj
es un dios caído
y torturado

Horacio Benavides (Bolívar, Cauca, Colombia, 1949), vía Luna Libros/Gozar Leyendo, marzo 2022

Por sombra, la luz
,
antología;
Seix Barral,
Bogotá, 2021










Foto: Sílaba

viernes, marzo 18, 2022

Sol Triano / De "Tierra fresca"



21 de septiembre
en las calles, guirnaldas de flores,
concierto en la plaza hasta tarde,
bombillas como perlas 
enhebrando árboles.
En casa, un ramo de calas
recién cortadas, una vela Ranchera,
la estampa del santo y su foto 
siempre en el piso
por temor al fuego. 

*

Es lunes y llueve, 
hay días que no amanecen.
Sobre el asfalto mojado
repica el sonido de los autos.
Tengo delante una puerta
y creo que es la de un almacén
repleta de carteles, 
algunos recientes, otros viejos
que dicen: Abierto, 
recarga celular, señora se ofrece, 
refresca tu verano.
Y en vertical, 
uno con letras mayúsculas
que dice AIRE.
De pie bajo la lluvia,
no amanece
y esta disnea de la mente
que no acaba.

*

Volví del cementerio,
despedí a los parientes,
cerré las cortinas,
quedé allí, una crisálida
apenas viva, apenas despierta.
Después de trece días
fui parida otra vez.
Me recibió el ruido de la calle,
las veredas mugrientas.
De ese alumbramiento
sólo puedo recordar 
que tomé un colectivo
y en la máquina de pasajes 
estaba escrito: Indique su destino.

Sol Triano (La Plata, Argentina, 1971)


Tierra fresca
Tren Instantáneo,
Buenos Aires, 2022










Foto: Gentileza de la autora

jueves, marzo 17, 2022

Elsa von Freytag-Loringhoven / Love chemical relationship




PERO YO TE AMO COMO ANTES. ¡PORQUE
YO SOY GRUESO BARRO AMARILLO!
ASÍ PUES AMO ESE FINO VIDRIO CON SUS
CAMBIOS DE COLOR;
AZUL - AMARILLO -ROSA PÚRPURA.
TANTO tiempo debo amarlo hasta que yo misma me
convierta en vidrio y todo lo que me rodea se vitrifique.
Entonces tú eres yo! No necesito más -!
Así HERMOSA voy a ser tal como tú mismo eres.
Estás de pie a mi lado - y no eres NADA a mi lado!
Aún debo amar mi propio AMOR -¡
Debo sangrar - llorar - reír - antes de que me torne vidrio y
el mundo
alrededor de mí vidrioso!

Elsa von Freytag-Loringhoven (Świnoujście, Polonia *,1874-París, 1927), Gloria G. Durán, Baronesa dandy, reina dadá. La vida-obra de Elsa von Freytag-Loringhoven, Díaz y Pons, Madrid, 2013
Envío de Jonio González


Foto: Elsa von Freytag en una de sus performances en Nueva York, 1916 (detalle) El Mundo, Madrid

* Świnoujście, en el Báltico, formó parte del imperio prusiano entre 1871 y el final de la Segunda Guerra Mundial. La baronesa von Freytag-Loringhoven es considerada una artista alemana por idioma materno y lugar de nacimiento, pero sus poemas más celebres, publicados en distintos medios hasta hoy y reunidos en libro recién en 2011, los escribió en inglés (Nota del Ad.)

miércoles, marzo 16, 2022

Robert Hayden / Belsen, día de la liberación

                     
                         
                                             para Rosey

Sus padres y sus muñecas exterminados,
su infancia extinguida,
miraba a los soldados extranjeros desde
la ventana iluminada por el sol cuyos negros barrotes

eran cruces torcidas que entintaban
su pálido rostro. "Liebchen,
Liebchen, deberías estar acostada."
Pero ya no se sentía enferma.

