Elegía mal habida
a Jorge Torres
No es lugar para dar con la palabra justa,
de hecho no somos leyenda ni presencia
sino ingenuos traficantes de versos,
practicantes del blanqueo de la rima,
aunque eso nos costó caro:
a mí algunos pocos quebrantos,
a ti, tres riñones y la vida,
como para dejar establecida
la exacta injusticia de la vida.
Por eso creo que la tuya fue más intensa
y la mía más irresponsable.
No le pidas entonces un epílogo
a este pobre aficionado a los prólogos,
déjame fingir al menos
que todo puede comenzar de nuevo
y mejorarse.
El paseo por las rocas
Los despojos naturales...
No, no, "la naturaleza no deja ruinas",
ellas más bien se confunden con otras:
la actinia y el paguro
junto a la concha azulina de la Nivea
o la medusa cristalina de la Coke
o la esponjosa consistencia de la Mjleko,
el piure de pecho o la toalla de mar,
toda la plastiflora y la bolsifauna de la orilla
frente a la máscara de buzo del mar
escrutando por entre los arrecifes
los despojos de tierra adentro.
2
No tú, Marcial, eres el maestro de estas
anotaciones,
sino Aulio, el sepulturero,
y que las hiciera
con un clavo mellado.
Walter Hoefler (Valdivia, Chile1944), Las cosas del oficio, Ediciones Kultrún, Valdivia, 2007
a Jorge Torres
No es lugar para dar con la palabra justa,
de hecho no somos leyenda ni presencia
sino ingenuos traficantes de versos,
practicantes del blanqueo de la rima,
aunque eso nos costó caro:
a mí algunos pocos quebrantos,
a ti, tres riñones y la vida,
como para dejar establecida
la exacta injusticia de la vida.
Por eso creo que la tuya fue más intensa
y la mía más irresponsable.
No le pidas entonces un epílogo
a este pobre aficionado a los prólogos,
déjame fingir al menos
que todo puede comenzar de nuevo
y mejorarse.
El paseo por las rocas
Los despojos naturales...
No, no, "la naturaleza no deja ruinas",
ellas más bien se confunden con otras:
la actinia y el paguro
junto a la concha azulina de la Nivea
o la medusa cristalina de la Coke
o la esponjosa consistencia de la Mjleko,
el piure de pecho o la toalla de mar,
toda la plastiflora y la bolsifauna de la orilla
frente a la máscara de buzo del mar
escrutando por entre los arrecifes
los despojos de tierra adentro.
2
No tú, Marcial, eres el maestro de estas
anotaciones,
sino Aulio, el sepulturero,
y que las hiciera
con un clavo mellado.
Walter Hoefler (Valdivia, Chile1944), Las cosas del oficio, Ediciones Kultrún, Valdivia, 2007
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Foto: Hildegard Steffen / Kultrún
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