miércoles, abril 09, 2025

Amy Lowell / Dos poemas




Otoño

He pasado el día observando las purpúreas hojas de la vid
caer al agua.
Y ahora, a la luz de la luna, siguen cayendo,
pero cada hoja tiene franjas plateadas.

Circunstancia

Sobre las hojas de arce
brilla rojo el rocío
pero sobre la flor de loto
tiene la blanca transparencia de las lágrimas.

Amy Lowell (Brookline, Massachusetts,Estados Unidos,1874-1925), Poetas norteamericanos en dos siglos Volumen I, selección y versiones Jonio González, Ediciones en Danza Libros Digitales, Barcelona-Buenos Aires 2020



AUTUMN
All day I have watched the purple vine leaves
Fall into the water.
And now in the moonlight they still fall,
But each leaf is fringed with silver. de las lágrimas.


CIRCUMSTANCE
Upon the maple leaves
The dew shines red,
But on the lotus blossom
It has the pale transparence of tears.
---

martes, abril 08, 2025

María Martha Dechecco / Dos poemas





Avería

Fue en la isla del Astrolabio
allí decidimos encallar.
donde las brújulas enloquecen
y los océanos forman 
un hipnótico 
abismo.

Elegimos el vértice helado
de la gran naranja
para cometer el naufragio.
Era preciso, necesario:
no existe palabra para definir el estrago,
la ley nos condenaría
por esa deliberada meta.

En el hielo del islote
dejamos los últimos mensajes
la bitácora del capitán,
envuelta en lienzos de mortaja
unos granos de pimienta, 
brillaron como gemas sobre la nieve, 
y la osamenta de nuestro amado perro,
muerto al trasponer el paralelo 60.

Luego de la ceremonia
fue el momento de irnos a pique:
la nave, intacta
desprovista de daño alguno,
y nosotros, 
irremediablemente averiados.  



Bitácora con tigres y el otro


Para un verdadero poeta, cada momento de la vida, cada hecho, 
debería ser poético, ya que profundamente lo es.
                                                                               J.L.B.



Los tigres de arena viajarán conmigo hoy:
atravesaremos la jornada de tedio y violencia
serán la ciudad, la sala de espera,
la indiferencia de los prójimos,
la miseria bajo los puentes
quienes pongan a prueba la premisa;
cada momento de la vida es poético.

El poeta mismo arrastra una condena
su  muerte no lo ha liberado pues él mismo 
se encargó de destruir el olvido,
ese ominoso castigo que decía anhelar en vida.
Gustaba adornar sus sienes con linajes vacíos, 
e imaginar su silueta recortada en bronce.

Ahora volvamos al instante
y a la verdad poética 
que deben encontrarse en un punto determinado
                                                                                  aunque 
¿podrá un río incesante de automóviles 
y basura 
ser comparado con el paisaje helado del río Charles
en la glorificada Boston? 
¿Vale la imagen para
rememorar a Heráclito, maestro?
Una mujer muy joven
espera el ómnibus a mi lado,
no necesitamos mirarnos
con sus dieciocho años
sabe que quien la observa es ella misma,
desde ese cuerpo tan semejante 
al de su madre.
El caudal creciente de autos y camiones
ha desbaratado la perfección de la mañana
la frescura de la lluvia de hace un instante
ahogada en cientos de miles 
de caños de escape 
                                 ambas lo percibimos al mismo tiempo. 
El instante es poético
el río fluye
ambas hemos estado frente a él
y hemos contemplado la destrucción
aquel día ella lloraba sin lágrimas
había dibujado su adentro 
con trazos desgarrados,
un río rojo de tristeza sin fin,
y la destrucción -como hoy- salía de las bocas humeantes
atronaba la canción sin sentido.

La paloma embistió los cables de alta tensión
y cayó sobre el río de asfalto
veintiséis ruedas de un mismo camión
pasaron sobre su breve cuerpo.
El lagarto overo atrapado en la cuneta
me interpeló con sus ojos aquella mañana
tanto él como yo  
                           insensatos
pretendíamos huir
aún
sabiendo 
que eso
no es 
posible.

María Martha Dechecco (Córdoba, Argentina, 1967)

lunes, abril 07, 2025

Ted Hughes / El zorro del pensamiento


 

Imagino este momento en el bosque, a medianoche:
algo más está con vida
junto a la soledad del reloj
y esta página en blanco que mis dedos recorren.
 

No hay lucero en la ventana:
algo más cercano
pero más sumido en la negrura
se adentra en la soledad: 

con el frescor, con la delicadeza de la nieve sombría,
el hocico de un zorro tienta ramitas, hojas;
dos ojos sirven a un andar
que ahora mismo, y ahora, y de nuevo ahora 

imprime huellas nítidas en la nieve
junto a los árboles, y cautelosa una débil
sombra se rezaga entre tocón y el vacío

de un cuerpo que osa deslizarse
 


de claro en claro, un ojo,

un verdor que se abisma y se dilata
brillante, concentradamente,                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    
avanzando a su aire 
y entonces, con un brusco, intenso, cálido tufo a zorro,
ingresa en el oscuro hoyo de la cabeza.                                                                            
En la ventana no hay estrellas; late el reloj,   

La página está impresa.
 
