lunes, octubre 18, 2021

Charles Tomlinson / Dos poemas



Cézanne en Aix

Y la montaña: cada día
Inmóvil como fruta. Y diferente
De ella también
-Por lo irreductible, pues
Ni es parte de lo delicioso
Y por tanto cuestionable
Ni (como al modelo) le distrae
Su propia pose y es, por tanto
Doblemente cuestionable: no
Posa. Es. Ignorante,
Inalterable, una cabeza de puente
De piedra hacia lo que es tangible
Pues no se sintió antes. Ahí,
En su peso curtido por la intemperie,
Su silencio silencia, una presencia
Que no se presenta a sí misma.


En Connecticut

Blancos, estos pueblos.
Blancas sus iglesias sin altares. La primera nieve
cae a través de un cielo blanco, grisáceo
y la blancura en las ramas
del abedul se hace más blanca
contra el gris. Blanca
la línea de columnas (cada una
de ellas es un solo árbol), las paredes
sin esculpir. "Esta parroquia fue creada
en 1741. En 1742,
la Asamblea General de Connecticut
se anexionó por decreto este territorio
que pasó a llamarse Judea".
El sol pasa, los olmos
lo invaden como sombras de encaje, luego
sale de nuevo. Blanco...
"Tenemos un buen cura. Es un cura
en la iglesia, y un hombre fuera" -pronunciado
sin sombra de duda, con la misma seguridad
que su invitación, cuando
inclinándose, asomándose
por la ventana mientras la limpiaba
había dicho: "Tenemos la puerta
siempre abierta".

Charles Tomlinson (Penkhull, Reino Unido, 1927-Gloucestershire, Reino Unido, 2015), Poemas, edición digital de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, a partir de Cuadernos Hispanoamericanos n° 545, noviembre de 1995
Traducción de Jordi Doce


Foto: Charles Tomlinson, mayo de 2003 Norman McBeath/National Portrait Gallery, Londres

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