miércoles, febrero 05, 2025

Rose Ausländer/ Misterio



El alma de las cosas
me hace presentir
las singularidades
de infinitos mundos
Angustiada
busco el semblante
de cada cosa
y en cada una hallo
un misterio
Los secretos me hablan
una lengua llena de vida
Oigo el corazón del cielo
latir
en el mío

Rosalie Beatrice Scherzer: Rose Ausländer (Chernivetsi, actual Ucrania, 1901-Düsseldorf, Alemania, 1988),  Mi aliento se llama ahora (y otros poemas), Ediciones Igitur, Montblanc, 2014
Traducción del alemán, Teresa Ruiz Rosas y José Ruiz Rosas
Envío de Jonio González


Mysterium

Die Seele der Dinge
lässt mich ahnen
die Eigenheiten
unendlicher Welten
Beklommen
such ich das Antlitz
eines jeden Dinges
und finde in jedem
ein Mysterium 
Geheimnisse reden zu mir
eine lebendige Sprache
Ich höre das Herz des Himmels
Pochen in meinem Herzen
---

martes, febrero 04, 2025

John Updike / Dos poemas

 

Cavar


A veces temo que las nuevas generaciones se vean privadas
     de los placeres que reporta el cavar;
     es imposible saber
cuántas almas se han formado con este simple ejercicio.

La tierra seca como una gran costra se rompe revelando
     su húmedo y oscuro sustrato:
     el hogar de la raíz de la arveja,
una herida fértil que no para de cicatrizar.

¡Con qué celeridad desaparecen los verdes hierbajos! 
     La pala corta el nuevo suelo.
     Ignorante el sabiondo que 
nunca ha realizado este simple, estúpido e inútil prodigio.


Postales de ciudades soviéticas: Leningrado

"Para hacer una ventana en el oeste"
Pedro el Grande vino a la boca del Neva
y encontró un pantano, que cubrió
con piedras importadas del sur.

La ciudad, sutilmente polícroma
(ocre viejo, verde y granate opaco),
puede hacer que los italianos se sientan como en casa
bajo el inclinado mediodía ártico.

El Palacio guarda, pistacho,
un laberinto del tesoro donde
los fantasmas de orondas zarinas 
suben la escalera arrastrando diamantes.

Suburbanas hectáreas de muertos
recuerdan el Sitio, un infierno
de nieve ennegrecida y pan con agua.
En nuestro hotel, algunas parejas bailan el twist.

John Updike (Reading Estados Unidos, 1932 -Beverly Farms, Estados Unidos, 2009), La Náusea 31 de enero de 2025
Versiones de Jonio González

Más poemas de John UPdike en ArtemurosIdiomas Olvidados

Hoeing

I sometimes fear the younger generation will be deprived
     of the pleasures of hoeing;
     there is no knowing
how many souls have been formed by this simple exercise.

The dry earth like a great scab breaks, revealing
     moist-dark loam-
     the pea-root's home,
a fertile wound perpetually healing.

How neatly the green weeds go under!
     The blade chops the earth new.
     Ignorant the wise boy who
has never performed this simple, stupid, and useful wonder.



 Postcards from soviet citties: Leningrad

“To build a window on the west”
Great Peter came to Neva’s mouth
And found a swamp, which he oppressed
With stones imported from the south.

The city, subtly polychrome
(Old ochre, green, and dull maroon),
Can make Italians feel at home
Beneath the tilted arctic noon.

The Palace holds, pistachio,
A wilderness of treasure where
The ghosts of plump czarinas go
On dragging diamonds up the stair.

Suburban acres of the dead
Memorialize the Siege, a hell
Of blackened snow and watered bread.
Some couples Twist in our hotel.
---
ohn Updike, Londres, 2004 Harry Borden/The Telegraph/Contour/Getty

lunes, febrero 03, 2025

Eugenio Montale / Ventana fiesolana


Aquí donde el grillo insidioso taladra
los vestidos de seda vegetal
y el olor a alcanfor no pone en fuga
las polillas que muelen  los libros,
el pajarito sube en espiral
sobre el olmo y el sol entre las ramas
oscuro le pone trampas. Otra luz que no colma,
otras llamaradas, oh mis hiedras escarlatas.