Ted Hughes (Mytholmroyd, Inglaterra, 1930-Devon, Inglaterra,1998), Collected Poems,Faber & Faber, 2003, Perros en la  Playa,diciembre 20, 2022     
Traducción: Jordi Doce 
Más poemas de Ted Hughes en  

                The Thought-Fox

I imagine this midnight moment's forest:
Something else is alive
Beside the clock's loneliness
And this blank page where my fingers move.

Through the window I see no star:
Something more near
Though deeper within darkness
Is entering the loneliness:

Cold, delicately as the dark snow
A fox's nose touches twig, leaf;
Two eyes serve a movement, that now
And again now, and now, and now

Sets neat prints into the snow
Between trees, and warily a lame
Shadow lags by stump and in hollow
Of a body that is bold to come

Across clearings, an eye,
A widening deepening greenness,
Brilliantly, concentratedly,
Coming about its own business

Till, with a sudden sharp hot stink of fox
It enters the dark hole of the head.
The window is starless still; the clock ticks,
The page is printed.
---
Foto; Paris Review 

domingo, abril 06, 2025

W. H. Auden / El ciudadano desconocido



            
                                         (A JS/07/M/378 el Estado levanta este
                                           Monumento en mármol)
La Oficina de Estadísticas encontró que era
uno de aquellos contra los que no existe queja
oficial,
y todos los reportes sobre su conducta concuerdan
en que, en el sentido moderno de una palabra
anticuada, era un santo,
pues su actividad toda estaba al servicio de La
Mayor Comunidad.
Con la excepción de la guerra, hasta el día en que
se retiró
trabajó en una fábrica y nunca fue despedido,
antes bien complació a sus patrones, Motores“El
Embuste”, S.A.,
13
sin ser un esquirol ni hombre de ideas extrañas,
pues reporta su Sindicato que pagaba sus cuotas
(sindicato fuerte, según nuestros reportes)
y nuestros obreros de sicología social descubrieron
que era muy popular entre sus camaradas y a veces
tomaba una copa.
La Prensa está convencida de que cada día
compraba su periódico
y de que sus reacciones ante los anuncios eran
normales
en todos los aspectos.
Pólizas a su nombre prueban que estaba plenamente
asegurado
y su tarjeta de salud muestra que una vez estuvo en
un hospital pero que había sanado cuando lo
abandonó.
Tanto los Investigadores de Producción como los
de Vida de Alto Nivel
declaran que era totalmente sensible a los avances
en Planes de Crédito
y que poseía todo lo necesario para el hombre
moderno,
un fonógrafo, un radio, un coche y un refrigerador.
Nuestros sondeadores de Opinión Pública se alegran
de que haya sostenido las opiniones apropiadas a
cada época del año.
Cuando había paz, estaba por la paz; cuando había
guerra, iba a ella.
Contrajo matrimonio y sumó cinco hijos a la
población,
lo que, según nuestros expertos en perfeccionar la
raza,
era lo correcto para un padre de su generación,
y nuestros maestros advierten que jamás interfirió
en su educación.

¿Era feliz? ¿era libre? La pregunta es absurda.
De haber habido algo incorrecto, sin duda nos
hubiésemos ya enterado.
W. H. Auden (York, Inglaterra, 1907 - Viena, 1973),  Material de Lectura n° 10, selección, traducción y nota introductoria de Guillermo Sheridan, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) , 2007

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Foto: W. H. Auden; Londres 1969, Neil Libbert/Getty Images

sábado, abril 05, 2025

Susana Villalba / Domingo de elecciones en la Shell Select Tango



Todo es una pared en que se ve descascarar la vida en una sola frase: Feliz cumple, aguante Brukman, Cuervo puto. Un solo plano todo, todo plano, carbón, tiza, aerosol. Si tocaras en el cielo moriría Charly, Damas gratis, Rocas sucias. A veces un destello de palabras misteriosas como rocas, como mica en las piedras, veredas de hojas amarillas, cascotes en la calle. De qué rocas en esta planicie de llaneza aplastante, el cielo un plomo sucio del hastío de la lluvia del domingo. Se borronea una palabra, gotea en los cartuchos dispersos en el suelo, los disparos recientes se escriben como huecos del ladrillo. Padre Rainbow, Viejas locas, Pibes chorros. Todo un plano, una toma. Una mancha como hombres alrededor de una fogata, como perros de una noche de mil años.

