sábado, diciembre 11, 2010

Alberto Muñoz, de "El naturalista"






Mirar a un pato a la aguada

Más allá del untuoso plumaje, de sus membranas interdigitales, de los humedales, el ánade real es más fácil de pintar. No pierde ni corrrige la estampa al caminar. Tiene, como todo nadador, el universo habitable en dos medios: agua y teoría.
Sobre una hoja canson blanca puede dibujarse con pincel fino. Aguada para el plumaje, como hacen los orientales. No requiere paisaje ni animal contiguo. Una luna a los lejos puede ayudar, en la medida en que se la pinte no mayor que su ojo.


Mirar a un gato encerrado

Simplemente para verificar la eficacia de la frase "aquí hay gato encerrado" encerré un gato. La llave del candado la guardé en un cajoncito de la cómoda y me desentendí del experimento durante 24 horas. Al día siguiente, fresco, sin ambages, procedí a comprobar lo que desde un principio suponía: en la habitación no había ningún gato; la literalidad resulta hueca; se promueve esa expresión porque el misterio es lo único que no aburre en la vida.


Alberto Muñoz (Buenos Aires, 1951), El naturalista, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2010


Ilustración: Ilustración para la tapa del libro: "El Naturalista" de Alberto Muñoz. Horacio Gerpe

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