viernes, julio 01, 2016

Gabriel Chávez Casazola / Dos poemas














La Odisea, libro XVII

Ese mendigo que, estopa en crisma ves llegar,
ese despojo
que Atenea ha vestido
y a quien nadie conoce, ya cerca de casa,
al final del camino iniciado
veinte años ha,
es, sin embargo,
(lo has descubierto con un temblor de tus orejas)
el mismo apuesto doncel que te enseñara
a cazar ciervos y liebres por el monte
en aquellas tardes de libertad
cuando eras raudo y tu cuerpo elástico
y no esta
cosa
que yace hoy sobre el estiércol
(estopa en pelo, despojo también tú).
Mas, sin embargo,
-con la certeza instintiva que da la amistad
que profesan los de tu especie, no los de la nuestra-
en este alto mediodía eres el solo capaz de reconocer
(ni Eumeo ni Filetio ni tan siquiera Telémaco)
al astroso que llega y menearle el rabo
en penúltima señal de alegría
(veinte años ha el camino)
justo antes de ser a tu vez reconocido,
esbelto galgo de ayer,
por Ulises que retorna a habitar lo que es suyo
y atravesar de parte a parte a los traidores
pretendientes
que te dejaban morir en el estiércol
porque les recordabas
al amigo incómodo que se llevaron (pero no para siempre, lo intuías)
los mares,
y al que creían ya morador definitivo
de esotra orilla
donde seguramente nos reencontraremos contigo,
Argos,
en alguna de tus formas y tus nombres
de invariable aunque múltiple
complicidad
con nosotros, pobres hombres,
que no te merecemos.



Ya nada queda por descubrir a lo largo y ancho de esta tierra, todos
los cabos, las bahías, las penínsulas, los istmos,
los volcanes encendidos y los volcanes apagados,
los mares, los océanos,
incluso las corrientes submarinas y
hasta la última isla otrora ignota
todos
los puntos de la geografía y todas las geografías
han
perdido
su misterio.

Tienen
nombre
–es el problema–
y ahora que nada queda por nombrar, tampoco
quedan héroes, pioneros, descubridores, adelantados,
y ni siquiera
viajeros de aventuras.

Sólo
restan
los libros
y la
remota y siempre tentadora
posibilidad de un asalto a los transbordadores.

Gabriel Chávez Casazola (Sucre, Bolivia, 1972), Cámara de niebla, Plural Editores, La Paz, 2015

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