De día se levanta una ciudad y todos van como leyendo un llamado ultravioleta, hereditario, partitura, como moscas, como entrando en molinetes. Vallados hacia una ventanilla a apostar lo que total ya no tenían. Una vida de pizarra, de una tele para acá. Apenas hace nada, cinco siglos, tres reflejos, un alguien pintó esa caravana de ciegos al abismo, al eco del barranco. Detrás de esa pared en que se estrellan.

Por siempre Chaca, Sebi te amo, Los Tarijas stones. Acaso falta sangre, más aún, que abone esa costumbre de rodar horizontal imaginando que es un plano inclinado, la vida vertical, la tierra un vértigo del cielo, se va a acabar, Señor. No escucho que truene tu voz, si es una voz, no veo quebrarse la pared, el mundo o alguno en parte alguna. Alguna vez quisiera ver algo distinto, final inesperado, palabras misteriosas, rebelión que no se muerda el polvo de la cola para ir a caer de a uno en fondo. Si fuera posible en este siglo. Si fuera posible en este mundo.

Ma terre, mater dolorosa. El que devora a sus hijos, cuerpos se arrojan como rocas. Señor, entiendo que no nos dejes elegir algunas cosas pero nunca ser más que humanidad, más que este barro que amasa como miga, como costilla que se quiebra de su alma, cerebro de pan que se resbala chapoteando las patitas hacia arriba, el lomo hundido, la mirada a la punta del látigo otra vez a ver si lo rescata para atrás. Por enésimo siglo, lugar, por enésima vida, vez, palabras mismas.

Se vota por la fiesta que se mira apiñado en la vereda, en el zaguán. Gramilla, ripio, guijarro de payana, ficha de sapo, silla, fila, centavo. Peor están los ciegos, los sordos que no escuchan ese vals, esa fanfarria de fajina cortesana. Palabras de cartel que prenden un reguero, un arma frase de repetición. Desfilan los fiscales de veredas, gerentes de kiosquitos, figuritas en clips, ideas con alfileres, cabecitas de tacho con palo y a la bolsa, con las cartas marcadas.

El Ciclón, Almas Mugrientas, Santa Revuelta, El Bananazo, la Brukman a sus trabajadores. Apenas hace nada la gente la cuidaba, ahora apoya el desalojo. Apenas hace igual el hombre como ahora asumía Carlos V, imperio sacro, bizantino o británico, romano, mayestático. El imperio sintáctico que ahora titila mientras llueve en algún lado, en este lado, en esta esquina, frente a un muro. Hijos del hijo, Patria Chuker, Trujamán.

Nuestra Mater lacrimosa, apenas los gases se disipan. En esta esquina Campeón, le vamo a hacer el culo a las galli. Gallito de baldío. Pollitos mojados bajo el frío. Se vota entre la barra de la jaula o el degüello, en un desfiladero como a cuerda. La marcha hipnotizada de la vida, la primera salvación es la del cuerpo, Señor, recuérdanos el alma cada tanto. En tiempos más soleados, más amables. En este año si es posible. Si es posible en esta vida.

Susana Villalba (Buenos Aires, 1956), El amor es animal. Poesía reunida, Salta el Pez, Buenos Aires, 2024 Op. Cit.,marzo 23, 2025

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Fofo: Pilar Benítez /La Nación

viernes, abril 04, 2025

Nelson Ball / Al este de PLattsville



En la autopista regional al este de Plattsville
hay una fábrica de piezas de metal

en otro tiempo fue
una fábrica de encurtidos

cada vez que paso por allí
no importa de qué dirección venga

se me llenan los ojos de lágrimas
pensando en Bárbara

cada vez
me ocurre lo mismo

siempre
inesperadamente

hasta
ahora

Nelson Ball (Clinton, Canadá. 1942-Brantford, Canadá,2019 ) "Poetas canadienses", selección y traducción de Jonio González, La Náusea, 28 de marzo de 2025



EAST OF PLATTSVILLE

On the regional highway east of Plattsville
is a metal fabricating plant

it used to be
a pickle factory

every time I drive past now
coming from either direction

my eyes well up
as I think of Barbara

this happens
every time

always 
unexpected

until
now
---

jueves, abril 03, 2025

Alfredo Lemon/ De "El búho de Minerva levanta vuelo al anochecer"




El búho de Minerva levanta vuelo al anochecer

Recordá con júbilo el jardín de los jazmines

Gratitud por los momentos magníficos que fueron
               cuerpos espléndidos 
               contornos y dunas del deseo

Tomábamos té de menta y manzanilla
Comíamos cerezas y dátiles para festejar
Había sandías paltas duraznos chocolates

Fuimos amantes leopardos sudando en una cama

Almohadas y alfombras
Memorias y promesas
Mística y marihuana 
Licor de anís y lemoncello

Celebrá así, escribir porque sí
Enlazá el ánimo a la escritura
Sea tu catarsis savia nutriente

Barriletes verdes 
Meteoritos amarillos entre átomos y estrellas

La mente gira como una calesita con visiones que titilan
¿Son fósforos de neón en un parque de diversiones?

