La poeta Juana Bignozzi, exponente de los 60, habló en Clarín. El poeta Santiago Llach le pegó duramente en su blog. Con violencia diría calculada.
Llach aporrea la figura "ideológica" de Bignozzi, la figura contramontonera-neomontonera, peronista-antiperonista a quien ahora Clarín consagra (así lo ve Llach). Bignozzi sacude a su vez a su casi coetáneo Juan Gelman porque recibió el premio Reina Sofía y porque se imita a sí mismo; a los talleres literarios porque fabrican "clones"; a la poesía española contemporánea porque rara vez usa palabras "de época" (ejemplo: gasolinera); a la ciudad española en la que vivió 30 años; al ambiente poético en general y al "bastardeo" de los recitales de poesía en particular.
Juana Bignozzi no parece ideológica. Parece más bien ególatra y malcriada. Verbigracia:
"nada tengo que enterrar/ no leo ante el auditorio despreciativo/ de las aldeas europeas que ellos creen conquistar/ yo viví en una aldea prestigiosa treinta años/ y me duele su ingenuidad ante lo mediocre".
Sin embargo, reivindica dos veces su crianza. Dos veces dice que es hija de obreros. La segunda vez es atrozmente ridículo lo que asocia a su clase de origen: "nací en una familia obrera y ese sentimiento (el pudor) pertenece a otra clase social". Por Dios, Bignozzi. Los sellos de clase se extraviaron en la rápida digestión de la cultura global decembistra, hecha de estilos no de clases; seguramente no es la falta de pudor el estilo de nadie, excepto de alguna farándula; o bien es el de todos.
Aplica Bignozzi a la poesía un aserto que al parecer no considera prudente aplicar a su vida:
"hay que saber callar ".
http://www.clarin.com/diario/2006/09/04/sociedad/s-03501.htm
http://www.monolingua.blogspot.com/
Hay que saber callar y hay que saber escribir. Lamentablemente, el fragmento o el texto citado de Bignozzi no me parece tan feliz como el resto de su obra. Bignozzi tiene derecho a decir que Gelman se repite, como lo tiene cualquiera. No por ningún premio. Creo, y esto es lo más triste, que Bignozzi está sola, en un país sin mito. El pudor lo hemos perdido todos. Bignozzi no precisa ser ideóloga. Es una gran poeta. ¿O acaso a Borges ahora no le perdonan sus barbaridades de reportaje?
ResponderBorrarY además ¿quién es Santiago Llach? ¿poeta? Vamos...
ResponderBorrarHace casi treinta años Borges viajaba a Santiago para recibir el Honoris Causa de la Universidad de Chile. Allí pronuncia una de sus más estaqueadas barbaridades: "Hay un hecho que debe conformarnos a todos, a todo el continente, y acaso a todo el mundo. En esta época de anarquía sé que hay aquí, entre la cordillera y el mar, una patria fuerte. Lugones predicó la patria fuerte cuando habló de la hora de la espada. Yo declaro preferir la espada, la clara espada, a la furtiva dinamita. Y lo digo sabiendo muy claramente, muy precisamente, lo que digo. Pues bien, mi país está emergiendo de la ciénaga, creo, con felicidad. Creo que mereceremos salir de la ciénaga en que estuvimos. Ya estamos saliendo, por obra de las espadas, precisamente. Y aquí ya han emergido de esa ciénaga. Y aquí tenemos: Chile, esa región, esa patria, que es a la vez una larga patria y una honrosa espada".
ResponderBorrarMatizando si es posible, un periodista contaba hace poco una experiencia referida por María Kodama que yo desconocía. Por esos días del ´76 Borges recibe un llamado telefónico de un miembro de la academia sueca. Esta persona le sugiere que el comité Nobel consideraría con agrado que declinara su viaje al Chile de Pinochet. Borges contesta "entenderá señor que a partir de su llamado me veo en la obligación de viajar a Santiago y recibir ese título". Corta el teléfono negro. Kodama trata de negociar entonces: "Maestro, tal vez usted pueda decir que está enfermo y así no viajar a Chile". Y Borges pegando su frente a la de ella, con aliento a pastillas de menta le dice: "María, piénselo ¿usted haría eso? ¿No? Entonces no me pida que lo haga".
A ver, Jorge: sin que importe mucho, supongo, realmente no veo dónde le pego duramente a JB. Más bien, te diría, lo contrario.
ResponderBorrarEn sus declaraciones públicas y en sus poemas, Bignozzi vuelve obsesivamente sobre su origen y su formación de clase obrera: a eso le llamo yo ideología, y esa resistencia anacrónica a la movilidad (decembrista, si querés) me interesa, en tanto figura literaria, anche política, por qué no.
