jueves, diciembre 11, 2008

En otra parte, ciertos lagartos marinos ignoran...


El tuátara

En otra parte, ciertos lagartos marinos ignoran
despreocupadamente a sus vecinos -mientras van congregándose
de tal modo que no dejan lugar ni para dar un paso, con las colas encimadas
al estilo de los cocodrilos -son rodeados por pájaros que entran y
salen dandos saltos. Así la vida social entre los reptiles y las aves es
apacible. El tuátara

le permitirá a un petrel
entrar en su cueva, donde guarda sus nueve
o diez huevos... que es la cantidad que ponen los dragones, ya que
"un auténtico dragón engendra nueves hijos". El camaleón de tres
cuernos y el lagarto de collar, de la clase que no tiene patas, no toman en serio

a ningún ser que no sea volador. En
Copenhague, la puerta principal
del Mercado de la Bolsa está techada con dos pares de dragones parados
sobre las cabezas, de modo que sus cuatro
colas verdes -trenzadas así por el arquitecto- se unen verticalmente
simbolizando el amparo de una seguridad cuadruplicada.

Marianne Moore (Missouri, 1887-Nueva York, 1972), El basilisco emplumado, Ediciones Jimmy Jimmereeno, Buenos Aires, 1991. Bilingüe. Traducción de Ernesto Montequín.


The Tuatera
Elsewhere, sea lizards / caongregated so there is no room /to step, with tails laid crisscross, alligator style, among/ birds toddling in and out-- are innocent of whom/ they neighbor. Bird-reptile social life is pleasing. The tuatera// will tolerate a/ petrel in is den, and leys ten eggs/ or nine-the number laid by dragons since "a true dragons/ has nine sons". The frilled lizard, the kind with no legs,/ and three-horned chamaleon, are non-serious ones that take to fligth.//if you do not. In / Copenhagen the principal door7 of the bourse is roofed by two pairs of dragons standing on/ their heads -twirled by the architect- so that the four/ green tails conspiring upright, symbolze fourfold security.

Foto: Marianne Moore, por George Platt Lynes, circa 1935. Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos

De Marianne Moore en este blog: Poesía, traducción de Alberto Girri y William Shand

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