Irene Gruss
(Buenos Aires, 1950)
Para vivir aquí, de Paul Eluard
No es, pienso, su mejor poema ni el que más me gusta. Pero ese “Yo hice un fuego / para ser su amigo” sigue viniendo casi a diario, casi leitmotiv, casi cantinela; y el “Como un muerto yo no tenía más que un único elemento” es uno de mis lemas o especie de lemas. Esa conciencia del absoluto, ese giro que da al final transforma y me da de comer. I.G.
Versión de Luis Quintana Tejera:
Para vivir aquí
Yo hice un fuego, el azur me había abandonado,
un fuego para ser su amigo,
un fuego para introducirme en la noche invernal,
un fuego para vivir mejor;
Yo le di aquello que el día me había dado:
los bosques, las zarzas, los campos de trigo, las viñas,
los nidos y sus pájaros, las casas y sus llaves,
los insectos, las flores, las hormigas, las fiestas.
Yo viví al solo ruido de sus llamas crepitantes,
al perfume de su calor;
yo era como un barco navegando en un agua cerrada,
como un muerto yo no tenía más que un único elemento.
Versión de Raúl Gustavo Aguirre:
Para vivir aquí
Hice un fuego, lo azul me había abandonado,
Un fuego para ser su amigo,
Un fuego para entrar en la noche invernal,
Para vivir mejor.
Y le di todo aquello que el día me hubo dado:
Los bosques, los zarzales, los trigales, las viñas,
Los nidos y sus pájaros, las casas y sus llaves,
Los insectos, las flores, los armiños, las fiestas.
Viví con el rumor de las llamas crujientes.
Con el perfume de su ardor;
Yo como un barco iba por el agua prohibida,
Como un muerto no tuve más que un solo elemento.
Paul Eluard (Saint-Denis, 1895-Charenton-le-Pont, 1952)
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