Eugenio Montale (Génova, Italia, 1896 - Milán, Italia, 1981), "La bufera e altro", 1956, Tutte le poesie, Mondadori, Milán, 2004
Versión de Jorge Aulicino

El título del poema refiere a Fiesole, antigua ciudad de origen etrusco, a 8 kilómetros de Florencia, sobre la montaña. [N. del T.]


Finestra fiesolana

Qui dove il grillo insidioso buca 
i vestiti di seta vegetale 
e l'odor della canfora non fuga 
le tarme che sfarinano nei libri, 
l'uccellino s'arrampica a spirale 
su per l'olmo ed il sole tra le frappe 
cupo invischia. Altra luce che non colma, 
altre vampe, o mie edere scarlatte. 
---
Foto: Eugenio Montale, Milán, 1966 Giorgio Lotti/ Mondadori/ Getty                                                                    

domingo, febrero 02, 2025

Barbara L. Greenberg / Todos los gatos



"Todos los gatos son grises por la noche", susurra ella
en la noche cenicienta, ¿o es
Zeitgeist su gatito, su mascota para toda la vida,
quien susurra?
Lo mira a los ojos: "Zeitgeist,
¿eres un gato singular de muchas vidas
o una serie de gatos intercambiables?".
"Sí", sisea él, y salta de su cesta
al regazo de ella, después sube para rodearle el cuello
como un collar de piel. ¿Pretende
adornarla u otra cosa?
Unidos, visitan el espejo. Ella se refleja
como una abuelita que luce una mascota suave y gris.
Él se refleja como un gato elegante
vistiendo su propio maniquí gris
por el momento.

Barbara L. Greenberg (Boston, Estados Unidos, 1932 - Weston, Estados Unidos, 2020), Late Life Happiness, University of Wisconsin-Parallel Press, Madison, 2010
Versión de Jonio González


ALL THE CATS

"All cats are gray at night," she whispers
into the graying night, or is it
Zeitgeist her kitty-cat, her pet for life
who's whispering that?
She looks him in the eye: "Zeitgeist,
are you a singular cat of many lives
or a series of interchangeable cats?"
"Yes," he hisses and leaps from his basket
onto her lap, then up to encircle her neck like a fur collar. Does he intend
to adorn her or some other act?
Joined, they visit the mirror. She reflects
as a granny wearing a soft gray pet.
He reflects as an elegant cat
wearing his own gray mannequin
for the time being.
---

sábado, febrero 01, 2025

Verónica Zondek / "Instalaciones de la memoria"

 

Una ventana se construye para mirar a otra.

¿Cuántos rostros en domingo espiaban otro rostro?
¿Qué pared deshojada te pertenecía?
¿En cuál cama gritaste de placer?
¿En cuál te retorciste impotente?



Ninguna carne en ninguna parte.
Ninguna ave.
Ninguna flor.
Ninguna huella de zapato.
Ninguna pata de equino.
Ninguna rueda del mentado progreso.
Ruinas.
Ex-edificios.
Ex… 
Desplome por doquier.


El tiempo devuelve los muros al polvo


El marco de esa ventana es una boca sin palabras.



Ventanas para mirar lo que…
y ventanas para observar al caminante.
Ventanas para mirar la vida al derecho y al revés.


Y nadie.
Sólo el resto viviente de una mano que fue.




Silencios.
Silencios poblados con almas en pena. 
Silencios sin lenguas al aire.




Murmullos.
Murmullos que trepan los muros.
Y ver
 ver cómo brotan
 en qué ventana
 en qué ojo el testimonio
 ver
 ver cómo es que detienen el habla dicotómica
 cómo golpean las puertas
entran a las habitaciones
ponen la mesa
compran el pan
y con qué cupones
y con qué cara
si los tiempos pasan volando
y pasa la carne
y se abre la historia
para el aliento
para la hoja
 la sonrisa del olvido
 el algo
 la alguna cosa
 de Ud. Mr. Sr. Capataz.
Sí Sr.:
murmullos.


