Luna de las hojas que caen. O mejor,
luna entre las hojas muertas.
¿Con qué imagen puedo nombrar el otoño?
La luna cubre para siempre las hojas,
las baña con un frío resplandor. Y si caen
no es para morir, sino para brillar mejor.
Todo en la caída brilla mejor. Tu silencio
brilla conmigo esta noche y yo
no quiero hablar del otoño
ni de las hojas que caen, ni de la luna.
Me digo para consolarme
que toda muerte es regeneración, que la tierra
se tragará las hojas, que las volverá árboles
o pájaros, tal vez nubes o arroyos.
Pero la luna es insistente y brilla
y dice que volverá a mirarme,
como siempre, entre las hojas muertas.
Eduardo Chirinos (Lima, 1960 - Missoula, Montana, Estados Unidos, 2016)
Foto: Casa de América, Madrid
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Act. 2016
Uy que lindo poema!
ResponderBorrarCon lo difícil que es hacer que la sinceridad suene tan delicadamente bella.
Gracias y Saludos