martes, marzo 31, 2015

Juan Anselmo Leguizamón / Los recitales de poesía son un embole












Los recitales de poesía son un embole
#listo # lo dije
una vez los soportan los amigos, ya dos no
cuando vas a presentar un libro y lo andas ladrando
como quien tiene algo que ladrar o ronronear
o que llorar
como una pobre Magdalena que perdió a su Cristo.
Y no, a mis amigos no les gusta la poesía
vienen como quien va a visitar a un pariente zonzo,
primo chalado
con esa media sonrisa comprensiva
de lo pasado de rosca el pobre chango
que hace poesía y que diciendo la lluvia insiste
pues vamos, si no ¿quién lo va a salvar a este muchacho?
Si por lo menos el quía cantara tangos o zambas
habría una mejor excusa para darle al trago
mirar las minas...
sería menos mundial todo este tedio
y hermoso el trance inútil de Pier Paolo
-Sí, será lindo para vos, mamífero prosódico
echado a los pies de la ciudad verbal y caliente.
-Y bueno che, en un punto está bien que hagan poesía,
por lo menos no se andan drogando y/o embarazando
-dice la tía.

(inédito)

Juan Anselmo Leguizamón (Santiago del Estero, Argentina, 1971)

lunes, marzo 30, 2015

Dylan Thomas / Veinticuatro años




Veinticuatro años recuerdan las lágrimas de mis ojos
(Entierren a los muertos para que no caminen hacia la tumba
como parturientas).
En la arista de la puerta natural me acurruqué como un sastre
cosiendo la mortaja para un viaje
bajo la luz de un sol devorador de carne.
Vestido para morir, el balanceo sensual comenzó,
las venas rojas llenas de dinero,
en dirección final de un pueblo elemental
avanzo mientras lo eterno exista.

Dylan Marlais Thomas (Swansea, Gales, 1914–Nueva York, Estados Unidos, 1953), Muertes y entradas, 1946
Versión: Marina Kohon


TWENTY-FOUR YEARS

Twenty-four years remind the tears of my eyes.
(Bury the dead for fear that they walk to the grave in labour.)
In the groin of the natural doorway I crouched like a tailor
Sewing a shroud for a journey
By the light of the meat-eating sun.
Dressed to die, the sensual strut begun,
With my red veins full of money,
In the final direction of the elementary town
I advance as long as forever is. 

The poems of Dylan Thomas, New Direction, Nueva York, 2003

domingo, marzo 29, 2015

Pier Paolo Pasolini / De "Transhumanar y organizar", 20















Reglas para una vida inventada

Aun en trance, viviéndola totalmente fuera de sus límites,
como un ratón que busca, salido de su agujero,
aun en ese caso, la vida se refleja en sí misma;
y es inútil ser santos; se vuelve a masticar el mismo bocado,
nos revolcamos en el mismo fango, si es cuestión de fango.
Seguí adelante, mientras el universo se volcaba en mi vida.
No sucedía nada, en realidad,
porque yo estaba al mismo tiempo ANTES y DESPUÉS de esa historia
que hacía de aquel atento observador un muchacho pobre,
destinado como un perrito a precoces experiencias,
tiernamente sediento de ganancias.
El aire volvió a dominar con sus cosas de aquí
que eran los signos del universo: un vago olor de verano
en el agua; en las piedras antiguas. Luego fue la costumbre
la que condujo al animal a su madriguera: donde ahora se encuentra.
Querría decir a ese pequeño fantasma, lleno de la esperanza
con la que un caníbal observa a su víctima:
"Rebélate contra tus malditos patrones, sobre quienes
deberías saber muchas más cosas que yo"; y en cambio
pienso que aquella boca no sirve para otra cosa
que para besar. Castidad e incontinencia son la misma cosa
para quien se ha salido de la vida para reecontrársela después;
pero es lindo estar en trance, aunque sea inútilmente.

Pier Paolo Pasolini (Bolonia, Italia, 1922-Ostia, Italia,1975) "Appendice a Trasumanar e organizzar", Tutte le poesie, Mondadori, Milán, 2003
Versión: Jorge Aulicino


Regole per una vita inventata

Anche in trance, vivendola tutta fuori da suoi limiti,
come un topo que cerca, uscendo dalla buca,
anche in tal caso, la vita si rispecchia in se stessa;
ed è inutile essere santi; si rimastica sempre lo stesso boccone,
ci si rivolta sempre dentro lo stesso fango, s'è questione di fango.
Gli passai davanti, mentre l'universo si rovesciava nella mia vita.
Non succedeva niente, in realtà,
perché io ero insieme PRIMA e DOPPO quella storia
che faceva di quell'attento osservattore un ragazzo povero,
distinato come un cagnolino a precoci esperienze,
assetato teneramente di guadagno.
L'aria riprese a dominare con le sue cose di qui
che erano i segni dell'universo: un vago odore d'estate
nell'acqua; nelle pietre antiche. Poi fu l'abitudine
a condurre l'animale nella sua tana: dove ora si trova.
Vorrebbe dire a quel piccolo fantasma, pieno della speranza
con cui un canibale osserva la sua vittima:
"Ribellati ai tuoi maledetti padroni, su cui
tu dovresti sapere tante cose più di me"; e invece
penso che quella bocca ad altro no serve
che a baciare. Castità e incontinenza sono un'unica cosa,
per chi è uscito dalla vita, per ritrovarsela davanti;
me è bello essere in trance, anche se inutilmente.

sábado, marzo 28, 2015

Niels Hav / Mi pluma fantástica




Prefiero escribir
con una pluma usada encontrada en la calle
o con una de publicidad, feliz de que promueva al electricista,
la gasolinera o el banco.
No sólo porque son gratuitas
sino imagino que esos implementos de escribir
fusionarán mi escritura con la industria
el sudor de los obreros calificados, las oficinas
y la mística de toda existencia.

Una vez escribía minuciosos poemas con pluma de fuente
poesía pura sobre la pura nada
pero ahora me gusta que en el papel haya mierda,
lágrimas y mocos

¡La poesía no es para los apocados!
Un poema deba ser tan honesto como las cotizaciones de la bolsa
una mezcla de realidad y fanfarronería.
¿Qué queda aún que hiera nuestra sensibilidad?
No mucho.

Por eso no pierdo de vista el mercado de valores
y los documentos importantes. La bolsa
forma parte de la realidad como la poesía.
Y por eso estoy tan contento con este bolígrafo
de un banco que me encontré una negra noche
frente a una tienda cerrada. Huele
vagamente a meado de perro y escribe de maravilla.

