La Ley, dicen los jardineros, es el sol,
y la Ley es aquel
a quien los jardineros obedecen
mañana, hoy y ayer.
La Ley es la sabiduría de los ancianos,
abuelos impotentes que riñen sin aliento;
sacan su lengua bífida los nietos:
la Ley son los sentidos de los jóvenes.
La Ley, afirma el clérigo con ojos clericales,
echando su sermón a los seglares,
la Ley son las palabras en el libro sagrado
y la Ley es mi altar y mi espadaña;
la Ley, afirma el juez ajustando sus lentes,
hablando clara y muy severamente,
la Ley es como ya les dije,
la Ley es como saben que supongo,
la Ley es pero déjenme explicarlo,
pues la Ley es La Ley.
Pero escriben doctores legalistas:
la Ley no es lo correcto ni lo erróneo,
la Ley son solo crímenes
castigados en ciertos momentos y lugares,
la Ley son los ropajes que viste el ser humano
aquí y ahora,
la Ley es Buenos días y Hasta luego.
Otros dicen, la Ley es el Destino;
otros dicen, la Ley es el Estado;
otros dicen y dicen
que la Ley ya no existe,
que la Ley se ha esfumado.
Y siempre la ruidosa y airada multitud,
muy airada y muy ruidosa:
la Ley somos Nosotros,
y siempre el necio Yo que insiste débilmente.
Si nosotros, querido, no sabemos
más que ellos de la Ley y lo sabemos,
si tú, al igual que yo,
no sabes bien qué hacer o qué no,
salvo aceptar con todos
alegre o tristemente
que la Ley es y existe
y que todos lo saben,
si absurdo me parece, por lo tanto,
equiparar la Ley a otra palabra,
a diferencia de otros hombres
no sabría decir la Ley es Esto,
igual que no podemos cancelar
el deseo global de adivinar
o escurrirnos de nuestra posición
hacia una condición despreocupada.
Aunque al menos haré
que nuestra vanidad
declare con tibieza
un tibio parecido
del que luego jactarnos:
como el amor, sentencio.
Como el amor no sabemos ni dónde ni por qué,
como el amor no podemos forzarla ni ignorarla,
como el amor lloramos a menudo,
como el amor rara vez la guardamos.
[1939]
W. H. Auden (York Inglaterra, 1907-Viena, 1973), Perros en la Playa, 25 de junio de 2020
Cuarenta poemas.
Traducción y prólogo de Jordi Doce,
Galaxia Gutenberg,
Barcelona, 2020
Otra Iglesia Es Imposible - Auden Society - UNAM - A Media Voz - De Sibilas y Pitias - Buenos Aires Poetry - El País - Hablar de Poesía - Eterna Cadencia - La Nación - Página 12
Foto: W. H. Auden, Estocolmo, c.1969 Central Press/Getty Images
Law Like Love
Law, say the gardeners, is the sun,
Law is the one
All gardeners obey
Tomorrow, yesterday, today.
Law is the wisdom of the old,
The impotent grandfathers feebly scold;
The grandchildren put out a treble tongue,
Law is the senses of the young.
Law, says the priest with a priestly look,
Expounding to an unpriestly people,
Law is the words in my priestly book
Law is my pulpit and my steeple.
Law, says the judge as he looks down his nose,
Speaking clearly and most severly,
Law is as I've told you before,
Law is but let me explain it once more,
Law is The Law.
Yet law-abiding scholars write:
Law is neither wrong nor right,
Law is only crimes
Punished by places and by times,
Law is the clothes men wear
Anytime, anwhere.
Law is Good-morning and Good-night.
Others say, Law is our Fate;
Others say, Law is our State;
Others say, others say
Law is no more.
Law has gone away.
And always the loud angry crowd,
Very angry and very loud,
Law is We,
And always the soft idiot softly Me.
If we, dear, know we know no more
Than they about the Law,
If I no more than you
Know what we should and should not do
Except that all agree
Gladly or miserably
That the Law is
And that all know this,
If therefore thinking it absurd
To identify Law with some other word,
Unlike so many men
I cannot saw Law is again
No more than they can we suppress
The universal wish to guess
Or slip out of our own position
Into an unconcerned condition.
Although I can at least confine
Your vanity and mine
To stating timidly
A timid similarity,
We shall boast anyway:
Like Love I say.
Like love we don't know where or why,
Like love we can't compel or fly,
Like love we often weep.
Like love we seldom keep.
-- W. H. Auden