miércoles, enero 26, 2022

Laura Crespi / De "El poeta laureado"




5. El poeta gana su heredad

Más voces
y más sonidos cristalinos
de vasos entrelazados en la danza
como una oleada marina y veraniega
pero casi diez años después
o antes.


Por el otro lado de la casa
que se abría al final del pasillo
tocaron el timbre y justo 
bajé a abrir la puerta yo.


Ahí estábamos y era diciembre. 
Unos pocos días antes
el amigo de un poeta novel
había muerto luego de un incendio
narcotizado en su casa y solo.


Alguien dedicó poemas
y alguien los colgó sobre un cordel 
mientras la brisa de diciembre 
desintegraba en un solo instante 
todo el lapso del verano
que acababa de instalarse
sobre unas nubes tan puras de tan blancas
reapareciendo al final de la lectura.


Más y más hacia la noche
personas que construían diálogos
y prolongadas ecuaciones de palabras 
sobre esa terraza iluminada de La Paternal 
con unos flashes de los reflectores
y las luces que el viento movía
entre nubes ahora espesas
que desprendía la gente
exhalando hacia arriba
hacia la bóveda azulada
atravesando el aire
con el humo blanco
de sus cigarrillos.


Y después como atraídos 
por cápsulas espaciales 
despegando silenciosas
aisladas y retraídas
se iban yendo 
y elevando
todas juntas a la vez.

(...)

Laura Crespi (San Fernando, Buenos Aires, Argentina, 1973), El poeta laureado, Carretilla Roja, Monte Grande, Buenos Aires, Argentina, 2017


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