Niels Hav (Lemvig, Dinamarca, 1949) En defensa de los poetas y otros textos, Revista de Estudios Literarios Especulo, número 46, 2010-2011, Universidad Complutense de Madrid
Traducción de Orlando Alomá

viernes, marzo 27, 2015

Llorenç Gomis / No hace falta saber el nombre de las malas hierbas














Es una mala hierba la que alrededor de la menta no
es menta,
es una mala hierba la que en medio de la salvia no
es salvia,
es una mala hierba la que junto al espliego no
es espliego.
No hace falta saber el nombre de las malas hierbas.
Puedes arrancarlas sin saber ni su nombre.
Pero no puedes cortar menta sin saber que es
menta,
ni coger salvia sin decir salvia,
ni espliego sin decir espliego.
Y cuando las guardas les pones un nombre,
y las guardas con su nombre
y las tomas con su nombre.

Llorenç Gomis (Barcelona, 1924–2005), Sons i sonets, Edicions 62, Barcelona, 1984
Versión de Jonio González


NO CAL SABER EL NOM DE LES MALES HERBES

És una mala herba la que entorn de la menta no
és menta,
és una mala herba la que al mig de la sàlvia no
és sàlvia,
és una mala herba la que al vol de l’espígol no és
espígol.
No cal saber el nom de les males herbes.
Les pots arrencar sense saber-ne ni el nom.
Però no pots tallar menta sense saber que és menta,
ni collir sàlvia sense dir-ne sàlvia,
ni espígol sense dir-ne espígol.
I quan les guardes hi poses el nom,
i les guardes sota el seu nom
i les prens amb el seu nom.

---
Foto: Llorenç Gomis, 2003 F.J. Vargas/ El País

jueves, marzo 26, 2015

Edgardo Pígoli / Se ríen











se ríen
eso justifica su tranquilidad
no hay idea.
este silencio es un objeto extraño
qué explorar
cómo se vive
cuál es el universo
meridiano.
preguntas de una selva ajena
un dolor extranjero
algo se desprendió pero
el sistema exige. alienación. nada
intensidades.
una ignorancia inédita
una soledad extrema
el escenario:
"una comunidad difícil" "no puedo"
"me duele"
escuchar o no escuchar
esa es la cuestión

Edgardo Pígoli (Buenos Aires, 1966), De la precariedad, Airediseño Ediciones, Buenos Aires, 2014


Foto: Edgardo Pígoli FB

miércoles, marzo 25, 2015

Paul Claudel / San Pablo

















Cordero de Dios que prometiste tu reino a los violentos,
acoge a Pablo tu siervo que te trae diez talentos.
Cinco que Tú le diste a guardar y cinco que él ganó por su cuenta.
Austero para todos los que te aman, eres un Amo que ve por su renta.
¡Puesto que dio el pobre corazón por Ti, haz que su dios le sea dado!
¡Padre Abraham, aplaca para siempre la sed de este hombre fulminado!
A la sombra sola de Tu presencia, el viejo Moisés tuvo miedo al decir:
¡Apártate de mí, aunque sólo sea por el miedo que tengo de verte y morir!
Mas Pablo, como un Tabernáculo sin fisura y como una lámpara propiciatoria,
aceptó en vida la cercanía de Vuestra Gloria,
y fue el hombre que al profeta maravilla diciendo:
¿Quién es aquel de entre vosotros que puede vivir ardiendo?
¡Oh Dios, para todos nosotros es  insufrible el aguijón de Tu verdad!
¡Pero aquel que Te abraza, se une a la terrible simplicidad!
Mirando a Dios, mira el mundo ingrato y cruel,
y asume en su corazón humano la misma Pasión que Él.
Como Dios no tiene voz, es la voz que habla en su lugar:
como Dios no tiene carne ni sangre, he aquí mi cuerpo para lacerar.
Y para concluir a lo que falta en la pasión del Infinito,
aquí está Pablo, simple como la llama y como el grito.
Simple como la espada aguda que al cuerpo del espíritu desplante.
Simple como el fuego que desata los elementos en su alquimia devorante.
Simple como el amor que sólo tiene una causa
y va a donde el viento lo lleva, ignorante de la extinción y la pausa,
de uno y otro confín en las alas del soplo por encima del mar.
Tu amor es el fuego de la muerte y Tu celo un infierno sin par.
Y al ver a todos esos niños ciegos y a esos pueblos que mueren sin bautizar,
Pablo llora retorciéndose las manos y pide ser para ellos decapitado,
pido piedad para los que amo, porque pueden morir incrédulos y en pecado.
Te ruego que oigan como yo, antes de que la hora y el proceso hayan concluido,
esa voz que les dice: ¡Pablo, yo soy Jesús a quien tú has perseguido!

Paul Claudel (Villeneuve-sur-Fère, Francia, 1868-París, 1955), El surco y la brasa. Traductores mexicanos, Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1974
Traducción de Juan José Arreola
Envío de Jonio González

martes, marzo 24, 2015

Juan José Ceselli / Dos poemas



El viajero sintético

Cuando por la habitación se propaga el fuego de tu presencia
Los muebles quedan prisioneros
Y tus velos de novia
Hechos con las alas de las distancias
Flotan sobre tus pisadas de donde nacen los lagos el olvido
Y se leen las señales del destino
Tu mirada sostiene su gran dulzura
Porque tu presencia es ilusoria
Como una sombra arrodillada a mis pies

Siete surrealistas argentinos, edición de Javier Cófreces, Leviatán, Buenos Aires, 2001
Envío de Jonio González


38,
Para no
Dejar nada Que tus trenzas se lleven toda esta paz
Y que tus caderas dejen de bailar sobre mi pasado
Para no
Dejar nada
Acaba de una vez de verter los resultados de mis
desvaríos
Mórbidos como lana de pesadillas
Tus uñas han socavado mis estrellas
Y tu resplandor
Como un molinillo de lágrimas grises
Ha llegado ya hasta el fondo de mi garganta
Tu cigarra ha muerto
Tu voz sólo esparce las semillas del Otoño
De tu corazón brota la Noche
Llévate tus nubes y déjame con el muelle
precipicio de tus sienes apretadas sobre mi
soledad

Fundación Argentina para la Poesía
(Pág. desaparecida)

Juan José Ceselli (Buenos Aires, 1909-1982)

Fotos: 
Arriba, Juan José Ceselli en Juan José Ceselli/Facebook
Abajo, Elida Manselli, Augusto Roa Bastos, Francisco Madariaga y Juan José Ceselli Dossiers de Analecta Literaria

Act. 2023

lunes, marzo 23, 2015

Vladimiro Maiacovski / De "El hombre"













La pasión de Maiacovski

¿Escuchan?
¿Oyen el relincho de los caballos?
¿Oyen?
¿Oyen las bocinas de los automóviles?
Son los ciudadanos que van de compras en el reinado de la abundancia.
Hay un desborde de gente,
y yo voy perdido entre la multitud,
afligido y sollozante,
trato de mantener los frenos.
Pero me prendo de faldas y polleras.

