jueves, enero 02, 2020

Dino Campana / de "Cantos órficos", 5






















La quimera

No sé si entre rocas tu pálido
Rostro se me apareció o sonrisa
De lejanías ignotas
Fuiste, la inclinada ebúrnea
Frente fulgente y joven
Hermana de la Gioconda:
O de las primaveras
Apagadas, por místicas palideces
Oh Reina oh Reina adolescente
Pero por tu ignoto poema
De goce y de dolor
Música joven exangüe,
Sellado con líneas de sangre
En el círculo de los labios sinuosos,
Reina de la melodía:
Por la virginal cabeza
Reclinada, yo, poeta nocturno
Velé las estrellas vivas en los piélagos del cielo,
Yo por tu dulce misterio
Yo por tu devenir taciturno
No sé si la llama pálida
Fue de los cabellos el vivo
Signo de su palidez,
No sé si fue un dulce vapor,
Dulce sobre mi dolor,
Sonrisa de un rostro nocturno:
Miro las blancas rocas las mudas fuentes de los vientos
Y la inmovilidad de los firmamentos
Y las hinchadas riberas sollozantes
Y las sombras del trabajo humano curvadas allá en los montes glaciares
Y todavía por tiernos cielos lejanos claras sombras ligeras
     te llamo te llamo Quimera.

[1914]

Dino Campana (Marradi, Toscana, Italia, 1885-Scandicci, Toscana, Italia, 1932), Canti orfici, Einaudi, Turín, 2006
Versión de Jorge Aulicino

Imagen: Dino Campana por Franco Gentilini en la portada de La Fiera Letteraria, Milán, 23 de febrero de 1967, reproducida en la web Dino Campana





















La chimera

Non so se tra roccie il tuo pallido
Viso m’apparve, o sorriso
Di lontananze ignote
Fosti, la china eburnea
Fronte fulgente o giovine 
Suora de la Gioconda:
O delle primavere
Spente, per i tuoi mitici pallori
O Regina o Regina adolescente:
Ma per il tuo ignoto poema                   
Di voluttà e di dolore
Musica fanciulla esangue,
Segnato di linea di sangue
Nel cerchio delle labbra sinuose,
Regina de la melodia:
Ma per il vergine capo
Reclino, io poeta notturno
Vegliai le stelle vivide nei pelaghi del cielo,
Io per il tuo dolce mistero
Io per il tuo divenir taciturno.    
Non so se la fiamma pallida
Fu dei capelli il vivente
Segno del suo pallore,
Non so se fu un dolce vapore,
Dolce sul mio dolore,   
Sorriso di un volto notturno:
Guardo le bianche rocce le mute fonti dei venti
E l’immobilità dei firmamenti
E i gonfii rivi che vanno piangenti
E l’ombre del lavoro umano curve là sui poggi algenti
E ancora per teneri cieli lontane chiare ombre correnti
E ancora ti chiamo ti chiamo Chimera.

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CONTROVERSIA SOBRE UNA FOTO

Se supone que Dino Campana integra un grupo del quinto año del colegio E. Torricelli, de Faenza, fotografiado en 1901. Un recorte de esa foto se convirtió en uno de los pocos retratos de Campana. Sin embargo, el profesor Stefano Drei demostró que no se trata de él sino de otro alumno, Filippo Tramonti, quien trabajó luego como secretario de un juzgado y murió en 1945. Los detalles de la investigación fueron publicados en la página de Storia Faentina. A simple vista, este recorte se hace dudoso en la comparación con las pocas fotos de Campana que se conservan y se dan por buenas. Es también dudoso que a sus 15 años Campana tuviera esta apariencia. Tramonti tenía tres años más. 





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