Silvina López Medin
(Buenos Aires, 1976)
Es infinita esta riqueza abandonada, de Edgar Bayley
Hay poemas que me gusta tener cerca del escritorio. No a la vista, pero lo suficientemente cerca como para toparme con ellos cuando empiezo a dar vueltas y las cosas amenazan con cerrarse. Uno es "Es infinita esta riqueza abandonada" de Edgar Bayley. Ese ritmo que golpea y quiebra una superficie tras otra y mueve a hacer lo mismo: querer ver en el fondo lo que viene después: lo otro. Cuando algo parece cerrarse y me pregunto cómo se sostiene la escritura cómo se sostiene el resto, intento sumergirme en el ritmo del poema: abrir, abrir, querer ver.
Es infinita esta riqueza abandonada
esta mano no es la mano ni la piel de tu alegría
al fondo de las calles encuentras siempre otro cielo
tras el cielo hay siempre otra hierba playas distintas
nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada
nunca supongas que la espuma del alba se ha extinguido
después del rostro hay otro rostro
tras la marcha de tu amante hay otra marcha
tras el canto un nuevo roce se prolonga
y las madrugadas esconden abecedarios inauditos islas remotas
siempre será así
algunas veces tu sueño cree haberlo dicho todo
pero otro sueño se levanta y no es el mismo
entonces tú vuelves a las manos al corazón de todos de cualquiera
no eres el mismo no son los mismos
otros saben la palabra tú la ignoras
otros saben olvidar los hechos innecesarios
y levantan su pulgar han olvidado
tú has de volver no importa tu fracaso
nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada
y cada gesto cada forma de amor o de reproche
entre las últimas risas el dolor y los comienzos
encontrará el agrio viento y las estrellas vencidas
una máscara de abedul presagia la visión
has querido ver
en el fondo del día lo has conseguido algunas veces
el río llega a los dioses
sube murmullos lejanos a la claridad del sol
amenazas
resplandor en frío
no esperas nada
sino la ruta del sol y de la pena
nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada
Edgar Bayley (Buenos Aires, 1919-1990)
"Siesta" de la propia López Medin también es como para tenerlo cerca, para toparse con él cuando las cosas amenazan con cerrarse. Gracias a "Es infinita esta riqueza abandonada" y a "Siesta", Un encuentro que potencia.
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