Abraham Marcus MaterimAbraham Marcus Materim
cuenta que vio a los bolcheviques entrar a Varsovia
mucho antes de que la obesidad le destruyera la memoria.
Dice que en el traspatio de su casa se escuchaban los cañones,
que él hundió la cabeza en el Talmud
por si algún estallido atravesaba la ventana.
Muchos años más tarde se hizo autor de libros
que varios refugiados comentaron,
se hizo cajista, imprimió varias odas,
fieramente aduladas por la comunidad hebrea.
Salió en los periódicos, del brazo de sus colegas,
la camisa por fuera, las gafas empañadas,
la portañuela abierta con su erudición.
Abraham Marcus Materim
impresor de libros en hebreo,
cayó por su propio peso bajo las garras de su gordura,
agonizó unas horas escupiendo tetragramas por la boca.
El filósofo Mo TsePara Juan Pedro CastañedaEl filósofo Mo Tse enseña: refutarme es como tirar huevos a una roca.
Se pueden agotar todos huevos pero la roca permanece incólume.
El filósofo Wo agota los huevos del mundo contra una roca
y la conquista.
Primero, al hacerla memorable.
Segundo, porque en lo adelante y dada su amarillez excesiva,
quienes acuden a la roca
confunden la luna y los caballos.
Y tercero, aun más importante: un veredicto actúa sobre otro veredicto,
anula la obsesión de sus palabras.
Recomendaciones a mi hijo varón
que está por nacerPrimero, hijo, la camisa por dentro.
Hablar poco,
y si hablas de ti, decirlo todo escuetamente,
como cuando lo mejor que escribió tu padre.
Mucho respeto a tu madre,
y alzarle la voz lo menos posible.
Un beso a tu padre cuando llega del trabajo:
nada de apretón de manos.
No matar, no ir a la guerra,
tener siempre un par de pesos guardados en el banco,
y jamás, hijo mío, jamás,
hipotecar la casa.
Ten buró, pon tus cosas en la gaveta,
no renuncies al tabaco.
Si tienes hijos, ni adviertas ni impongas.
El día de la muerte abre por fin tu libro,
coloca la cabeza bajo el tajo,
no te quites.
José Kozer (La Habana, 1940),
Antología de poesía hispanoamericana (1915-1980), Espasa Calpe, Madrid, 1984