viernes, agosto 31, 2012

Mercedes Cebrián / Hablemos con el clero


Hablemos con el clero

¿Nunca os habéis sentado a charlar con el clero?
¿Nunca habéis compartido un rato minucioso con los sucesores de Pedro?
Os insto a abrir la cremallera de su estuchito de pasiones,
a prestar atención a su breve abanico emocional
     (tristeza diminuta, somnolencia, pereza).

No los verás eufóricos, lascivos o coléricos, pero sí
alegres ante las maravillas que el Señor ha creado.
Ellos también son contemporáneos,
llevan una tira
de plástico en el cuello
(materiales postconciliares, derivados del petróleo).

Os garantizo que se aprende con ellos: te hablan
de la Europa del Barroco, de arte sacro, de Tiépolo,
                                         de Giotto,
                                         de Fra Filippo Lippi.

Conocen el apellido griego de Doménico,
de todos los Doménicos, en serio:
                        Theotokópulos
                        Scarlatti
                        Ghirlandaio.

Te vuelven incorpóreo, te limitan a ser
conversación.
No rechaces el espacio de niñez permanente
que te ofrecen.
Son maestros en el arte de sortear excesos
(y a mí a veces me gusta
que me mantengan en un área carente de impulsos y apetitos):

           Sin peligros,
           sin ruidos.
           Con el catálogo de obras de misericordia
           abierto al mismo tiempo por todos los capítulos.

Mercedes Cebrián (Madrid, 1971), "El malestar al alcance de todos" (2004), Oremos por nuestros pasaportes, Mondadori, Buenos Aires, 2012

Ilustración: Nuit de Noël, 1952, Henri Matisse

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