IX
En llegando y abriéndome las ancas
más ancas y más recias del yeguado,
es abordo a corcel por tuerto lado,
que no atrofios mis manos, que no mancas.
Si ataduras te pongo a dos mis trancas,
recular y venablo arremangado
en la grupa se hincando, y de menguado
oh, se aparta, y sólo otras potrancas.
Ay, cuatralba, mi aquella dulce yegua
yuntamiento, te dame crin volanda
de los muslos, de belfos a una legua:
la tizona si merma, es tal la vianda,
que lengua espuelas tengo y no da tregua,
y por lamer tu grupa se desanda.
Fernando del Paso (Ciudad de México, 1935), "Sonetos de lo diario", Sonetos del amor y de lo diario, El Colegio Nacional, Ciudad de México, 2016 (primera edición: 1997)
En llegando y abriéndome las ancas
más ancas y más recias del yeguado,
es abordo a corcel por tuerto lado,
que no atrofios mis manos, que no mancas.
Si ataduras te pongo a dos mis trancas,
recular y venablo arremangado
en la grupa se hincando, y de menguado
oh, se aparta, y sólo otras potrancas.
Ay, cuatralba, mi aquella dulce yegua
yuntamiento, te dame crin volanda
de los muslos, de belfos a una legua:
la tizona si merma, es tal la vianda,
que lengua espuelas tengo y no da tregua,
y por lamer tu grupa se desanda.
Fernando del Paso (Ciudad de México, 1935), "Sonetos de lo diario", Sonetos del amor y de lo diario, El Colegio Nacional, Ciudad de México, 2016 (primera edición: 1997)