Hay un angelito enterrado más allá de los barrotes.



Silencio:
en ese patio y cara a cara
hablan de a dos.
Silencio:
hablan lo que el tiempo enmudeció.



Busco luz en la oscuridad azabache de un adentro.



Los dientes del animal relucen en la negrura de un hocico.



¿Qué responde el aire cuando la carne se desprende del hueso?



Era de hombres construir monumentos que tocaran el cielo.
Era de hombre intentar lo eterno y ganarle a los dioses.
Hoy el hombre construye para mamar sin sacio la tierra.
Es de hombres el fierro, el dinero y el nombre.
Es de hombres el poder por el poder.
Poder por poder por poder.
Por poder poder.


También en el desierto la verja comentó el rostro de la propiedad privada.



Un ojo talla la ventana con sus uñas en el tiempo que ocupa el deterioro.
La historia no está escrita. Los muros no hablan. La ventana es ciega.
El suelo no guarda huellas de animal. En frente

otros muros

otras vidas

otra amnesia.


Un dolor está embalsamado.

Un silencio graba su mano en el cuaderno alto y celeste.

Un ojo es un paso estancado en la arena del reloj.



¿Qué desaparece cuando un muro se descascara?

¿Cuál es el orificio que elegiremos para leer la historia?



¿Qué amor de hombre construyó la casa de la cruz?
¿Por qué mi querido dios?
¿Por qué haces que permanezca ese monumento que cobijó al hombre
y en cambio
derrotas al ser que lo construyó?
Aun así
dicen los que dicen
que tú dices
que sí
que lo amas igual que a ti mismo.


Un viento ara el paisaje.

Dos cordilleras guardan La Oficina.

Lo que sólo se construye para explotar un mineral muere de muerte súbita


Donde estuvo el hombre
hambre hubo.
Basura.
Luz y sombra.
Más basura.
¿Qué hubo?
Donde estuvo el hombre
hambre hubo.

Basura.
Luz y sombra.
Más basura.
¿Qué hubo?



¿Colgará aún
una palabra
de 
estos muros
devastados?
¿Serán esos fierros
la escritura que signa una historia?
¿Habrá una voz
un eco en la arena
un enterrado
que sonroje el rostro de los escombros?



Cuando se detiene el trabajo repta baboso un sigilo.



El hombre censura la carga del silencio y el vacío.



Cuando él se aleja encalla el tiempo
 y los cañones dejan de humear


Él habita la tierra arenosa y sin flores de este lecho terminal.




Una rueda.
Una rueda que rodó y que ya no rueda.



Un ojo despierto enfoca siluetas de hombres que ya no son.



Un no cristal que filtra el día.
Una chimenea. Dos chimeneas. Tres.
Ningún perro.
Un silencio de origen o término.




Otra vez una ventana que mira la calle.

Otra vez una ventana que encuentra otra ventana.

Sí, dos ventanas que miran la calle.


Fragmentos de un ayer.

Fragmentos de un otro.

Fragmentos de un hoy.

No hay nada ya que devuelva el rostro.

No espejismos
no vidrios
no cristales
no vanidad.

Un solo en el viento.
Un polvo de tiempo.
Un ojo.

Ya la muerte estuvo
y bailó con sus pies huesudos.

La luz se derrama sobre una calle alongada.


Polvo de entrada y polvo de salida.

Restos.

Resistencia en los bordes.

Lucha estática.

El día.
La noche.


La ausencia de palabras.

Verónica Zondek (Santiago de Chile, 1953),"Instalaciones de la memoria", El esplendor de la granada. Poesía reunida (1984-2022)Libros del Cardo, Valparaíso 2023

---
Foto: La Raza Cómica s/d