Y porque aquel día era un día de fiesta
en el que hasta los muertos, al parecer,
debían levantarse, se le permitía quedarse
y ver a los dorados extranjeros que

eran Padre, Hermano y su propio sueño
de Dios. Después
dijo, "Eran tan maravillosos,
y no tenían miedo".

Robert Hayden (Detroit, Estados Unidos, 1913-Ann Arbor, Estados Unidos, 1980), "A Ballad of Remembrance" (1962), Collected Poems, Frederick Glaysher ed., Liveright, Nueva York, 1996
Versión de Jonio González.



Nota del Ad.: En las proximidades de la ciudad de Belsen, en el norte de Alemania, se instaló el campo de concentración de Bergen-Belsen durante la Segunda Guerra Mundial del siglo XX. Bergen-Belsen alojó prisioneros de guerra -entre ellos 20.0000 soviéticos- y deportados judíos. El campo fue liberado el 15 de abril de 1945 por tropas de la XI División del Reino Unido. Los ingleses encontraron 60.000 prisioneros desnutridos y enfermos de tifus, disentería, neumonía y tuberculosis. En los primeros meses de ese año, un brote de tifus había matado a más de 34.000 personas en el campo, pero otros miles llegaron en marzo y abril. Ana Frank, cuyo diario de más de dos años registró el ocultamiento con su familia en un edificio de Ámsterdam, murió en Bergen-Belsen entre enero y marzo de 1945


Belsen, day of liberation 

for Rosey

Her parents and her dolls destroyed,
her childhood foreclosed,
she watched the foreign soldiers from
the sunlit window whose black bars

Were crooked crosses inked upon
her pallid face. “Liebchen,
Liebchen, you should be in bed.”
But she felt ill no longer.

And because that day was a holy day
when even the dead, it seemed,
must rise, she was allowed to stay
and see the golden strangers who

Were Father, Brother, and her dream
of God. Afterwards
she said, “They were so beautiful,
and they were not afraid.”

martes, marzo 15, 2022

Fabián Casas / De "Envíame tus poemas y te enviaré los míos"



El gato

Mientras atravesaba el pasillo
del PH donde vive mi viejo,
un gatito colombiano saltó por encima mío.
De muro a muro.
Con una maestría incuestionable.
Sólo vi la sombra a mis pies.
Y me detuve
para no pisarlo.


de 5 Poemas de Boy Fracassa

1. Pablo, Marcelo, Alfredo: El mundo plano/ en un extremo/ Pablo/ pintando/ en el otro Marcelo/ pensando/ y en el centro vos/ mi reina negra/ te sostengo en alto/ para que todos te miren/ antes de caer en zugzwan.

*(Extraordinario poema de Boy Fracassa. Es el único de la plaqueta The Sertón que tiene título. Ahora bien, estar en Zugzwan es quedar en una posición del ajedrez en que cada movimiento que hagas complica aún más tu posición. ¿Y por qué nombra a Alfredo que finalmente no está en el poema?  En una entrevista que le hicieron Fracassa dice: no me interesa ya ser artista sólo quisiera una poción mágica que me hiciera jugar al ajedrez brillantemente.)


La proversión

Quedaron estupefactos
el colibrí 
un trompo
que alguien había arrojado
se movía 
con su aleteo ansiolítico 
en medio del living 
la primera que lo vio
fue la niña 
y después el padre y el niño

nadie gritó: 

en una época en que
los impuestos 
llegan de manera virtual 
era increíble tener ese presente vivo
oscilando como una luz de giro que pueda salir
que pueda salir
sin golpearse
que la pila divina de su delicado corazón 
no se agote
por el uso indiscriminado
del terror
¿quién lo convenció 
para que pasara del árbol a la casa? 
¿lo engañaron con promesas fatuas?
¿o fue el color verde resaltador
del vestido de la niña?
demasiadas preguntas
para el pensamiento-colibrí.

Fabián Casas (Buenos Aires, 1965)

Envíame tus poemas y te enviaré los míos
,
Caleta Olivia,
Buenos Aires, 2021









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Foto: Rialta