¿Qué es eso?
¿Eres tú?
Mientes fingiéndote una santulona.
Siento mi ojo enrojecido,
como un farol rosado de una casa pública.
-¿Para qué te hago falta?
¡Espera!
Yo conozco alegrías más dulces.
Bajas con orgullo el bosque de tus pestañas.
¡Espera!
Te fuiste...
Allá, por encima de las cabezas, está Él.
Le brilla el cráneo.
Tiene la calvicie lustrosa.
Brilla con resplandor.
En el dedo meñique
lleva, en la última falange,
un brillante sobre el dedo velludo.
Son tres pelos.
Ella se acercó,
se inclinó sobre su mano,
besándola con los labios,
murmurando:
A un pelito lo llamaron "La flautita",
a otro le decían "La nubecita",
y al tercero con resplandor increíble,
le bautizaron con otro nombre,
recién inventado por mí.

Vladimiro Maiacovski (Baghdati, Georgia, 1893 – Moscú, 1930) "El hombre", 1916-1917, Obras escogidas, selección, traducción, prólogo y notas de Lila Guerrero, Editorial Platina, Buenos Aires, 1957
---
Foto: Vladimiro Maiacovski, 1914. Sin datos sobre el fotógrafo

domingo, marzo 22, 2015

William Butler Yeats / La disyuntiva



El intelecto humano está en la disyuntiva:
o la vida perfecta, o la perfecta obra.
Si elige la segunda a rehusar se obliga
una mansión divina mientras rabia en la sombra.
¿Y qué sucede cuando ese cuento termina?
Se tenga suerte o no, deja huella el afán:
vieja perplejidad, la cartera vacía,
o vanidad del día, el nocturno pesar.

William Butler Yeats (Dublín, 1865-Roquebrune-Cap-Martin, Francia, 1939), Antología poética, Debolsillo, Barcelona, 2007
Traducción de Daniel Aguirre
Envío de Jonio González

---
Foto: Yeats, en su juventud Getty Images

sábado, marzo 21, 2015

Adrienne Rich / Dos poemas



Qué clase de tiempos son éstos

Hay un lugar entre dos grupos de árboles donde el pasto crece cuesta arriba
y el viejo camino de la revolución se interrumpe entre sombras
cerca de un templo abandonado por los perseguidos
que desaparecieron en esas mismas sombras.

Por allí caminé juntando setas al filo del espanto, pero no te equivoques
este no es un poema ruso, este no es otro lugar sino aquí,
nuestro país que se acerca a su propia verdad y espanto,
a su propia manera de hacer desaparecer a la gente.

No voy a decirte dónde está ese lugar, la trama oscura del bosque
que se encuentra con la franja inmaculada de la luz –
cruces fantasmas, paraíso de mantillo:
ya sé quién quiere comprarlo, venderlo, hacerlo desaparecer.

Y no voy a decirte dónde es ¿Para qué te digo esto, entonces?
Porque todavía escuchás, porque en tiempos como estos
siquiera para tenerte escuchando es necesario
hablar sobre los árboles.

Dark Fields of the Republic: Poems 1991-1995, W. W. Norton, 1995

*

21 poemas de amor 

I

Cuando sea, en esta ciudad parpadean las pantallas
con pornografía, vampiros de ciencia ficción,
matones victimizados doblados bajo el látigo,
además hay que caminar… nada más, caminar
entre la basura mojada y las crueldades de nuestros barrios
en primer plano.
Tenemos que agarrar nuestras vidas
de aquellos sueños rancios, del borboteo del metal, de esas desgracias,
y de la begonia roja que destella peligrosamente
en la entrada de un edificio de seis pisos
o de las chicas de piernas largas que juegan a la pelota
en el patio de la escuela.
Nadie nos imaginó. Queremos vivir como árboles,
sicomoros llameantes en el aire sulfúrico,
moteados de cicatrices, pero floreciendo con exuberancia,
con nuestra pasión animal enraizada en la ciudad.

Twenty One Love Poems, Elfie's Press, 1976

Adrienne Rich (Baltimore, Estados Unidos, 1929-Santa Cruz, Estados Unidos, 2012) 
Traducción de Sandra Toro

Foto: Adrienne Rich, 17 de noviembre de 2006, Nueva York David Corio/Michael Ochs Archive/Getty Images


What Kind of Times Are These

There’s a place between two stands of trees where the grass grows uphill
and the old revolutionary road breaks off into shadows
near a meeting-house abandoned by the persecuted
who disappeared into those shadows.

I’ve walked there picking mushrooms at the edge of dread, but don’t be fooled
this isn’t a Russian poem, this is not somewhere else but here,
our country moving closer to its own truth and dread,
its own ways of making people disappear.

I won’t tell you where the place is, the dark mesh of the woods
meeting the unmarked strip of light—
ghost-ridden crossroads, leafmold paradise:
I know already who wants to buy it, sell it, make it disappear.

And I won’t tell you where it is, so why do I tell you
anything? Because you still listen, because in times like these
to have you listen at all, it’s necessary
to talk about trees.


Twenty-One Love Poems

I

Whenever in this city, screens flicker
with pornography, with science-fiction vampires,
victimized hirelings bending to the lash,
we also have to walk . . . if simply as we walk
through the rainsoaked garbage, the tabloid cruelties
of our own neighborhoods.
We need to grasp our lives inseparable
from those rancid dreams, that blurt of metal, those disgraces,
and the red begonia perilously flashing
from a tenement sill six stories high,
or the long-legged young girls playing ball
in the junior highschool playground.
No one has imagined us. We want to live like trees,
sycamores blazing through the sulfuric air,
dappled with scars, still exuberantly budding,
our animal passion rooted in the city.

viernes, marzo 20, 2015

Jacobo Regen / Sé dura, oh luz, conmigo















10
                    a Leopoldo Castilla

Sé dura, oh luz, conmigo.
No regañes a flor de piel; inquiere
lo que en el fondo busca tu castigo
y, sin descanso, hiere.

