viernes, febrero 18, 2011

Juan Rodolfo Wilcock / De "Poesie inedite", 2



Aprovechemos que hay una fuente

Aprovechemos que hay una fuente,
y el silencio y la noche y las rocas negras
y la orilla que es negra sobre el cielo negro
con pocas estrellas porque es una noche oscura
y los árboles se sacuden en el viento,
piensa que hacen eso toda la noche,
sería extraño que tú estuvieras aquí
para escuchar el rumor de una fuente
en la oscuridad majestuosa de la montaña,
ni en sueños vendrías aquí arriba,
si no hubiese espantando un halcón
pensaría que ni siquiera yo estoy aquí,
no obstante, no obstante, aun si no estás,
y ni siquiera yo sé si estoy,
por cierto querría que estuviésemos aquí
y que tu mundo se uniese al mío
por el único punto en que se tocan,
aprovechando que hay una fuente
y el silencio y la noche y las rocas negras
y la orilla que es negra sobre el cielo negro.



Te tiendes sobre ti misma sin adorno

Te tiendes sobre ti misma sin adorno
toda recorrida por pequeños guerreros
que dejas hacer, inmóvil, imaginando,
y con un lento brazo te acarician
los cabellos derramados en castillos
y el cuerpo enjoyado de prefecturas,
de Paduas, de Sienas, de Venecias,
¡oh marismeña de cola blanca
lamida por el petróleo y por el plástico!
Enamorabas, desmemoriada, enamoras.

Juan Rodolfo Wilcock (Buenos Aires, 1919-Lubriano di Bagnoregio, Viterbo, 1978), "Poesie inedite", Poesie, Adelphi Edizioni, Milán, 1993
Versión de Jorge Aulicino


Approfittiamo che c'è una fontana

Approfittiamo che c'è una fontana,
e il silenzio e la notte e i massi neri
e la ripa ch'è nera sul cielo nero
con poche stelle perché è una notte buia
e gli alberi si scuotono nel vento,
pensa che fanno così tutta la notte,
sarebbe strano che tu fossi qui
a ascoltare il rumore di una fontana
nel buio maestoso della montagna,
neanche per sogno verresti quassù,
se non avessi spaventato un falco
penserei che nemmeno io ci sono,
eppure, eppure, anche se non ci sei,
e io non son nemmeno se ci sono,
certo vorrei che fossimo qui
e che il tuo mondo si congiungesse al mio
per quell'unico punto in cui si toccano,
approfittando che c'è una fontana
e il silenzio e la notte e i massi neri
e la ripa ch'è nera sul cielo nero.


Ti sdrai su te stessa senza trucco

Ti sdrai su te stessa senza trucco
tutta percorsa da piccoli guerrieri
che lasci fare, immobile, immaginando,
e con un lento braccio ti accarezzi
i capelli cosparsi di castelli
e il corpo ingioiellato di prefetture,
de Pavie, di Siene e di Venezie,
o maremmana dalla coda bianca
lambita dal petrolio e dalla plastica!
Innamoravi, immemore, innamori.


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Ilustración: Paesaggio con fiume, 1473, Leonardo Da Vinci

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