Bendecí esa ebullición de absoluto

A beber el champagne de los chimpancés
El cóctel de los arlequines 



El búho de Minerva levanta vuelo al anochecer

En Las Grutas viste una ballena y pensaste en Jonás 
y en Simbad

En Ansenuza paseaste junto a las gaviotas 
y los flamencos

En el Egeo fuiste desnudo y libre

En el Ganges fuiste un peregrino

En el Quilpo fuiste un vagabundo

Fluye suave fuego de Heráclito hasta que termine mi canto

Hasta que alcance a discernir lo transitorio de lo fijo
lo fugaz de lo perenne

Adiós poemas inconclusos poemas extraviados 

Adiós músicas remotas que no se olvidan

Violín en París/ piano en Berlín/ narguile en Katmandú

Adiós lugares prohibidos, orgasmos de oro y terciopelo
Secretos custodiados bajo una pirámide
Perros infieles de mi infancia que me mordieron dos veces

Dejaré aquí mi torpe itinerario
Mi trabajo sellado en un cofre

Huyo hacia un sitio abierto y palpitante

Adiós adiós



El búho de Minerva levanta vuelo al anochecer
Aquel verano estuvimos en Ascochinga
Nadamos a cielo abierto al pie de una montaña
Después almorzamos al borde de un puente en Agua de Oro
Al volver caminamos por la costanera hasta que atardeció
Dorada violácea opalina
La naturaleza en calma nos atravesó
Pasó la belleza con un plato redondo de nísperos
y manzanas

Entre mi nacimiento y mi herencia
está mi justificación

Alfredo Lemon (Córdoba, Argentina, 1960)

El búho de Minerva levanta vuelo al anochecer
Mascarón de Proa, Villa María, Córdoba,  Argentina 2025












miércoles, abril 02, 2025

Diane Wakoski / Dos poemas





El mecánico


La mayoría de los hombres usan
los ojos
como metrónomo
para marcar el compás
del caminar de una mujer
cómo sus caderas se ciñen
contra la tela, igual que los higos
en el árbol
justo antes de reventar
sus moradas pieles,
para medir qué tanto
de su andar emplea en la cama
de noche,
la jarra del cielo
llenándose de vía láctea
centellea cada vez
que ella mueve los labios.

pero, claro,
los secretos
no son los golpes obvios
en la canción
que cualquier baterista puede dar

oyendo la velocidad del motor
—hecho también de golpes—
tan rápidos,
sutiles, supongo,
que llegan como un sonido continuo
o el corazón que, por supuesto,
golpea sin ventilador
que lo mantenga
fresco;
es una prueba,
un ritmo,
que no podrían ver
aquellos ojos medidores
aunque tal vez haya algunos
con dedos y oídos
tan cerca de los motores
con aceite limpio circulando por los oídos
que depure la sesera,
quizás algunos...

puedan decir
en qué consiste
el secreto sangrar de una mujer

Como mujer
con estrellas untuosas
en todos los puntos
de mi piel
nunca podría
fiarme de un hombre
que no fuera mecánico;
un hombre que usa sus
ojos,
sus manos,
escucha
el
corazón.

Historia


Un hombre me preguntó
la historia de mi vida.
Dije
que yo no tenía
historia.
Que todas mis historias eran vidas,
como hongos,
aparentemente sin raíces,
aunque las esporas, microscópicas, que bailan
    en la tierra
como mi mano roza tu cara mientras
duermes,
               ya no son misteriosas;
y recordé que todas mis historias son una sola,
dejando a una mujer con un puñado de plata
que se vuelve luz de luna
desvanece como el aire,
desaparece con el sol,
permaneciendo ella con sus manos abiertas
y la poesía que es música,
una canción que nos ronda a todos
es lo que le queda,
su realidad misteriosamente,
quizá microscópicamente, ida
                        para aparecer en otro
terreno pantanoso.
Yo busco al mago que entienda
lo que es invisible
al ojo desnudo,
que lea la poesía como un texto
para una nueva especie de jardín,
que convierta la luz de luna
en un puñado de plata,
en algo sólido y real,
no en ilusión,
no en viejas historias,
no en la vieja versión de la vida,
no en hongos venenosos.

Hongos,
comibles,
hermosos,
que dejan caer las esporas
y dan vida
justamente
como nosotros.
La historia de mi vida
es
que continúa.

Diane Wakoski(Whittier, California, Estados Unidos, 1937), Siete poetas norteamericanas contemporáneas,selección, notas y traducciones de Beth Miller, Material de Lectura n° 16 Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 2008

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martes, abril 01, 2025

Tom Pow/Amor en el zoológico (Bronx)



Recorremos los senderos cubiertos de hielo
pasando los estanques helados, los recintos con nieve, 
donde los juncos como puercoespines amontonados 
son negros y todo lo que se ve.