Hiere profundo, profundo.
Que es mucho lo que perdí,
rodando... (no por el mundo
sino por dentro de mí).

Jacobo Regen (Campo Quijano, Salta, Argentina, 1935-Salta, 2019), La Guacha, Especial Noroeste N° 1, Buenos Aires, agosto 2014

Ref.:
La Nación
La Poesía Alcanza
Portal Informativo de Salta
La Gaceta

Act. en.2019

jueves, marzo 19, 2015

Eduardo Jonquières / Fuga










En la árida tierra está la mitad, sólo la mitad de nuestro cuerpo;
los ojos, todo el rostro, reciben la luz desde la altura.
Los brazos quieren siempre retener esa cabeza que huye;
Y se esfuerzan, y rodean los cabellos flotando en los perfumes
Del oscuro río que por encima lentamente pasa.
Pero nada, ni los brazos más fuertes, ni las raíces más hondas
Logran impedir el vuelo. Y cuando unos dedos tañen la cítara invisible,
Un torso entero se abandona a la corriente,
Todo su cuerpo se interna hacia lo alto.
Y nadie, más tarde, encuentra el rastro de su paso por el suelo,
Nadie descubre la leve ceniza de su voz, que ha existido entre las otras.

Eduardo Jonquières (Buenos Aires, 1918-París, Francia, 2000),  Alfredo Veiravé, Los poetas del 40, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1968
Envío de Jonio González

miércoles, marzo 18, 2015

Alfonso Guida / Lentamente sube desde lo oscuro la hora













LENTAMENTE SUBE DESDE LO OSCURO LA HORA
del río desbordado. Oigo la hierba gritar
contra la puerta. El hielo crepita. Hasta
la tierra ejecuta de memoria el tintinear
de una lámpara de aceite que quiebra en astillas
la niebla, astillas de invierno feroz.
Los utensilios el huerto, las bandeja en 
las manos. Llevamos ciruelas secadas
en el manto negro del bosque. Aparece hasta
en el sueño esta libación. Es como
arrojar al Nilo una criatura hecha
de junco, un Dios del que sabemos poco.
(¿Por qué cesa el aliento en lo eterno?)

Alfonso Guida (San Mauro Forte, Matera, Italia, 1973), L'acqua al cervello è una foglia, LietoColle, Faloppio, 2014
Versión de Jorge Aulicino con la colaboración de Antonio Bux

Foto: Alfonso Guida FB


LENTAMENTE SALE DAL BUIO L'ORA 
del fiume in piena. Sento l'erba stridere
contro la porta. Il gelo crepita. Anche 
la terra esegue a memoria il tinnire 
di una lucerna a olio che rompe scaglie
di nebbia, scaglie d'inverno feroce. 
Gli attrezzi nell'orto, le mani sotto
la guantiera. Portiamo prugne secche
nel manto nero del bosco. Appare anche 
nel sogno questa libagione. È come 
lasciare al Nilo una creatura fatta 
di giunco, un Dio di cui sappiamo poco.
(Perché depone il fiato nell'eterno?)

martes, marzo 17, 2015

Camillo Sbarbaro / Calla, alma mía. Son los tristes...












Calla, alma mía. Son los tristes
días en los que sin voluntad se vive,
los días de espera desesperada.
Como el árbol desnudo en el invierno
que se entristece en el desierto patio,
yo no creo que pueda dar más hojas
y dudo de haberlas dado nunca.
Caminando tan solo por la calle
entre la gente que me empuja y no me ve
me parece estar de mí mismo ausente.
Y me sumo a la gente amontonada,
frente a las vitrinas deslumbrado,
y me vuelvo al susurrar de cada falda.
Por la voz de un juglar ciego,
por el imprevisto rayo de una nuca,
me gotean de los ojos tontas lágrimas,
se me enciende en los ojos la avidez.
Porque mi vida entera está en mis ojos:
cada cosa que pasa la conmueve,
como un débil viento al agua muerta.

Soy como un espejo resignado
que refleja cada cosa por la calle.
En mí mismo no miro, porque nada
encontraré...

Y, llegada la noche, en mi cama
me tiendo entero como en una tumba.

Camillo Sbarbaro (Santa Margherita Ligure, Italia, 1888-Savona, Italia, 1967), de Pianissimo, Libreria della Voce, Florencia, 1914, en revista Poesia N° 43, Crocetti Editore, Milán, 1991
Versión de Jorge Aulicino

Foto: Wikimedia Commons s/d

Taci anima mia. Son questi i tristi
giorni in cui senza volontà si vive,
i giorni dell'attesa disperata.
Come l'albero ignudo a mezzo inverno
che s'attrista nella deserta corte
io non credo di mettere più foglie
e dubito d'averle messe mai.
Andando per la strada così solo
tra la gente che m'urta e non mi vede
mi pare d'esser da me stesso assente.
E m'accalco ad udire dov'è ressa
sotto dalle vetrine abbarbagliato
e mi volto al frusciare d'ogni gonna.
Per la voce d'un cantastorie cieco
per l'improvviso lampo d'una nuca
mi sgocciolan dagli occhi sciocche lacrime
mi s'accendon negli occhi cupidigie.
Ché tutta la mia vita è nei miei occhi:
ogni cosa che passa la commuove
como debole vento un'acqua morta.

Io son come uno specchio rassegnato
che riflette ogni cosa per la via.
In me stesso non guardo perché nulla
vi troverei...

E, venuta la sera, nel mio letto
mi stendo lungo come in una bara.

lunes, marzo 16, 2015

Pedro Serrano / Se deshace la nieve




SE DESHACE LA NIEVE, la solidez, la amalgama en las uñas, el decoro;
se deshace del frío la calle blanca, el albor,
se deshacen los fríos, su paz helada,
su luminosidad recogida, su especie blanda.
Se deshace la nieve y las calles tiemblan,
charcos de sal y lodo, pasos resbaladizos, empapados.
Se deshace la nieve en la mano fría, el olor a cerveza,
el candor de los brezos, recogimiento.
Se deshace la nieve y los verdes surgen, intempestivos.
Todo retorna grave a su pulpa abierta,
todo sigue la huella de las reconversiones.
Se deshace la nieve, lámina pura.
Se deshace la nieve y el mundo torna.
Su desfiguro muere, su tensa siembra,
se deshace la nieve y las calles vuelven a ser polícromas.
Todo vuelve a su sitio luego del lujo.
Regresa grave el pasto, la bicicleta,
la banqueta conforme con ser banqueta,
el paladar mordido con seguir siendo.
Se deshace la nieve y uno se mira,
brazos, rizos, colores, sueños, tormentas.
Los pies calientan la menta, las amistades,
todo bajo la manta los calcetines.
De nuevo el mundo vuelve a ser este mundo.
También el cuerpo tiene límites ciertos.
Aproximado a la luz, aproximado.
Alzo el muñón blanco del sol.

