A veces cuesta levantarse en esta ciudad. Salir por cualquier puerta o resquicio puede significar el camino a la muerte, bajo el brazo inclemente de la miseria o simplemente del aburrimiento.
Pero también la ciudad puede ser amable y tierna, porque sé, con certeza, que estarás allí, ese espacio que ocupas me devuelve la calma y me prepara el camino para otros días de ausencia.
Así es esta ciudad, vive su vida, tuerce voluntades, nos atornilla a su destino. La contemplo y me doy cuenta que no tengo adonde ir, Caracas nunca pierde, no deja de latir (aun cuando tenga el pecho abierto y se esté desangrando).
En ocasiones cuando te vas siento que caigo, pero la ciudad me recuerda que estamos hechos a su imagen y semejanza.
Claudia Noguera Penso (Caracas, 1963), Caracas mortal, Oscar Todtmann Editores. Caracas, 2015
Envío de Jacqueline Goldberg
Pero también la ciudad puede ser amable y tierna, porque sé, con certeza, que estarás allí, ese espacio que ocupas me devuelve la calma y me prepara el camino para otros días de ausencia.
Así es esta ciudad, vive su vida, tuerce voluntades, nos atornilla a su destino. La contemplo y me doy cuenta que no tengo adonde ir, Caracas nunca pierde, no deja de latir (aun cuando tenga el pecho abierto y se esté desangrando).
En ocasiones cuando te vas siento que caigo, pero la ciudad me recuerda que estamos hechos a su imagen y semejanza.
Claudia Noguera Penso (Caracas, 1963), Caracas mortal, Oscar Todtmann Editores. Caracas, 2015
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