domingo, enero 23, 2011

Moya Cannon / Orientación



Orientación

Una bandada de gaviotas
se mece sobre el agua
en la protegida punta del muelle de Nimmo;
los blancos pechos de los pájaros todos vueltos al viento de enero.

Cristales en un magma que se enfría
se orientan hacia el norte magnético
como hacia una constante,
aunque, en el curso del tiempo,
los polos cambian como el lecho de roca o las estrellas.

Para nosotros, que llevamos
en nuestros cromosomas gemelos
toda la maravilla y el terror
que evolucionaron en el tiempo y el hueso animal

–la carnicería de nuestro último siglo
y la del siglo que acaba de empezar–,
para nosotros, tal vez habría
algún polo u oriente errantes

hacia el cual algo primordial en nosotros
pueda alinearse, algún tipo de bien,
algún amor, no totalmente constante,

pero, en el tiempo que nos toca,
lo bastante constante para atraernos
como a esas gaviotas, sus colas y picos
los puntos oscilantes de las agujas del compás.


Moya Cannon (Dunfanaghy, Donegal, 1956)
Versión de Jorge Fondebrider

Orientation
A flock of seagulls/ rocks on the water / at the sheltered end of Nimmo’s pier/- the birds’ white breasts all turned into the January wind.// Crystals in cooling magma/ orient themselves to magnetic north/ as towards a constant/ although, over deep time,/ poles shift about like bedrock or stars.// ¬F¬¬or us, who carry,/ in our twined chromosomes,/ all the wonder and terror / evolved within animal time and bone//- the carnage of our last century / and of the century just begun- / for us, might there be/ some wandering pole or orient,// towards which some primal grain in us / might align itself, some kind of good, / some love, not absolutely constant,// but, within the time which comprehends us,/ constant enough to draw us/ like these seagulls, their tails and bills/ the dipping points of compass needles.


Ilustración: Paisaje con Filemón y Baucis (detalle), 1630, Pedro Pablo Rubens

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