Con el color de la torcaz y el lirio,
tranquilas nubes el espacio pueblan,
y allá el confín del horizonte inundan
ondas de fuego que en la mar reflejan.
Guardado el rostro en azulados velos
cae a su ocaso la vital lumbrera,
pero, el cabello destrenzado, flotan
en sierpes de oro sus brillantes hebras.
Púrpura y oro en el ocaso brillan
entre celajes de enlutada niebla,
como entre el manto de la negra duda
los bellos sueños de la edad primera.
Púrpura y oro en el ocaso brillan;
y frente a frente de la luz postrera,
paso tras paso, con semblante adusto,
la obscura noche al firmamento trepa.
Así las esperanzas alumbraron
mi joven corazón; así con ellas
la gloria y el amor se reflejaban
sobre las flores de mi incierta huella.
Así vino después, como la noche,
el desencanto a oscurecer la senda;
y de gloria y de amor y de esperanzas
un crepúsculo vago se conserva.
(Cantos del peregrino)
José Mármol (Buenos Aires, 1818-1871), Antología de la poesía argentina, selección e introducción de Raúl Gustavo Aguirre, Tomo I, Ediciones Librerías Fausto, Buenos Aires, 1979
Imagen: José Mármol, daguerrotipo de entre 1847 y 1853, en Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
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