Lo de Clarín es un chiste que a mí me resulta obvio: no creo que la "consagración" pase por una notita en la sección Cultura; a lo sumo es el efecto retardado de algo. Sólo, quizás, la constancia de que en esas instancias de pre-, para- o posconsagración, el discurso de un medio masivo (el discurso de Clarín) no puede evitar ese abordaje grandilocuente, "una de las grandes voces", esa idea media-media-media de la literatura como lugar prestigioso de un cierto saber...
De acuerdo, sl. "Duramente" forma parte de la jega "grandilocuente" de los rotativos, por eso mismo poco espesa, poco considerable. Pero "lo contrario" es difícil de percibir en lo que escribiste sobre Bignozzi.
ResponderBorrar"Bignozzi vuelve obsesivamente sobre su origen y su formación de clase obrera: a eso le llamo yo ideología": no es ideología, porque es obsesión precisamente, capricho, veleidad, berretín, no una idea política sobre el mundo que se ramifica hacia lo obsesivo y metafísico.
Que la resistencia anacrónica a la movilidad te interese, me parece bien. También me gustan las figuras en pose, las argucias troqueladas, el monumento corroído, las "categorías", y el viejo discurso bolchevique. Pero lo de Juana Bignozzi es apenas soberbia, y en parte resentimiento, y en gran parte egolatría, todo lo cual no me interesa.
Sorele: Respecto al comentario "¿O acaso a Borges ahora no le perdonan sus barbaridades de reportaje?" no veo qué perdonar a las boutades de Borges, además de que entre un comentario ocurrente y malicioso de Borges y la solemnidad clasista de Bignozzi hay casi tanta distancia como entre la prosa de Borges y la de Bignozzi.
no tengo la menor idea de qué es la "solemnidad clasista"; sí creo que los comentarios de derecha supina de borges no eran ocurrentes ni maliciosos; simplemente eran de derecha. Coincido con que el egocentrismo de Bignozzi es tal, tanto como su resentimiento, etc. pero, insisto, creo que provienen de una soledad (no la de "estar ni sentirse sola")mal habida. Hay algo más grave aún: cuando dice: "No soy lesbiana". Si bien es una indirecta hacia muchas y buenas poetas para "descontarlas porque ella es la mejor (de hombres, mujeres, heterosexualess y no: el encomillado es mío pero podría derivar del discurso de Bignozzi)" y la única, creo que se quedó en una pobreza de pensamiento que decepciona a quien considera a Bignozzi como persona inteligente, actualizada y de una altura obviamente superior a la física.
ResponderBorrar¿La "prosa" de Bignozzi...? Je, je, je.
ResponderBorrarcomo sea, me parece que están mezclando. no creo que "soberbia, resentimiento, egolatría" vayan en desmedro de la obra de un escritor; más bien suele suceder lo contrario.
ResponderBorrarla ideología es conciencia de clase, y en bignozzi la hay. salvo que nos pongamos althusserianos.
la prosa puede ser, porque de JB parece no haberla, pero en poesía...
Llach no tengo ni idea de a qué llamás conciencia de clase. Juana Bignozzi es sólo soberbia, egolatra aniñada (subrayo el "sólo"); eso no da para una ideología. Yo no dije ni una palabra sobre su poesía. Y pregunto: vos querés hacerme creer que hablaste a favor de JB en tu blog? Esto tengo que entenderlo entonces literalmente: "Grande Juanita contra los talleres
ResponderBorrarGrande Juanita la última poeta ideológica"? Yo hubiese jurado que ahí estabas usando el recurso retórico denominado "ironía". En fin, me equivoqué.
pero, lach, a vos te gusta le poesie de bognizzi?
ResponderBorrarpodríamos empezar a descariar respecto de ideología y conciencia de clase, falsa conciencia et al. para mí es algo tan basto (no vasto) como, insisto, "volver obsesivamente sobre el origen y la formación de clase". no, claro que no implica la desalienación ni mucho menos el turning point de un programa de transformación
ResponderBorrarma finíshela con tanta sanata que yo todavía no entendí qué quisieron decir con decembristas! Bignozzi nos pasa el trapo y ni así sacamos lustre. y a ver si en lugar de zaherirse cual habitués de la tertula de Cochonga Unzué arriman un ladrillo que se cae la paré.
ResponderBorrar"los borrachos en el cementerio/juegan al mus".
ResponderBorrarel usuario anónimo es mi ídolo.
aulicino: no le dé bola a los chicos de palermo viejo. viven en una pecera. no lo creerá pero son petimetres y a esto le falta rock.
usuario anónimo 2, el usuario anónimo1 jamás fue ídolo de nadie, así que modestamente por este medio desea conectarse: escríbame a mrpickwick63@hotmail.com si gusta.