En el tenue calor de un reptilario,
nos detenemos ante una pecera
con una tortuga color arena
de caparazón blando, grande
como mi mano abierta. De la larga cuchara
de su cabeza, sobresalen los agujeros de la nariz 
como minúsculos binoculares. Ojos,
dos manchas plateadas. Cuando se yergue
sobre la hierba verde y oscura, sus patas,
como semillas de sicomoro, rozan la ventana
por la que miramos. Tan cerca está
y tan doblada, que vemos 

el delgado círculo de su boca invertida;
casi imaginamos que va a hablar… 

De vuelta en el Bronx, no sabemos
en qué callejón sin salida dar la vuelta;
nos equivocamos siempre finalmente. Damos vueltas – 
–moscas atrapadas en una mortal belladona– tratando
de encontrar la entrada a la autopista 

más allá de los edificios quemados, basureros;
un brasero que les saca el frío
a unos borrachos.

Un Cadillac azul y maltrecho se sacude
hasta detenerse frente a nosotros. Los paneles oxidados
tiemblan; las luces traseras rojas brillan
en los alerones corroídos. Nos sentamos tensos
cuando las negras maldiciones del negro son humo
en el aire invernal. Nos volvemos hacia los otros: 
súbitos neófitos, que podrían –sin sueño, sin palabras,
en la oscura jaula de la noche– mantener sus cuerpos blandos
cerca; miedo
por la supervivencia del amor.

Tom Pow (Edimburgo, 1950)
Traducción de Jorge Fondebrider



LOVE AT THE (BRONX) ZOO

We walk the icy paths
past frozen ponds, snowed-in enclosures,
where reeds like drifting porcupines
are black huts are all that show.

In the dim warmth of an animal house,
we linger by a tank
with a sandy-coloured,
soft-shelled turtle, the size
of my spread hand. From the long spoon
of its head, nostrils stick out
like tiny binoculars. Eyes,
two silvery stains. When it rises
from the dark green weed, its fins,
like sycamore seeds, brush the window
we peer through. So close is it
and so angled, we see

the thin loop of its down-turned mouth;
almost fancy it would speak...

Back in the Bronx, we don't know
which blind-eyed alley to turn down;
eventually are wrong anyway. We ride around - 
a fly caught in deadly nightshade – trying
to reclaim the rim of the highway

past burned-out buildings, waste-ground;
a brazier licking the chill
off some winos.

A battered blue Cadillac jerks
to a stop in front of us. Rusted panels
shake; red tail lights glare
from corroded fins. We sit tight
as the black man's black curses plume
intro the winter air. We turn to each other: 
sudden neophytes, who might – sleepless, speechless,
in the dark cage of night – hold their soft bodies
close; fear
for love's survival.
---

lunes, marzo 31, 2025

Liliana Ponce /Poemas





Horizontal/Vertical
11
Como una ilusión, así como hablo y siempre que se habla.

Esta tentativa se disipa,
asciende con pasos lentos
haciendo nacer un conjuro semejante a ese hilo temido
sobre algunas omisiones y la transición.

La idea se desvanece detrás del vidrio del ojo,
atravesando reflejos recíprocos,
extendiéndose sobre la corteza aérea del placer
hasta la visión del deseo.

A mí
y a todo lo que uno
fuera de sus garras, de su hambrienta torre,
donde el polvo viene de la noche
a posarse sobre la piel,
ella arranca estas escamas
situadas en un cuerpo que no distinguiría,
estas escamas de mi aspecto actual,
cuando nado y me deslizo entre paredes de nieve.

Exposiciones
8
III
Mares infinitos.
En los bordes, el pensamiento levanta su espiral de hielo.
La araña acecha bajo la lámpara andrógina
Hay un silencio de mármol en la extensión de las cenizas.

Monólogos que fluyen.
Frases tomadas, redes vegetales
que absorben toda forma flotante.
Hebras —palabras en los orígenes del placer
apartando obstinadamente vidrios, reptiles,
cubriendo las esferas nocturnas.
Hombres gusanos viven al abrigo de la ausencia,
a sus propios ojos desaparecen.

Composición (1984)

Urbs dixit

Esperaba una llamada cuando
en pleno Buenos Aires fueron liberados
y desapareció todo vestigio
—proverbial astucia.
Brotaron los temores
(a veces conviene callarse).

A la misma hora y a metros del lugar,
recolección de basura,
máquinas tragamonedas
y en esos paseos, tolderías y colchones,
juegos, bancos, cestos, bebederos,
vecinos que venden sus propias pertenencias
y sueñan con volver al empleo
—una emoción social,
una emoción ligada al propio yo.

