sábado, agosto 02, 2008

Saltos de rana


Queroqué la rana, de Kusano Shinpei. Enciclopedia

Somorgujo: Ave palmípeda, con pico recto y agudo, alas cortas, patas vestidas, plumas del lomo, cabeza y cuello negras, pecho y abdomen blancos, costados castaños, y un pincel de plumas detrás de cada ojo. Vuela poco y puede mantener por mucho tiempo sumergida la cabeza bajo el agua.
locs. advs. Por debajo del agua.
locs. advs. coloqs. Ocultamente, con cautela. (RAE)
Somorgujar: Sumergirse, bucear.
Garcilaso, Égl. 2.49-50 "somorgujó de nuevo su cabeza / y al fondo se dejó calar del río".

La izquierda y el baile de los somorgujos, por el profesor La Haine


Galvani: Luigi Galvani (Bolonia, 1737-1798), en 1780 descubrió accidentalmente que bajo el influjo de una corriente eléctrica las patas de una rana se contraían. Prosiguió sus experimentos con ranas y luego con sus famosas "danzas con cadáveres" que en principio atrajeron morbosamente la atención de Mary Shelley en el siglo posterior; de allí, Frankestein*. (Básicamente, la deducción de Galvani, respecto de que los nervios conducen electricidad, era correcta).

* Hasta la época en que Mary Shelley escribió su famosa novela romántica, esas experiencias continuaban. En 1818, en la universidad de Glasgow, el médico Andrew Ure maravilló a un auditorio popular aplicando corriente al nervio frénico izquierdo y al diafragma del cadáver de un ajusticiado en la horca, con lo que logró la reanimación del cuerpo. Todo terminó en un frenético festival de horror cuando se aplicó corriente al nervio supraorbital y al talón. A medida que subía el voltaje, "se exhibieron las muecas más horribles... Rabia, horror, desesperación, angustia y sonrisas espantosas unieron su horrible expresión en el rostro del asesino", narró el propio Ure. La audiencia huyó espantada.


Barcarola:1. f. Canción popular de Italia, y especialmente de los gondoleros de Venecia.
2. f. Canto de marineros, en compás de seis por ocho, que imita por su ritmo el movimiento de los remos. (RAE).
También, título de uno de los más famosos, y quizá de los mejores, poemas de Pablo Neruda, de sombrías resonancias románticas.

El cielo italiano: Asociaciones:

Nel blu, di pinto di blu, de Domenico Modugno.

Italia vista desde el cielo

El cielo de Italia y el infierno de Zidane, final de la XVIII Copa del Mundo

Cielo, verano, Meridión:

Forse non sará un canzone
a cambiare le regole del gioco
(Tal vez no será una canción / la que cambie las reglas del juego)
Gianna Nannini , Un' estate italiana.


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