El día amanece, desvalido y entero.
Suelto, como un esparadrapo o una cinta de seda.
Suave se deja ir como una centelleante mariposa,
piel de azafrán, amanecer del día.
Se va extendiendo su luz por la madera.
Va poco a poco orillando las cosas,
la frágil entereza de sillas y ventanas,
resbalando el azoro y el dolor
por flores y alhelíes desolados.
El día se toca por azar,
avanza un poco neutro, un poco tonto,
cabeza abajo se cuela, se sonríe.
¿De qué sonríe el día en su dolor?
Yo no sabría contestarlo.
Pero lo sigo sigilosamente.
Hecho de mí está el día,
hecho de su calor y de su fiebre,
iluminado y sometido,
fuerte, furioso, desbordando acaso.

 de Turba, 2005

Pedro Serrano (Montreal, Canadá, 1957, radicado en México), vía Vallejo & Co con motivo de la publicación de Turba en italiano (Kolibris, 2014)

Foto: Enciclopedia de la Literatura en México

domingo, marzo 15, 2015

Coral Bracho / Aquello que entró un día












Aquello que entró un día como el viento,
feroz y suave, y lamió los objetos. El envés,
el rastro
que abría las puertas. Entraba
la tempestad y crecía entre los muebles,
luego, en sus voces, como un dibujo
natural, se callaba. Nuevamente
follaje. Nuevamente costuras,
líneas. Entró
con su embozada furia, con su miel.
Por detrás de las hojas, por los respaldos.
Entre los bordes de los crisantemos.

Coral Bracho (Ciudad de México, 1951), Rosa Cúbica, nº 23-24, Barcelona, invierno 2002-2003
Envío de Jonio González

Foto: Coral Bracho Marcelo Uribe/Enciclopedia de la Literatura en México

actualizado nov. 2019

sábado, marzo 14, 2015

Jorge Fondebrider / Siempre














No hay día enteramente feliz –le dice contrariado–.
Siempre está la sombra de los muertos,
palomas en el techo,
el turno del dentista, un vencimiento.
Siempre hay algo
que puede más que el sol, tu compañía.
Mirá –le dice seria–
ni vos ni yo vamos a estar
siempre,
así que mejor nos abrazamos
mientras hay algo que abrazar,
mientras estamos hoy. Alcanza a oírlos
y sospecha que son cuerpos extraños,
ajenos como  todos
los cuerpos aun en el amor,
siempre.

Jorge Fondebrider (Buenos Aires, 1956), inédito

Foto: Jorge Fondebrider, París, 2013. Archivo del Administrador

viernes, marzo 13, 2015

William Cliff / Después de levantarme hoy no tenía...


















después de levantarme hoy no tenía
ningunas ganas de hacer nada
ni siquiera recoger un nabo
la idea incluso de comer me turba
veo a alguien que pasa pero no oso
golpear en el cristal pues en esta bajeza
de mundo eso no se hace y es inmundo
interpelar a alguien en la acera
hasta si su belleza generosa
nos hace que creamos en no sé qué esperanza

[2006]

William Cliff, seudónimo de André Imberechts (Gembloux, Bélgica, 1940), El pan cotidiano, Pre-Textos, Valencia, 2010
Traducción de Rafael José Díez
Envío de Jonio González


jueves, marzo 12, 2015

Stefan Hertmans / Orlando di Lasso













Tal vez su padre, que le arrojó a los perros;
tal vez su deformado nombre, con las sedientas
letras finales llenas de confusión;
tal vez sencillamente la parra florida
en el muro de su casa paterna
o, tal vez, la terrible arpa llena de cromatismos
en su cabeza, la cascada entre ojo y sien,
el fermentado borboteo de contrapunto a
calderón.

En todo caso algo como un eco de una
ha tiempo vagamente oída misa temprana,
una voz que a su cumbre sube
y así su parodia comienza:
la gamba con su voz de queja,
la paloma que empolla en agujeros de resonancia.

Lluvia, lluvia sobre una ciudad del siglo dieciséis.
Hay mucho silencio en la escribiente mano,
pero mucho más inaudible sonido.

Extraño que el sangrar cesa cuando la
voz lo quiere; extraño que en villanelas
y moriscas siempre muere uno

mientras que el otro vive; este permanente
recomenzar es lo que en el lejano presentimiento
de las primeras fugas tiembla, un poco viejo
y, oh Dios, y cada vez los primeros contrapuntos
se tocan vertiginosamente, llenándose de juventud.

Stefan Hertmans (Gante, Bélgica, 1951), Antología de poemas, Calima Ediciones, Palma de Mallorca, 2002
Traducción del flamenco: José Luis Reina Palazón
Envío de Jonio González 

miércoles, marzo 11, 2015

Jo Shapcott / La física de Pavlova










Todo en mi cuerpo
ha sido procesado
por al menos una estrella
(salvo el hidrógeno).

Quiero hablarte de eso;
quiero que sepas todo lo que
yo entiendo - y más y más
se nos revela en ondulaciones.

Soy en realidad una muchacha lista,
de las que la hacen sin necesidad
de ir al colegio y aprenden
en secreto a mondar

las poderosas capas de la matemática
mientras afianzan su griego por las noches.
Al final, la conciencia tiene algo
de granero anacrónico,

un fenómeno lento al lado
del relámpago de los sentidos.
Aún ahora estoy embelesada
por la simetría marina de mi cuerpo,

pero, créeme, este es un mundo
de extravagantes consecuencias
en el que la materia surge
de la nada y en el que

la luz de las estrellas es historia
antigua al llegar aquí:
nunca podemos entender del todo
lo que estamos viviendo en este momento.