La noche avanza en el bar:
dos voces para respirar otro aire.
El país de donde había salido
ya no existía
—existe sólo en el pasado
(está en la mira, aguarda).

A la misma hora y a metros del lugar,
sobre el caracol del paso a nivel, rezaron,
y un tren aminoró su marcha.

Soportar demoras o no poder viajar,
o hacer una huelga, cortar un puente.
Una fuerza fuera de control:
con guantes y uniformes desfilaron
en la calle peatonal
paralela al muro de ladrillos.
Brotaban los temores
—la violencia es hija de la violencia.

Paseante y Huésped (2016)

Liliana Ponce (Buenos Aires  1950) " La intención y el azar"  Op. Cit.,  entrevista y selección de poemas de Silvana Franzetti, marzo 23, 2025

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domingo, marzo 30, 2025

Carlos Drummond de Andrade / Poema de la necesidad




Es preciso casar a Juan,
es preciso soportar a Antonio,
es preciso odiar a Melquíades,
es preciso sustituirnos todos.

Es preciso salvar el país,
es preciso creer en Dios,
es preciso pagar las deudas.
es preciso comprar una radio,
es preciso olvidar a fulana.

Es preciso estudiar volapuk*
es preciso estar siempre borracho,
es preciso leer a Baudelaire, 
es preciso recoger las flores
de las que rezan viejos autores.

Es preciso vivir con los hombres,
es preciso no asesinarlos,
es preciso tener manos pálidas
y anunciar EL FIN DEL MUNDO.

*Lengua artificial de comunicación internacional, antecesora del Esperanto. 

Sentimento do Mundo, 1940.

Carlos Drummond de Andrade (Itabira, Brasil, 1902 - Rio de Janeiro, Brasil, 1987 )
Traducción de Ricardo Ruiz

Más poemas de Carlos Drummond de Andrade, traducidos por distintos traductores, en Otra Iglesia Es Imposible


Poema da necessidade


É preciso casar João,
é preciso suportar Antônio,
é preciso odiar Melquíades
é preciso substituir nós todos.

É preciso salvar o país,
é preciso crer em Deus,
é preciso pagar as dívidas,
é preciso comprar um rádio, 
é preciso esquecer fulana.

É preciso estudar volapuque*,
é preciso estar sempre bêbado,
é preciso ler Baudelaire,
é preciso colher as flores
de que rezam velhos autores.

É preciso viver com os homens,
é preciso não assassiná-los,
é preciso ter mãos pálidas
e anunciar O FIM DO MUNDO.

*Volapuk: Língua artificial de comunicação internacional, antecessora do Esperanto.
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Foto: Carlos Drummond de Andrade, Templo Cultural Delfos

sábado, marzo 29, 2025

Maggie Smith / La madre



La madre es un arma cuya
carga sos vos, pequeña bala.

La madre es un cristal a través del cual
te ves, con detalles insoportables, a vos mismo.

La madre es un paisaje.

Fijate que ella piensa en un árbol

y forma un bosque con ese pensamiento repetido.
Antes de la invención de la cursiva

la madre es manuscrito.
La madre es cielo.

Mirala, con su chal de estorninos,
cómo lleva el zumbido de las alas sobre sus hombros.

La madre es un prisma.
La madre es un revólver.

Mirá cómo pasa la luz a través de ella.
Mirá cómo abre fuego.

Maggie Smith ( Columbus,  Estados Unidos, 1977),Waxwing Literary Journal, Biblioteca Ignoria
Versión de Isaías Garde

Más poemas de Maggie Smith en Otra Iglesia Es Imposible


The Mother


The mother is a weapon you load
yourself into, little bullet.

The mother is glass through which
you see, in excruciating detail, yourself.

The mother is landscape.
See how she thinks of a tree


and fills a forest with the repeated thought.
Before the invention of cursive


the mother is manuscript.
The mother is sky.

See how she wears a shawl of starlings,
how she pulls the thrumming around her shoulders.

The mother is a prism.
The mother is a gun.

See how light passes through her.
See how she fires.
---

viernes, marzo 28, 2025

Andreas Altmann / Las palabras más vacías



las cartas no fueron devueltas.
si hubiera algo que decir.
las palabras estarían más vacías. Con suavidad caen.
alrededor de la habitación se hizo la casa.
alrededor de la casa se deslizan las calles.
sin más seguimos conectados todavía.
solo el mar da de beber a esta red.
se puede olvidar. me encanta el mar.
te entiendo bien. mejor callar.
y seguite hacia atrás con tu mirada.
compartimos los viejos amigos. de ellos
rara vez hablamos. y en cierto modo no tienen voz.
va a estar bien. cuando sobrevueles el mar.
el mundo es más angosto de lo que imaginamos.
cada uno disfruta en otros lugares.
quiero alejarlos aún más
tal vez exagere. la vida es más rápida
que nosotros en las cosas. que perseguimos.
y uno siempre muere primero.
de eso estoy seguro. como si estuviera muerto.
diciendo esto me quedé dormido.

