Es un pequeño Walden.
Ella está sola en su jadeo
mientras el cuerpo de él despega y vuela,
vuela tan derecho como una flecha.
Pero es una mala interpretación.
La luz del día no es amiga de nadie.
Dios llega como un amo
y enciende su lámpara de bronce.
Ahora ella se siente más o menos.
El coloca sus huesos de vuelta
retrasando una hora el reloj.
Ella conoce la carne, ese globo de piel,
los miembros sin dirección, las tablas,
el tejado, el cambiante tejado.
Ella es su selección, horario partido.
¡Ustedes también conocen la historia! Miren,
cuando esto termina él la cuelga
como un teléfono de vuelta en su lugar.
Anne Sexton (Massachusetts, Estados Unidos, 1928-1974), La Danza del Ratón n° 8, agosto de 1987
Versión de Jonio González
De Anne Sexton en este blog:
Santa, versión de Verónica Zóndek
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Anne Sexton tiene un poema maravilloso que se llama The Fortress, en el que duerme la siesta con su hija. Tiene cosas así, como el que publica Aulicino, muy potentes y otras que no están a la misma altura, pero como leí que dice Aira: es mejor considerar a los escritores por lo mejor que hacen que por lo peor. Saludos.
ResponderBorrarDe acuerdo con Santiago. O dando una vuelta de tuerca con palabras de M. Trejo "el mejor modo de esperar es ir al encuentro". Sexton, Cote, qué decir de Girri!, Padeletti, Bignozzi, como dibujar soles para poder ver el día (Bustos), abrazo, jm
ResponderBorrarSexton qué terrible, qué interesante. Parece conocer a fondo, no sé si con conciencia de ello - lo que subyace a toda " Casa de Muñecas" y le "da" sin concesiones
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