Puedes mostrarme un poco de tu cálido
muslo, largo como la Florida
y te aseguro, me turba el modo
en que me miras pero requiero

más dimensiones que las que da la geografía.
Tropiezo, caigo hacia adelante
hacia un creciente desorden. Sí,
el desorden crece en el universo

y seguirá creciendo hasta
que todo el tinglado se vuelva un sitio
en el que se recuerde que sólo
los roedores alertas nadaron.

de Phrase Book [1992]

Jo Shapcott (Londres, 1953), Carlos López Beltrán y Pedro Serrano, La generación del cordero. Antología de la poesía actual de las islas británicas, Trilce Ediciones, Ciudad de México, 2000


Pavlova's Physics

Everything in my body
has been processed
through at least one star
(except for the hydrogen).

I want to speak to you about it;
I want you to know how much
I understand - and more and more
reveals itself in waves.

I'm really a wise kid,
the kind that gets on and doesn't
need to go to college to do it,
secretly learning to peel back

the potent leaves of mathematics
while boning up on Greek at night.
For all that, the consciousness
is an outdated barn of a thing,

a slow phenomenon compared
to the speed of the senses.
Today even I'm entranced
by the marine symmetry of my body

but, believe me, this world
is a place of bizarre consequences
where matter can appear
out of nothing and where

the light of stars is ancient
history when it gets here:
we can never understand
what we're living through at the time.

You can show me your piece of warm
thigh the length of Florida
and I'm telling you. I'am affected
by the way you look ant me but I need

more dimensions than geography allows.
I'm falling forward, tumbling
into increasing disorder; yes, disorder
is increasing in the universe

and will keep increasing until
the whole shebang becomes a place
where it is remembered
only the alert rodents swam.

martes, marzo 10, 2015

Roque Dalton / Dos poemas














Samantha

Con el plomo de la belleza
derramado en los ojos,
sé aun que la vida
bulle
con su magnífica confusión.

Viajar entre golpes,
esquivar a los viajeros golpeados,
recoger despertando
las migas de pan ahogadas en sangre:
esa es la felicidad,
una especie de rata de confesionario...

Bajo este sol, pienso:
“Soy una virgen loca de Tolstói
que camina a saltitos
para no pisar a las culebras muertas de frío.”


Matthew

El trópico, fatiga infinita.

Las rosas de la montaña huelen a sal,
como el agua horrible que se bebe en los puertos.

¡Y esos escarabajos que chocan en las paredes
como negros huevos de monstruo!

El vino de Mosela se corrompe,
la cerveza de Holanda cría una asquerosa nata verde
y mis mejores camisas no durarán un año.

La novelística exótica
es también un fantasma que recorre Europa.

Roque Dalton (San Salvador, El Salvador, 1935-1975 *), Poesía escogida, Editorial Universitaria Centroamericana, San José, Costa Rica, 1983
Envío de Jonio González


* Dalton fue "ejecutado" bajo diversos "cargos", por sus camaradas del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) salvadoreño. No es preciso el lugar del asesinato; su familia aseguró tener datos suficientes para creer que se consumó de un disparo en la nuca en la propia capital de El Salvador, lo que no se contradice con que sus restos habrían sido arrojados en un paraje cercano a Quezaltepeque, en el centro del país y no demasiado lejos de San Salvador. Los "cargos" contra Dalton - entre ellos el de espionaje a favor de la CIA estadounidense- nunca fueron probados y el consenso general en el mundo político e intelectual latinoamericano ha sido que la muerte se debió a una oscura decisión del líder del ERP, Alejandro Rivas Mira, quien se esfumó en 1977 y habría muerto en 2009 fuera del país. (Nota de edición).


lunes, marzo 09, 2015

Tennessee Williams / Contar la vida














Después de acostarse por primera vez con alguien,
sin la ventaja o la desventaja de una relación previa,
es muy probable que la otra persona te diga:
háblame de ti, cuéntame tu vida, toda tu vida.

Y de buena fe piensas que realmente tiene interés
en conocer tu historia;
enciendes un cigarrillo y empiezas a contarla,
ambos ya descansados, desparramados sobre la cama
como un par de muñecas de trapo dejadas por una niña aburrida.

Le cuentas tu vida, o lo que el tiempo, o cierta prudencia
te permite contar, y oyes decir:
Oh, oh, oh, oh ,oh,
hasta que el último oh es un sonido apenas perceptible,

y entonces, por supuesto, se produce una interrupción.
El camarero, que tardaba en llegar, aparece con un bol
de cubos de hielo que se derriten, o bien uno de ustedes
se levanta para orinar y contemplarse, con suave desconcierto,
en el espejo del cuarto de baño. Y entonces lo primero que adviertes
antes de que hayas tenido tiempo de retomar el hilo
apasionante de tu historia,
es que te están contando ya su propia historia,
tal como pensaban hacerlo desde un principio.
Y tú, a tu vez, también exclamas: oh, oh, oh, oh,
cada vez más débilmente, apenas un suspiro,
mientras el ascensor, hacia la izquierda, a mitad de camino del corredor,
exhala un último, largo y profundo suspiro de postración
y deja de respirar para siempre. ¿Luego?

Bueno, uno de ustedes cae dormido,
y la otra persona hace lo mismo con un cigarrillo encendido en la boca,
y así es como la gente muere incendiada en los hoteles.

Tennessee Williams (Columbus, Estados Unidos, 1911-Nueva York, 1983), En el invierno de las ciudades, Ediciones De la Flor, Buenos Aires, 1968 
Traducción de Juan José Hernández y Eduardo Paz Leston
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Foto: s/d

domingo, marzo 08, 2015

James Purdy / Dos poemas














El muchachito negro
que conocí hace medio año

en Utrecht
compró por 900 guineas
lentes de contacto azules.
Tiene 18 años y su piel
es la más negra de África.
Pero ahora con sus ojos azules,
él, yo,
ambos estamos confundidos.


Jan Erik habla:

Soñé con
el Juicio final.
Hermes, el juez de los Muertos,
pesaba corazones.
Cuando llegó al mío
sacudió la cabeza
y tal vez suspiró
(mis ojos igual que mis oídos
estaban sin sentido).
Hermes dijo:
Tu amante, aunque mucho tiempo
te fue infiel,
aún mantiene tu corazón contra el suyo.
Y por lo tanto, de acuerdo a
la balanza,
tu corazón no pesa nada.

James Purdy (Hicksville, Ohio, Estados Unidos, 1914-Englewood, New Jersey, Estados Unidos, 2009), versiones de Teresa Arijón y Alejandro Ricagno, revista 18 Whiskys, n° 1-2, Buenos Aires, noviembre de 1990

sábado, marzo 07, 2015

Juan José Saer / Vecindad de Logroño












Anotar: en la siesta que arde
la noche voluntaria hace señas,
desde lejos, ubicua,
en la constancia amarilla. Anotar:
viñas verdes sobre tierra roja. Anotar que
la liebre, presa y escándalo,
desea al faro que la inmoviliza.
Anotar: abismos soleados
en días cuyo nombre es legión.