Andreas Altmann (Hainichen, Alemania, 1963). Augen der Worte. Gedichte aus zehn Jahren, Rimbaud, Aachen,2004
Traducción de Silvana Franzetti


die worte leerer

die briefe sind nicht zurückgekehrt.
wenn es etwas zu sagen gäbe.
würden die worte leerer. so leicht fallen sie.
um das zimmer hat sich das haus gestellt.
um das haus kriechen die straßen.
ohne weiteres sind wir so noch verbunden.
nur das meer tränkt dieses netz.
läßt es vergessen. ich liebe das meer.
verstehe dich gut. besser schweig.
und geh dir aus deinen augen nach.
die alten freunde teilen wir uns. über sie
reden wir selten. und irgendwie ohne stimme.
es wird gut sein. wenn du das meer überfliegst.
die welt ist enger als wir früher noch glaubten.

jeder verlebt sich an anderen stellen.
ich will sie weiter voneinander entfernen.
vielleicht übertreibe ich. leben ist schneller
als wir in den dingen. die wir verfolgen.
und einer stirbt immer zuerst.
bin ich mir sicher. als wäre ich tot.
dabei schlief ich ein.
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Foto: Andreas Altmann, Leipzig,  2014 Wikimedia Commons

jueves, marzo 27, 2025

Christophe Manon / De "Puerta del Sol"




“¿Raíces? Todo el mundo tiene raíces”,
dice William Carlos Williams,
eso no representa el menor interés.
Hay que dejar descansar en paz
a aquellos cuyo recorrido aquí abajo terminó
y no intentar saldar las cuentas del pasado,
bajo riesgo sino de agitar nuestros propios espectros.
Los muertos son insensibles a las historias,
no necesitan ser tranquilizados,
donde están ya nada los concierne.
Eso que removemos,
eso que buscamos obstinadamente,
eso sobre lo que investigamos sin descanso,
no son más que ensoñaciones, frágiles apariencias
desprovistas de cuerpo y de realidad
que solo interesan a los vivos.
Los muertos, ellos, no tienen historias,
al menos, creo,
ya no buscan tenerlas.

*

Solo los vivos reclaman relatos
y las palabras que utilizamos
están animadas solo por nuestro deseo
de querer a todo precio despertar a los muertos
por su invocación sonora,
porque tememos ser al final
como ellos indiferentes al impenetrable
desorden de los acontecimientos.
Mantener desde luego el recuerdo,
pero no hay nada que restaurar,
nada de verdad que pueda ser reparado.
¿Conservar un registro, testimoniar? ¿Pero sobre qué?
En el fondo, las crónicas de los tiempos pasados
quizás solo son escritas para confirmar
nuestro propio sentimiento de existencia.
Y si a veces hacemos un alto,
si estamos tentados a veces
de darnos vuelta un instante
para echar una última mirada hacia atrás
sobre aquellos que amamos,
cuidémonos sobre todo de no permanecer
petrificados por lo que vemos, y procuremos
lo antes posible continuar por el mundo
la trayectoria que nos es asignada.

Christophe Manon (Burdeos, Francia,1971), Porte du Soleil, Éditions Verdier, Paris, 2023. 
Traducción de Mariano Rolando Andrade

*

« Des racines? Tout le monde a des racines »,
 dit William Carlos Williams, 
cela ne présente pas le moindre intérêt. 
Il faut laisser reposer en paix 
ceux dont la course ici-bas est achevée 
et ne pas tenter de solder les comptes du passé, 
au risque sinon d’agiter nos propres spectres. 
Les morts sont insensibles aux récits, 
ils n’ont pas besoin d’être apaisés, 
où ils sont plus rien ne les concerne. 
Ce que nous remuons, 
ce que nous cherchons obstinément, 
ce sur quoi nous enquêtons sans relâche, 
ce ne sont que des songes, de frêles apparences 
dépourvues de corps et de réalité 
qui n’intéressent que les vivants. 
Les morts, eux, sont sans histoires, 
du moins, je crois, 
ne cherchent-ils plus à en avoir.

*

Seuls les vivants réclament des récits 
et les mots dont nous usons 
ne sont animés que par notre désir 
de vouloir à tout prix réveiller les morts 
par leur invocation sonore, 
car nous craignons d’être à la fin 
comme eux indifférents à l’impénétrable 
fouillis des événements. 
Entretenir certes le souvenir, 
mais il n’y a rien à restaurer, 
rien en vérité qui puisse être réparé. 
Garder trace, témoigner, mais de quoi? 
Au fond, les chroniques des temps passés 
peut-être ne sont écrites que pour confirmer 
notre propre sentiment d’existence. 
Et si parfois nous faisons halte, 
si nous sommes tentés parfois 
de nous retourner un instant 
afin de jeter un ultime regard en arrière 
sur ceux qui nous sont chers, 
prenons garde surtout de ne pas demeurer 
pétrifiés par ce que nous voyons, et tâchons 
au plus vite de poursuivre par le monde 
la trajectoire qui nous est assignée
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Foto:  Thomas Deschamps

miércoles, marzo 26, 2025

Günter Grass/ En caso necesario, garbanzos




Como he perdido la risa,
aprendo ahora,
con ayuda de objetos usados,
por ejemplo mirando una goma de borrar,
a divertirme.

