sábado, agosto 02, 2014

Santiago Sylvester / Peripecia del cuerpo









El cuerpo es exigente: reclama, ofrece prestaciones, y ahora
me doy cuenta de que elige sólo a medias:
sin embargo,
en él está lo que gano y pierdo: vértigo de lo que llega,
descarte de lo que sobra y
perpetuamente sobrará.
La memoria
forma parte del cuerpo: no difieren naturaleza y cultura: todo
en este caso es todo, pero no con el fastidio ontológico sino
con la contundencia del verbo estar.
La voz, el entusiasmo,
forman parte del cuerpo como la mirada forma parte del
ojo: no hay separación que valga.
Un cuerpo sano o enfermo es igualmente el cuerpo, incluso
la cicatriz;
la caída de un diente, un moretón, son tan cuerpo como la
punta de los dedos:
hasta lo que puede ser cortado, uña, pelo o pellejo, que es
donde más se esmera porque ahí
puede desaparecer.
El enigma que circula por el cerebro, lo intenso del tendón
y resueltamente el sexo: cada tarea
pregunta qué vino mi cuerpo a decir de mí, cuál es la
justificación que me rodea:
el cuerpo, el exigente.
Con él
me siento en confianza, no sé si en calma:
un ojo cerrado, el otro abierto,
como el animal que se tiende al lado de su dueño y se duerme,
y sospecha que por ahora todo está bien.

Santiago Sylvester (Salta, 1942), Los casos particulares, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2014

1 comentario:

  1. Me adhiero a la " Peripecia del cuerpo". Se asemeja a lo que experimento. Muy bueno, como todo lo de Sylvester.

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