Juan José Saer (Serodino, Argentina, 1937-París, Francia, 2005), El arte de narrar, Universidad del Litoral, Santa Fe, 1988
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Foto: Cuentos completos, Seix Barral, Buenos Aires, 2001

viernes, marzo 06, 2015

Raúl Artola / Durante cinco años...














Durante cinco años cerré las puertas y ventanas de mi casa.
Entre persianas y vidrios se acumularon cartas, facturas
impagas, diarios y folletos, hojas secas, arañuelas y polvo
impalpable, condones, tapitas de cerveza y hasta un gorrión
muerto, entre otros regalos del tiempo.
El día que abrí el ventanal escuché una canción olvidada, la
luz entró crujiendo sobre los muebles, el aire se abrió paso
entre vaharadas de niebla, las moscas retrocedieron
arrepentidas de su intento y unos pibes se pararon a mirar y
comentaban por lo bajo.
Me quedé un rato observando el panorama con mis viejos
anteojos para sol. De pronto cruzó frente a la ventana una
muchacha de buen andar. Me acordé enseguida de mi profesor
de biología, de pistilos y gametos, la división cariocinética,
cigotos y blástulas, hasta que perdí la visión de esa grupa y su trote.
Después me cambié el piyama húmedo y salí a comprar
queso, salamín, maníes y una botella de fernet.

                                                               (a la memoria de Mario Levrero)

Raúl Artola (Las Flores, Argentina, 1947; vive en Viedma, Argentina), Registros de hora prima, Ediciones La Carta de Oliver, Vicente López, Argentina, 2014


Foto: Raúl Artola FB

jueves, marzo 05, 2015

María Teresa Andruetto / De "Beatriz"












Autorretrato ante el caballete

1.
Esto es lo que queda
de un hombre que se muere:
un pincel y la mano agrietada
que sostiene el pardo, el rojo,
el amarillo... la mano que va,
que se desvela, desde el charco
de luz hacia la tela.

2.
Lenta la pincelada oscura,
el hijo del molinero
tantea con ojos ciegos
la espesura
hasta dar con la luz.

3.
Este rostro ya estaba
debajo de la tela, estaba y carcomía
con su podredumbre el retrato del joven
con gorguera. Bajo las arrugas y los ojos
desteñidos están los ojos arrogantes
de otro tiempo, pero ni el otro ni éste
son grandes, a todos los ha herido
esta luz: ya nada es menos,
hasta lo más miserable
tiene su destello.

4.
No es la pieza oscura donde pinta,
ni la pobreza que trajo la desnuda forma.
ni la luz que cae sobre la gorra,
ni el pelo desprolijo, ni la barba,
tampoco el cuerpo vencido,
ni el olor rancio del encierro.
Son los ojos que no encuentran
a Saskia, a Hendrickje, al bienamado Tito;
los ojos que se han vuelto
hacia un lugar de nada,
hacia el vacío.

5.
Otros buscarán la nota pura,
la imagen que persiste, la tersura,
como buscan sus ojos en la tela

(es la mirada lo que abruma,
lo que desvela)

6.
También yo persigo una palabra
oscura en los retratos de Saskia,
en la ternura de Hendrickje, en la viva
luz de Tito, y el aire de bondad,
la carnadura de un hombre
que se deshizo.

María Teresa Andruetto (Arroyo Cabral, Córdoba, Argentina, 1954), Beatriz, Ediciones Argos, Córdoba, Argentina, 2005

miércoles, marzo 04, 2015

Andrea Zanzotto / La paz de Oliva










Y en el capullo de la mañana casi estiva
él ya no se acuerda.
Ya no se acuerda de la fecha
de la paz de Oliva.
En vano rebusca el es el será el fue.
Eh      luego      me parece
que      y en      v v v
pues, ¿en el Riss en el Mindel o en el Würm?
¿O durante un pluvial?
Someter al profesor a un test de certeza.
Señalarlo al delegado.
       "Ustedes allá, en el fondo. ¡Quietos!
       ¿Dejarán ya?" Dejamos
       reponemos amortiguamos
       especularmente quietos en la tibieza matutina
       en un portento ~ en un
       equilibrio del terror.

Andrea Zanzotto (Pieve di Soligo, Treviso, Italia, 1921-Conegliano, Treviso, Italia, 2011), (Para que) (crezca), Mangos de Hacha, Ciudad de México, 2012
Traducción de Ernesto Hernández Busto

Nota de edición. Por si a alguien interesa, la "paz de Oliva" fue firmada en esa ciudad prusiana en 1660. Juan II Casimiro, el rey de Polonia, renunció al reino de Suecia por este tratado, que suscribió con el emperador Leopoldo I (del Sacro Imperio Romano Germánico) y el elector de Brandenburgo, Federico Guillermo, quien se aseguró la sucesión de la dinastía de los Hohenzollern en Prusia, también por este escrito.


La pace di Oliva

E nel boccio della mattina quasi estiva
egli non ricorda più.
Non ricorda più la data
della pace di Oliva.
Invano fruga l'è il sarà il fu.
Eh      dopo      mi pare
che     e in      v v v
dunque, nel Riss nel Mindel o nel Würm?
O durante un pluviale?
Sotoporre il docente a un test de accertamento.
Segnalarlo al provveditore.
       "Voi là, in fondo. Fermi!
       La smettete?" Smettiamo
       riponiamo smorziamo
       specularmente fermi nel mattutino dolcore
       in un portento ~ in un
       equilibrio del terrore.

martes, marzo 03, 2015

Maria Borio / La voz que habla










LA VOZ QUE HABLA desde la banda
te sujeta de la cabeza. Tú crees,
inconsciente, en un equilibrio.
Mi cabeza trabaja sobre los carriles y los diques
del kilómetro ciento treinta, en un vacío perfecto.
Viviría mi vida con un hombre que signifique
mil hombres como tú le pides al mar
otras imágenes porque te ayudan
a hacer que cada momento baste y, en otro
momento, quieres muchas oportunidades.
El mar es el techo de la habitación,
la banda limpia:
lo siento, momento tras momento,
voy perdiendo cada vez un poco de mí
con fantasías que regresan
y un poco menos de mí, donde bastas
a tu habitación en penumbra
que abre las imágenes como la banda
que golpea y nos detiene.
El tren me lleva hasta hacerme hablar.

