Diciéndole a José Gorostiza
Uno
¿Te diste cuenta de que en Junio el día
tiene algo de la noche? La pregunta
lleva en la flor de tu presencia adjunta
el fruto silencioso deste día.
Algo de subterránea idolatría
alcanza al cielo que el amor conjunta
y entre el día y la noche se barrunta
todo eso que no sé y es cosa mía.
Pasa por la alegría un soplo obscuro
que fácil pudo unirse a lo maduro.
Desbaraté con mis palabras eso
que nunca supe lo qué es. Y sigo
diciéndote de Junio… Libre y preso,
si te das cuenta de lo que yo te digo.
Dos
La ventana soy yo. El todo afuera
está dentro de mí. Te sigo ardiendo
sin que nadie lo vea. No destruyendo
la luz de piedra de tu cordillera.
Dentro de mí se ve crecer lo afuera.
La luz que no fue mía ya la enciendo.
La flor cuya belleza nunca entiendo
me da en los ojos su fulgor ceguera.
Me dices que así es Junio. Yo quisiera
desnudarme en sus ojos. Desde afuera
verme por dentro. Sin decirme nada
volver a las antiguas geometrías.
Y estoy entre mi nube y tu almohada
viendo caer las noches y los días.
Tres
Tu ausencia es para siempre. Te quedaste
para siempre también. Juntos hallamos
lo que nunca se encuentra. Embalsamamos
lo frutal de la vida. Todo amaste
sin decírselo a nadie. Tu desgaste
fue propio de la luz. Si nunca estamos
en donde todo el mundo, es porque estamos
con nosotros y en todo. No hay contraste.
El papelito de la mariposa
que cayó en una rosa, por descuido
sólo nosotros lo leímos. Cosa
que nadie toma en cuenta. Noche tuya
fue día para mí. Lo prometido
es deuda. Que anochezca y que concluya.
Lomas de Chapultepec, 17 de Junio de 1973
Carlos Pellicer (Villahermosa, Tabasco, 1897 - Ciudad de México, 1977), José Gorostiza - Carlos Pellicer, Correspondencia 1918-1928, Ediciones del Equilibrista , México, 1993
Nota del Ad.: Pellicer escribió estos sonetos exactamente tres meses después de la muerte de José Gorostiza (Villahermosa, 1901-Ciudad de México, 1973)
Foto: Pellicer La Jornada, México
Uno
¿Te diste cuenta de que en Junio el día
tiene algo de la noche? La pregunta
lleva en la flor de tu presencia adjunta
el fruto silencioso deste día.
Algo de subterránea idolatría
alcanza al cielo que el amor conjunta
y entre el día y la noche se barrunta
todo eso que no sé y es cosa mía.
Pasa por la alegría un soplo obscuro
que fácil pudo unirse a lo maduro.
Desbaraté con mis palabras eso
que nunca supe lo qué es. Y sigo
diciéndote de Junio… Libre y preso,
si te das cuenta de lo que yo te digo.
Dos
La ventana soy yo. El todo afuera
está dentro de mí. Te sigo ardiendo
sin que nadie lo vea. No destruyendo
la luz de piedra de tu cordillera.
Dentro de mí se ve crecer lo afuera.
La luz que no fue mía ya la enciendo.
La flor cuya belleza nunca entiendo
me da en los ojos su fulgor ceguera.
Me dices que así es Junio. Yo quisiera
desnudarme en sus ojos. Desde afuera
verme por dentro. Sin decirme nada
volver a las antiguas geometrías.
Y estoy entre mi nube y tu almohada
viendo caer las noches y los días.
Tres
Tu ausencia es para siempre. Te quedaste
para siempre también. Juntos hallamos
lo que nunca se encuentra. Embalsamamos
lo frutal de la vida. Todo amaste
sin decírselo a nadie. Tu desgaste
fue propio de la luz. Si nunca estamos
en donde todo el mundo, es porque estamos
con nosotros y en todo. No hay contraste.
El papelito de la mariposa
que cayó en una rosa, por descuido
sólo nosotros lo leímos. Cosa
que nadie toma en cuenta. Noche tuya
fue día para mí. Lo prometido
es deuda. Que anochezca y que concluya.
Lomas de Chapultepec, 17 de Junio de 1973
Carlos Pellicer (Villahermosa, Tabasco, 1897 - Ciudad de México, 1977), José Gorostiza - Carlos Pellicer, Correspondencia 1918-1928, Ediciones del Equilibrista , México, 1993
Nota del Ad.: Pellicer escribió estos sonetos exactamente tres meses después de la muerte de José Gorostiza (Villahermosa, 1901-Ciudad de México, 1973)
Foto: Pellicer La Jornada, México
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