ResponderBorrarY lo que genera Aulicino!
ResponderBorrarNo creo que a su compañera Garzón le dé para discurrir por esos vericuetos por donde andan sus observaciones y las del nefasto Llach (al que pareciera que ud. legitima todo el tiempo). Son tan "solemnes" ambos en sus disquisiciones, que Bignozzi parece una "malcriada", por suerte. Que sea "ególatra" no es un problema tampoco (mire ud a su alrededor; mírese).
En un tiempo prudencial, el lugar de JB lo ocupará su heredera cabal, Irene Gruss. Los arrebatos de la poeta -su amiga- entrarán a batallar en su posicionamiento. Y ud. qué dirá? O hará lo que todos en ese diario mezquino... callar?
Pero bueno, como Bignozzi -salvando las distancias- su poesía es buena de verdad.
Su pedantería, Aulicino, tampoco es agraviante.
Me alegro de que mi pedantería no sea agraviante, porque su suspicacia tampoco lo es. Veremos qué se hace con Gruss, si es que ocupa el lugar de bignozzi. En cuanto a los que callan, ¿por qué es usted tan pueril?
ResponderBorrarSeñores, lamento leer el último comentario de un tal lo-que-queda (otro que parece estar subido al tobogán de quien sube y/o baja primero, porque si es lo único o el único que queda estamos sonados). Tengan un cacho de altura, dedíquense a escribir en los blogs al menos algo interesante. Aulicino nos manda material de lectura y de debate o polémica dignos, es mi entender. No llama a un puterío, es mi entender. Acá no hay tabla de surf ni de posicionamiento alguno. Aulicino, reserve el derecho de admisión, deseche o incluya si quiere pero no rebaje esta fuente, plis. O ponga el consabido "Habiendo escaleras, el propietario no se hace cargo de...; prohibido esputar, etc.", Irene Gruss
ResponderBorrarAy Dios ver estas bajezas con nombre y apellido. Aunque sea usen seudónimo. Poetas con dos dedos de frente: abstenerse. Hagan lo que quieran con su culo, pero la poesía argentina que naufrague al menos media hora después, caraaaaaamba!
ResponderBorrarDebo entender que "olga volvé..." usa seudónimo por vergüenza.
ResponderBorrarEntienda lo que quiera, aulicino, como en el caso del post llach... Pero dejen de hacer papelones. Olga volvé tiene razón. Estemos a la altura, al menos, de los poemas que escribimos, ya que no de los que queríamos escribir.
ResponderBorrarIrene se ofendió y tiene razón. Perdón! Sólo quiero decirle que es la más grande, disculpe señora. Y es verdad, pero no creo que estemos sonados por gente como yo-se lo aseguro- que sólo estalló por bronca y está bien que defienda a su amigo; fueron sólo unos destellos. Creo que Aulicino legitima a Llach todo el tiempo y claro, eso no es ser suspicaz, eso es mierda, porque si por alguien está sonada la poesía en esra ciudad no es por gente como yo, sino por gente como él.
ResponderBorrarAulicino cree que no soy suspicaz y tiene razón, pero algo de lo que dice mi posteo de ayer es un poquitito más profunfo; claro que no hablo de "lucha de clases", pero bue, no me da...
Otra vez, perdón Gruss si la ofendí.
no alcanzo a comprender el daño que llach hizo a la poesía de esta ciudad. en cuanto a los anónimos... es el juego perversón de los blogs y lo acepto, pero "al menos" inventen un personaje
ResponderBorrarEs verdad lo-que-queda, qué le hizo Llach a la poesía porteña? No exageremos.
ResponderBorrarUna vez, estuve en una cena donde el poeta rosarino, actual patrón de la Casa de la Poesía local, DGh, le decía al nombrado hijo de Juan (palabra más, palabra menos): "Si nosotros te inventamos", en clara alusión al periódico que cumple 20 años en estos días. Entonces, digamos, que Llach es una víctima y los verdugos, allá. También dicen que en otros tiempos, por las oficinas del Gran Samoilo, pateaban pokemones y libros de Perlongher, despreciándolo, hasta que en un rato de sensatez lloraron su desaparición. Entonces, digo, no le den tanto a Llach.
Quizás sea un post del orden de la chismografía pero quería aclarar un poco la pregunta que siempre hace mi madre, filósofa barrial, tejedora de largo alcance: "¿sobre qué discuten los poetas?" "No hay discusión posible", le digo. "Sostener un canon es una meta que conlleva sangre".