martes, diciembre 23, 2014

Francis Ponge / De "La fábrica del prado"




















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A veces -o pongamos, también, según lugares-
A veces nuestra naturaleza -
Quiero decir, en una palabra, la Naturaleza en nuestro planeta
Y lo que cada día al despertar somos -
A veces, nuestra naturaleza nos ha preparado (para) un prado.

Pero ¿qué es lo que así obstruye nuestro camino?
En estos matorrales entre la sombra y el sol,
¿Quién nos pone palos en las ruedas?
¿Por qué, desde nuestro final en pendiente sobre la página,
en un solo párrafo, todo estos escrúpulos?

¿Por qué, visto desde aquí, este fragmento limitado del espacio,
Trazado por cuatro rocas o por cuatro setos de espino albar,
Apenas más grande que un pañuelo,
Morrena de los bosques, aguacero de signo inverso,
Este prado, superficie amena, aureola de los manantiales
Y dulce continuación de la tormenta inicial
En llamada o respuesta unánime anónima a la lluvia,
Nos parece súbitamente más precioso
Que la más delgada de las alfombras persas?

Francis Ponge (Montepellier, 1899-Le Bar-sour-Loup, Francia,1988),"La fábrica del prado [1971], La soñadora materia, traducción y prólogo de Miguel Casado, Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, Barcelona, 2006

Nota de edición: Como señala el traductor Miguel Casado en el prólogo de La soñadora materia, el libro La fábrica del prado fue publicado en 1971 en base a los facsímiles de los originales de Ponge, incluidos sus agregados y correcciones, con una introducción titulada "Los senderos de la creación", un "texto de poética", de acuerdo con Casado, escrito a manera de notas en prosa y verso, en el que se desmenuza incluso el propio título de ese prólogo, comenzando por la palabra "los". En cuanto a la "fábrica", se trata de trabajos sobre un mismo motivo -¿borradores? ¿notas?- escritos entre 1961 y 1964. El fragmento aquí publicado es de la versión del poema "El prado" publicada en la revista Tel Quel en 1964. Esto es, la última, cronológicamente hablando, y la última del libro de 1971.


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Parfois donc - ou mettons aussi bien par endroits -
Parfois, notre nature -
J'entend dire, d'un mot, la Nature sur notre planète
Et ce que, chaque jour, à notre réveil, nous sommes -
Parfois, notre nature nous a préparé(s) (à) un pré.

Mais qu'est-ce, qui obstrue ainsi notre chemin ?
Dans ce petit sous-bois mi-ombre mi-soleil,
Qui nous met ces bâtons dans les roues ?
Pourquoi, dès notre issue en surplomb sur la page,
Dans ce seul paragraphe, tous ces scrupules ?

Pourquoi donc, vue d'ici, ce fragment limité d'espace,
Tiré à quatre rochés ou à quatre haies d'aubépines,
Guère plus grand qu'un mouchoir,
Moraine des forêts, ondée de signe adverse,
Ce pré, surface amène, auréole des sources
Et de l'orage initial suite douce
En appel ou réponse unanime anonyme à la pluie,
Nous semble-t-il plus précieux soudain
Que le plus mince des tapis persans ?

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