miércoles, julio 18, 2012

Noel Duffy / Las Lunas






Las Lunas

Todo el día él ha esperado que oscureciera
al tiempo que los carruajes traqueteaban por el patio
debajo de su ventana el grito de los puesteros
en el mercado llenando el aire hasta el atardecer.

Ahora todo se ha aquietado en las calles angostas
Orion trepa desde el sur y la campana de la catedral
entona la solemne nota del Angelus sobre Padua.
Él se calienta las manos con los extinguidos rescoldos de su fuego,

luego enfoca el telescopio por sobre los techos
de las casas de los mercaderes en la plaza,
bien alto por encima de su mundo de comercio e intercambio,
sus libros de balances y contadas horas.

Y como, al mirar más de cerca, el cielo estalla
en el ojo de su explorador, la noche más derrochadora
de lo que podría haberse imaginado,
las Siete Hermanas, titilando y familiares

elevándose por sobre el horizonte y Júpiter, el punto más brillante,
en lo alto de toda la oscuridad, nada hasta hacerse nítido
con las cuatro lunas fijas en su órbita,
presencias fantasmagóricas alrededor del

clima cambiante de otro planeta. Esas extrañas estaciones
que ha presenciado en los cielos pero ninguna como esta

gigante tormenta arremolinándose en la distancia, su iris de sangre
que lo busca a través de los espacios vacíos

como si fuera el ojo de Dios que lo ha encontrado
enmarcado en la ventana, su vista débil
única prueba contra toda la ignorancia y la duda
de que a veces un corazón puede perder un latido

y después, nada será lo mismo.

Noel Duffy (Dublin, 1971), In The Library Of Lost Objects, Ward Wood Publishing, Reino Unido, 2011
Versión de Marina Kohon


The Moons

All day he has waited for the light to fade 
as carts and carriages rattled by in the courtyard
below his window, the shouts of traders 
in the marketplace filling the air till dusk.

Now all has grown quiet in the narrow streets
as Orion climbs from the south and the cathedral bell 
intones the solemn note of the Angelus over Padua. 
He warms his hands by the dying embers of his fire, 

then aims his telescope above the rooftops 
of the merchants’ houses on the square,
high above their world of commerce and trade,
their balanced ledgers and numbered hours.

And how, on looking closer, the sky explodes
in the viewfinder, the night more profligate 
than he could’ve ever imagined it,
the Seven Sisters, shimmering and familiar, 

rising above the horizon and Jupiter, brightest point 
in all the darkness overhead, swims into focus 
its four moons fixed in their circuits, 
circling like ghostly presences across the shifting 

weather of another planet. Such strange seasons 
he has witnessed in the heavens but none like this 
giant storm churning in the distance, its blooded iris 
searching him out across the empty spaces 

as though it were the eye of God that had found him 
framed in this window, his failing sight 
his only proof against all ignorance and doubt 
that sometimes the heart can miss a beat 

and is never quite the same after.

Foto: Noel Duffy en su web oficial

2 comentarios:

  1. Imnpresionante. Potente. Veraz. Angustia. Obsesión por ese firmamento que pareciera velado a las humanidades, pero ahora tenemos que no, y que sencillamente no somos los astrónomos, aunque haya poetas que casi se acercan a tocar las estrellas de parte a parte del espacio, desde la posición en la tierra, cubriendo anchas proporciones de luz imperecedera, a través de perímetros satelitales comunicantes de incertidumbres. Buen poeta, objeto luminoso, capaz y no capaz. Al fin despuntaría su anhelada luna sobre el iris sanguíneo y mortal.

    ResponderBorrar
  2. Un gran poema y una gran traducción. Saludos Irene Marks

    ResponderBorrar