Maria Borio (Perugia, Italia, 1985), en Vallejo & Co.
Versión de Chiara de Luca


LA VOCE CHE PARLA dal nastro
ti ferma la testa. Tu credi
incosciente a un equilibrio.
La mia testa lavora sulle rotaie e sugli argini
al chilometro centotrenta, in un vuoto perfetto.
Vivrei la mia vita con un uomo che significa
mille uomini come tu chiedi al mare
altre immagini perché ti aiutano
a far bastare ogni momento
e in un altro momento vuole molte occasioni.
Il mare è il soffitto della stanza,
il nastro pulito:
lo sentissi, momento su momento,
perdendo un po’ di me ogni volta
con fantasie che tornano
e un po’ meno di me dove basti
alla tua stanza in penombra
che apre le immagini come il nastro
che batte e ci ferma.
Il treno mi porta fino a farmi parlare.

domingo, marzo 01, 2015

William Carlos Williams / Paterson, 23



Libro Dos
Domingo en el Parque
II (cont.)





                               Uno mata 
por dinero, pero no siempre lo obtiene.

Se apoya sobre el parapeto pensando, mientras
el predicador, superado en número, le habla
a las hojas de los pacientes árboles   :

El gentil Cristo
hijo de Pericles
y femina practa
Dividido entre
Atenas y
los amphyoxus

El gentil Cristo—
maleza y valor
tristemente sincero

Llora y es 
recordado como el
que salió de la tumba

—lo tiré con ambas manos.      .  hasta
que desapareció

—el hizo un amplio gesto con 
ambas manos como si tirara dinero al viento—

—pero las riquezas que me fueron dadas 
son incontables. Puedes revolearlas
descuidadamente a diestra y siniestra—y aun así
tendrás más. Porque Dios Todopoderso tiene
ilimitados recursos y nunca falla. No hay 
fin para los tesoros de nuestro Señor Todopoderoso que
murió en la Cruz por nosotros para salvarnos.
Amén.

  El Sistema de Reserva Federal es una empresa privada   .   .   .    un monopolio privado .   .   .   (con poder)    .    .    .    otorgado por un Congreso desarticulado    .    .    .    para emitir y regular todo nuestro dinero.
   Ellos hacen dinero de la nada y lo prestana empresas privadas (el mismo dinero una y otra vez a altas tasas de interés), y también al Gobierno cada vez que necesita dinero en la guerra y la paz; por el que nosotros, el pueblo, en representación del Gobierno (en este momento a cualquier costo) debemos pagar intereses a los banco como altos impuestos.

El pájaro, el águila, se hicieron
pequeños—para meterse en el huevo engoznado
hasta desaparecer allí dentro, totalmente
menos una pata en la que una garra se abría
y se cerraba angustiosamente buscando 
el aire, y no podría—pese a todo 
el esfuerzo de la lucha, permanecer
dentro    .

   Al contemplar las Cataratas, Hamilton quedó impresionado por el show de lo que en esos tiempos era poder avasallante    .    .    .    planificó un acueducto de piedra a continuación de un bulevar proyectado, por el camino más directo, a Newark con outlets cada una o dos millas a lo largo del río para los grupos de fábricas: La Sociedad de Manufacturas Útiles: SMU, la llamaron.
    Los periódicos del día hablaban en términos entusiastas de las magníficas perspectivas de la "Manufactura Nacional" donde estaban profundamente convencidos se producirían todo el algodón, casimeres, papel tapiz, libros, sombreros de fieltro y de paja, carruajes, cerámica, ladrillos, ollas, sartenes y botones necesarios en los Estados Unidos. Pero los planes de L'Enfant eran más majestuosos que prácticos, y Peter Colt, Tesorero del Estado de Connecticut, fue elegido en su lugar. 
El destacado objetivo de la Sociedad era la manufactura de productos de algodón.

Washington en su acto inaugural
.     .     .     .     .     .    llevaba
un abrigo Barbour hecho a mano
en Paterson     .    .    .      .     .


William Carlos Williams (Rutherford, 1883-1963), Paterson, New Directions, New York, 1963
Versión © Silvia Camerotto


Book Two
Sunday in the Park II

One kills /for money but doesn't always get it. //Leans on the parapet thinking, while /the preacher, outnumbered, addresses /the leaves in patient tress    : //The gentle Christ /child of Pericles /and femina practa //Split between  /Athens and /the amphyoxus //The gentle Christ— /weed and worth /wistfully forthright //Weeps and is /remembered as of /the open tomb //—threw it away with both hands.      .    until /it was gone //—he made a wide motion with both /hands as of scattering money to the winds — //—but the riches that had been give me are /beyond all counting. You can throw them /carelessly about you on all sides—and still /you will have more. For God Almighty has /boundless resources and never fails. There is no /end to the treasures of our Blessed Lord who  /died on the Cross for us that we may be saved. /Amen. //The Federal Reserve System is a private enterprise . . . a private monopoly . . . (with power) . . . given to it by a spineless Congress . . . to issue and regulate all our money.  //They create money from nothing and lend it to private business (the same money over and over again at a high rate of interest), and also to the Government whenever it needs money in war and peace; for which we, the people, representing the Government (in this instance at any rate) must pay interest to the banks in the form of high taxes. 
//The bird, the eagle, made himself /small—to creep into the hinged egg /until therein he disappeared, all /but one leg upon which a claw opened /and closed wretchedly gripping /the air, and would not—for all /the effort of the struggle, remain /inside   .   //Witnessing the Falls Hamilton was impressed by this show of what in those times was overwhelming power . . . planned a stone aqueduct following a proposed boulevard, as the crow flies, to Newark with outlets every mile or two along the river for groups of factories: The Society for Useful Manufactures: SUM, they called it.  //The newspapers of the  day spoke in enthusiastic terms of the fine prospects of the "National Manufactory" where they fondly believed would be produced all cotton, cassimeres, wall papers, books, felt and straw hats, shoes, carriages, pottery, bricks, pots, pans and buttons needed in the United States. But L'Enfant's plans were more magnificent than practical and Peter Colt, Treasurer of the State of Connecticut, was chosen in his place. //.       .        .        .        .     The prominent purpose of the Society was the manufacture of cotton goods. //Washington at his first inaugural /.     .     .     .     .     wore /a coat of Crow-black homespun woven /in Paterson     .    .    .    .    .