El cuerpo
¿Por qué no es posible el amor?,
me preguntas.
Somos viejos, respondo.
Y que pases tu mano
por mi pierna,
me da cierta vergüenza.
Tontería, dice el amigo
y cediendo
me tiendo a su lado como cuando era joven
y lo ignoraba.
Pienso en todos los viejos
que desde un banco al sol
miran transcurrir las muchachas.
En mi padre y sus esquelas victorianas
a las niñas de los mandados.
Pienso en mi madre pulcra
cubriendo sus desnudos en un último gesto.
Pienso que los viejos son como todos
y apetecen sin pausa
si no han sido saciados.
El cuerpo gira ante sus ojos
con el gusto de lo prohibido,
como siempre.
Se los instala en la sabiduría
y no la tienen;
codician como jóvenes,
tienen pequeñas ternuras
como mi amigo,
tienen lascivas preferencias
que no les cuentan a los otros,
tienen derecho al amor
aun a costa del ridículo.
Y si pasan tomados de la mano
o se encierran en su mundo
con las persianas bajas,
tendríamos que mirarlos sin asombro
como a lentos vagabundos
o discretos amantes que renuevan caricias.
Emma Barrandéguy (Gualeguay, 1914-2006), Poesías completas, Ediciones del Copista, Córdoba, Argentina, 2009
Foto: Barrandéguy Subsecretaría de Cultura de Entre Ríos
Pray […]
ResponderBorrarThat I may seem, though I die old,
A foolish, passionate man.Yeats, A prayer for old age
(Ruego […]que aunque muera viejo, yo parezca
Un hombre tonto y apasionado).
¡Demoledor, este poema!
ResponderBorrarHermoso. No conocia a la autora.
ResponderBorrarY si pasan tomados de la mano
o se encierran en su mundo
con las persianas bajas.
Muy lindo.
Hermoso texto. No hay otra, seguir renovando las caricias. Y muchas ganas de continuar leyendo a Emma Barrandéguy. Siempre hay muy buen material en Ediciones del Copista.
ResponderBorrarimpresionante honestidad; gracias, Jorge!
ResponderBorrarRoxana
Que hermoso texto!!! implacable con la palabra esta mujer.
ResponderBorrarSaludos Jorge y gracias por presentarme a esta autora.
Qué hermoso poema!...desconocía a su autora...Emma Barrandéguy, voy por más.
ResponderBorrarun voto más a la barrandéguy
ResponderBorrarContundentemente bella, la Emma.
ResponderBorrarCuando vi la versión cinematógrafica de L. Visconti de "La muerte en Venecia", no intuí lo que es la visión del amor en vísperas de la muerte; ahora que leo este poema perfecto de esta mujer honesta, caigo en la cuenta de cómo la vejez puede verse con una mirada limpia.
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