Vecinos
Ayer...
(no daré
datos precisos
en relación
a Waimann,
dejo situado
el ayer
en algún lugar
de mi tiempo)
vi a Waimann
esperando
a la muerte
en su puerta
de calle.
Lo sé
muerto
desde hace
cuatro meses,
predestinación
de su médico.
Ayer
vi a Waimann
esperando
a la muerte...
y hoy
Waimann
está muerto
está muerto
está muerto
Ayer...
además de
a Waimann
esperando
a la muerte
en su puerta
de calle
ví a Alberto...
volvía satisfecho
del gimnasio...
y ayer,
además de
a Waimann
en su puerta
de calle
esperando
a la muerte
al momento
en que Alberto
satisfecho
volvía
Ayer...
(no daré
datos precisos
en relación
a Waimann,
dejo situado
el ayer
en algún lugar
de mi tiempo)
vi a Waimann
esperando
a la muerte
en su puerta
de calle.
Lo sé
muerto
desde hace
cuatro meses,
predestinación
de su médico.
Ayer
vi a Waimann
esperando
a la muerte...
y hoy
Waimann
está muerto
está muerto
está muerto
Ayer...
además de
a Waimann
esperando
a la muerte
en su puerta
de calle
ví a Alberto...
volvía satisfecho
del gimnasio...
y ayer,
además de
a Waimann
en su puerta
de calle
esperando
a la muerte
al momento
en que Alberto
satisfecho
volvía
del gimnasio...
pude ver
a la mujer
de Kandia
y en sus manos,
de la cooperativa obrera
cinco bolsas.
Todos ellos
(mis vecinos)
me han visto,
aunque no tienen
el deseo irrelevante
de escribirme.
Germán Arens (Bahía Blanca, 1967), Versos de Gabino, El Suri Porfiado Ediciones, Buenos Aires, 2009
Foto: Arens con su hija Malena
pude ver
a la mujer
de Kandia
y en sus manos,
de la cooperativa obrera
cinco bolsas.
Todos ellos
(mis vecinos)
me han visto,
aunque no tienen
el deseo irrelevante
de escribirme.
Germán Arens (Bahía Blanca, 1967), Versos de Gabino, El Suri Porfiado Ediciones, Buenos Aires, 2009
Foto: Arens con su hija Malena
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarEl poema es muy bueno, Germán
ResponderBorrarGracias
bravo. me ha encantado.
ResponderBorrarsaludos desde mendoza.