Tras larga contemplación, los guantes
de jardinero de mi mujer
que, juntos como para rezar,
están sobre la mesa de la cocina,
me parecen bastante cómicos.

O bien encuentro en el bosque
a un hombre, de cuarenta y tantos,
del que, atados corto, tres teckel de pelo duro
tiran cada cual en su dirección,
lo que me hace soltar la carcajada.

Así, con esfuerzo diario, finjo alegría.

Günter Grass (Ciudad libre de Danzig, actual Gdansk,Polonia, 1927-Lübeck, Alemania, 2015,Payaso de agosto, Bartleby Editores, Madrid, 2009. 
Traducción de Miguel Sáenz.
Envío de Jonio González
Mäs poemas de Günter Grass en Otra Iglesia Es ImposibleA Media Voz


NOTFALLS KICHERERBSEN
Weil mir das Lachen vergangen ist,
lerne ich jetzt,
mich mit Hilfe gebraucher Gegenstände,
zum Beispiel angesichts eines Radiergummis
zu erheiten.
Nach längerem Hinschauen werden mir
die Gartenhandshuhe meiner Frau,
die, gefalter wie zum Gebet,
auf dem Küchentisch liegen,
ziemlich komisch.
Oder ich treffe in Wald
einen Mann, Mitte vierzig,
den an kurzen Leinen drei Rauhhaardackel
in jeweils verschiedene Richtung zerren,
worauf mir Gelächter gelingt.
So, tagtäglich bemüht, mache ich mich lustig.
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martes, marzo 25, 2025

Ricardo Zelarayán / Pioja



Rezongado rezongo de palabra renga. Pelo y barro.


La horca... limpita. La horquilla puñalea seis veces por vez.

Puñaladas finas, bien clavadoras...¡Y a la puña!


Arado entierra y desentierra. Peine grueso y fino, suave y

liendre, piojo nomás. No saltona pulga. Roña y sangre.

La piedra aguanta, aguantaraz.


Madera, ¡já! Madera y avispas clavadoras. Una siesta basta.

¿Seguro? La carne sin revés se las arregla. Cae una gota loca.

Dos, tres... A la baba nomás mientras el río corra.


Ricardo Zelarayán (Paraná, Argentina, 1922-Buenos Aires, 2010),Roña criolla, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1991

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lunes, marzo 24, 2025

Eugenio Montale /El arca



La tormenta de primavera ha revuelto
el paraguas del sauce
en el torbellino de abril
quedó enredado en el huerto el vellocino de oro.
que esconde mis muertos,
Mis perros de confianza, mis viejos
guardianes - ¿cuántos desde entonces?
(cuando el sauce era rubio y yo le arrancaba
rizos con la honda),bajaron vivos
en la trampa. La tormenta
sin duda los reunirá bajo ese techo.
de antes, pero lejos, más lejos que antes
de esta tierra atónita donde hierven
cal y sangre en la huella del
pie humano. El cucharón humea en la
cocina, una ronda de reflejos
se concentra en caras huesudas, hocicos aguzados y
la magnolia del fondo los protege si
un soplo allí la arroja. La tormenta
primaveral agita con ladridos
de fidelidad mi arca, oh perros perdidos.

Eugenio Montale (Génova, Italia, 1896 - Milán, Italia, 1981), "La bufera e altro", 1956, Tutte le poesie, Mondadori, Milán, 2004
Versión de Jorge Aulicino

L'arca 

La tempesta di primavera ha sconvolto 
l'ombrello del salice, 
al turbine d'aprile 
s'è impigliato nell'orto il vello d'oro
che nasconde i miei morti, 
i miei cani fidati, le mie vecchie 
serve - quanti da allora 
(quando il salce era biondo e io ne stroncavo 
le anella con la fionda) son calati, 
vivi, nel trabocchetto. La tempesta 
certo li riunirà sotto quel tetto 
di prima, ma lontano, più lontano di 
questa terra folgorata dove bollono 
calce e sangue nell'impronta del 
piede umano. Fuma il ramaiolo in 
cucina, un suo tondo di riflessi 
accentra i volti ossuti, i musi aguzzi e 
li protegge in fondo la magnolia se 
un soffio ve la getta. La tempesta 
primaverile scuote d'un latrato 
di fedeltà la mia arca, o perduti
---
Foto: El Debate