martes, agosto 20, 2024

Marcelo D. Díaz / De "Los gamos"


Luz de otra parte

No será agua del cielo la que cae
y te moja, y nos moja
o será el agua del río
cayendo a la inversa
a qué animal nos parecemos en la lluvia.
A un delicado ciervo
cuando anuncia la nieve
y en el medio del río congelado comienza a hablar:
la técnica más cruel es la de la luz
con aquellas flores
que reflejan el corazón de tu mente
flores que no hacen otra cosa
más que atraer peces voladores
Es como una idea fija
las flores, el ciervo, más adelante en el ojo de los peces
vos y yo llegando para dibujar
nuestros nombres en el barro;
los animales así mueren en la memoria
de los árboles
¿te imaginaste un leño carcomido por los vocablos
que traía el río?
Un salvavidas ardiendo en el medio del agua.
Una forma de decir otra vez
hemos llegado al mismo mundo.
Cuántas veces el mismo mundo
como el hada del invierno
que toca con una especie de varita
todo a su paso. ¿Y los animales?
¿Y nuestra lengua de esquimal olvidando la primavera?
¿Y la forma primaria del pez que captura
la forma más compleja de los otros peces?
Nada más romántico que los peces ardiendo
en tu mente perdiéndose
en el hielo;
ahora tu ojo más adelante tu boca después tu corazón
dónde te tocó decir:
esta es mi forma sensible.
El ciervo perdiendo su orfandad entre la nieve
que lo creas o no
siempre brillará para vos.


A través del tiempo

“Hablemos, encendamos el fuego.”
Alberto Szpunberg

                                         a Rodrigo Astorga

Mi amigo me cuenta un sueño en el que el mundo
se convierte en un témpano infinito
más adelante se multiplica el frío
como una helada alrededor del planeta
después me dice: “mi primo estudia
matemática, en una realidad cuántica -me dijo 
dos cosas diferentes ocurren en simultáneo
Y yo me acuerdo de vos, y de tu voz
y pienso en una dimensión invertida
donde lo perdido se recupera.
¿No es un milagro tener el corazón helado así
en pleno verano? ¿No querías ser invierno?
¿O ya no? ¿Qué es lo que brilla en el futuro?
El sol arde a la medida de nuestras pérdidas
y la emoción se vuelve más radiante
cuando decís una y otra vez
somos animales tristes buscando la felicidad
en los vocablos del silencio,
una hoja en un árbol luminoso por momentos
transformado más tarde en leño
y más tarde en fuego,
siempre en un mundo paralelo
Esa es tu definición de la tristeza
una cosquilla, sí, o un aprendizaje a oscuras
de las cosas que son significativas
como cuando yo soñé con vos
y pensar que ahora tu nombre descansa
en un punto ciego de mi mente
mientras mi amigo me narra
la teoría de los mundos posibles
y yo me digo si no estás aquí más adelante
quizá tu corazón, no la imaginación, o mejor
el movimiento afectivo, o sentimental, de los astros
nos devuelva al cauce del río
de una época anterior
de cuando el cielo todavía era soleado.

Marcelo D. Díaz (Villa Mercedes, Argentina, 1981), Los gamos, edición electrónica, Cooperativa Cultural Trafkintu, 2024 

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Imagen: Marcelo D. Díaz por Pablo Elías. Marcelo Díaz/Facebook

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