miércoles, septiembre 20, 2006

Ungaretti y el peso del silencio

El hermetismo italiano nos enseñaba en los 50, 60 y 70 que la brevedad conlleva la concisión, y que el silencio es significativo. El poema más breve de Ungaretti ("M'ilumino d'inmenzo") es uno de los más grandilocuentes que leí en mi vida. Girri confirmaba que aun el silencio era grandilocuente en Ungaretti. Lo vio leer sus poemas y comprobó que Ungaretti subrayaba teatralmente el silencio.

1 comentario:

  1. De veras que es grandilocuente. Tal como uno ve ahora las cosas, ante una experiencia como iluminarse de inmenso lo único que cabe es callar. De lo que tal vez se desprenda que habría dos tipos de silencio en la poesía: uno grandilocuente (que más o menos encuadra al texto a la manera de los signos de admiración) y otro sereno, abierto, que "habla" a través de la vacancia, como el del haiku (o lo que la ignorancia del japonés le permite a uno suponer que es el haiku). Al margen: Lamborghini supo gastarlo a Ungaretti (más precisamente, a su iluminación de inmenso) en un poema que a su modo también es un homenaje, y que luego lamentablemente modificó.

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