4
Una vez más estás en el comienzo de la mañana,
herido, insoportable, más débil todavía,
mirando cómo fluye la luz de las cosas,
la clara quietud renaciendo de las sombras.
Una vez más la luz por fuera de la ventana
y por dentro sombras apaciguadas y lentas.
La ceniza sobre la mesa, el lomo de los libros
y ese desorden de papeles como de algo
que fue nerviosamente buscado durante la noche.
5
No tenés nada más que palabras
y decir esto
y decir que eliminaste los límites
entre el tener y no tener
es casi decir lo mismo.
Trabajás con nada.
Escribís sobre el vacío.
Frente a la rugosa realidad
tus herramientas se deshacen.
Asomado a una noche extraña
arrasada por los vientos
poblada de estrellas furiosas
que una vez dictaron a otros hombres
los nombres de fuego de Arturo
la Osa y el Centauro:
tu lengua sin cielo
tiembla y se retuerce.Juan Manuel Inchauspe (Santa Fe, 1940-1991), de "Poemas", 1977; Una antología de la poesía argentina, Jorge Fondebrider, editorial LOM, Santiago de Chile, 2008
Foto: Inchauspe Juan R. Neme/Animales en Masa
MAESTRO!!! No sé porqué me hizo acordar a Fellini, que una vez dijo: "No tengo nada para decir, pero sé cómo decirlo". Gracias, Jorge.
ResponderBorrarQué gran tipo y qué buen poeta fue. Maltratado, íntegro. Gracias por ponerlo, Irene
ResponderBorrarEjemplo, entre otros, para demostrar que la historia o el registro de algún momento de la literatura es inevitablemente apócrifo. Hay voces que sólo resuenan bajo la luz íntima de una lámpara.
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