Rodolfo Alonso
(Buenos Aires, 1934)
El español en el cabaret, de René Ménard
Ni lo pensé. A este poema, a la versión de Aguirre de este poema de René Ménard (1908-1980), los llevo muy adentro en mi memoria desde que lo descubrí, en un número de Poesía Buenos Aires. Después de René Char, Ménard era el poeta francés contemporáneo más afín a Raúl. Y fue en su casa que lo conocí, llegando a ser amigos. Por eso recibí la mayoría de sus libros. Y sin embargo, aunque lo busqué y rebusqué sin cesar, allí y por otros medios, nunca logré toparme con el ansiado original francés. Y sin embargo, estas palabras sin duda relacionadas con el cante jondo que desde antes de saberlo me tentó, y cuyo texto primigenio no logré hasta ahora conseguir, se me vuelve una y otra vez evidencia viva de lo que intuyo es la poesía: palabra encarnada. Palabras secas, cortantes, precisas, conmovedoras, entrañables, bellísimas, de un duende tan flagrante e inefable como el que llega a rozar el cante alto, el cantaor hecho pura voz, sin otra música. Eso a lo que un título de Duke Ellington supo aludir, tan cabalmente, de una vez y para siempre: “Nada tiene sentido si le falta swing.”
Olivos, mayo 27 de 2013
El español en el cabaret
Hombre
Al exceso de ser hombre
A la autoridad de ser hombre
Tú dedicas tu canto
Rostro de filigrana de ruinas
La herramienta ruda de tu voz
Separa de los guijarros
Rostros que te contemplan
Y ronca un planeta negro
En la lumbre en el vino
Cuando tu guitarra
Vuelve a tu puño.
René Ménard (París, 1908-Fontainebleau, 1980)
Versión de Raúl Gustavo Aguirre
me suena a tango, qué bueno
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