martes, mayo 03, 2016

Angel Faretta / Capricho










Esperando ahí, siempre en el rincón,
como un pariente pobre, casi paria
que pide no ser visto; pasar inadvertido.
Luchando por su vida en diccionarios
y en informes académicos; solo,
pero nunca final. Más aún, avisando
que el final llega; pero quiere decir
una o dos palabras más. Como orador
tímido o que se ha apartado del libreto.
Dependiendo siempre de un primero;
buscando su conjunción adversativa;
su “pero” que le franquee la puerta.
Orando por largas enumeraciones.
Lo motean de signo, pausa, siempre
doble; nunca puede ser esto o aquello.
Dos cosas; carga su doble geminiano
como una mochila o giba; imposible
de evitar ese peso, esa compañía
que lo hace indeseable en discursos
y en reportajes. Ni hablar en poesía
donde parece haberse disuelto
en un caos de regurgitaciones.
Así ya feo, olvidado, con pena,
se siente el punto y coma.

Angel Faretta (Buenos Aires, 1953), Donde hay una adivinanza, inédito
Foto: Angel Faretta en FB

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