sábado, mayo 15, 2010

Primo Levi / Feliz




El arribo

Feliz el hombre que ha alcanzado el puerto,
Que deja detrás de sí mares y tormentas,
Cuyos sueños han muerto o no nacieron jamás,
Y se sienta a beber en la hostería de Brema,
Cerca del camino, y tiene buena paz.
Feliz el hombre como una llama apagada,
Feliz el hombre como arena de estuario,
Que ha depuesto la carga y tiene tersa la frente,
Y reposa al margen del camino.
No teme ni desea ni espera,
Pero mira fijo el sol que se pone.

Primo Levi (Turín, 1919-1987)
Versión de J. Aulicino

L'approdo
Felice l’uomo che ha raggiunto il porto, / Che lascia dietro di sè mari e tempeste, / I cui sogni sono morti o mai nati,/ E siede a bere all’osteria di Brema, / Presso al camino, ed ha buona pace. / Felice l’uomo come una fiamma spenta, / Felice l’uomo come sabbia d’estuario, / Che ha deposto il carico e si è tersa la fronte, / E riposa al margine del cammino./ Non teme né spera né aspetta, / Ma guarda fisso il sole che tramonta.

La poesia non è morta

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Foto: Levi Marcello Mencarini/AFP/New York Times

3 comentarios:

  1. ¡Qué buenos el de Levi y el bahiense! Gracias, Irene

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  2. Sobre todo "no teme no desea no espera". ¿Cuántos llegan así a los 80? Me recuerda un poco al "si" de Kipling; es decir, pertenece a un "rara avis", es de esos pocos textos programáticos que funcionan también como poemas. Me gustó mucho. Gracias, Auli.

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