lunes, marzo 27, 2023

Russell Edson / Tres poemas




La granja de hormigas

A pesar incluso de Colón, la tierra se hunde y vuelve a ser plana.
El cielo es una campana de vidrio donde un niño en una escala distinta contempla su colonia de hormigas.
Cuando el aburrido niño bosteza pasan doscientos años.
Un día nos hemos desplomado sobre el suelo del cuarto de juegos; el imprudente niño nos derriba con su camión de bomberos... Toda aquella suciedad cubriendo su cielo roto.
Tras ser barrida, la arrojan a un cubo de basura detrás del universo.


Contando ovejas

Un científico tiene una probeta llena de ovejas. Se pregunta si debería intentar encoger un prado para ellas.
Son como granos de arroz.
Se pregunta si es posible encoger algo hasta que deja de existir.
Se pregunta si las ovejas serán conscientes de su pequeñez, si tendrán algún sentido del tamaño. Quizá sencillamente piensen que la probeta es un establo de vidrio...
Se pregunta qué hacer con ellas; sin duda tienen menos carne y lana que las ovejas corrientes. ¿Ha bajado su valor comercial?
Se pregunta si podrían emplearse como un sustituto del arroz, una especie de arroz lanudo...
Se pregunta si no debería sencillamente machacarlas hasta convertirlas en una pasta roja.
Se pregunta si estarán reproduciéndose o si alguna de ellas habrá muerto.
Las coloca bajo un microscopio y se duerme contándolas...


El gato

Un viejo está vestido con lencería para divertir a su gato.  Dice, ¿Verdad minino que no sabías que tu papá era una dama?
Entonces recibe la visita de otro viejo, al que le dice, Probablemente te estés preguntando por qué llevo ropa interior de mujer. No, en absoluto, dice el otro viejo.
Seguramente tengas curiosidad, quizá incluso te dé un poco de asco el ver a un viejo jugueteando en ropa interior de seda como una gatita provocativa. 
Bueno, ahora que lo mencionas...
-Sí, hablemos claro.
En ese caso, ¿por qué demonios llevas ropa interior de mujer?
Para divertir a mi gato.
Para divertir a tu gato. ¿Por qué no lo has dicho antes? Eso lo explica todo. Por un momento pensé que te habías vuelto loco. A propósito, ¿dónde está el gato?
Yo no tengo ningún gato.

Russell Edson (Stamford, Connecticut, Estados Unidos, 1935-2014), "The Ant Farm" y "Counting Sheep", The Tunnel: Selected Poems 1964-1985, Oberlin College Press, 1994; "The Cat", en The Rooster's Wife, BOA Editions, Rochester, 2005
Versiones de Jonio González



THE ANT FARM

In spite even of Columbus the world collapses and goes flat again.
The sky is a bell jar where a child in another scale watches his ant farm.
When the bored child yawns two thousand years pass.
Someday we have crashed to the playroom floor; the careless child knocks us over with his fire truck… All that dirt lying in its broken sky.
Swept up, it is thrown into a garbage can at the back of the universe.


COUNTING SHEEP

A scientist has a test tube full of sheep. He wonders if he should try to shrink a pasture for them.
They are like grains of rice.
He wonders if it is possible to shrink something out of existence.
He wonders if the sheep are aware of their tininess, if they have any sense of scale. Perhaps they think the test tube is a glass barn…
He wonders what he should do with them; they certainly have less meat and wool than ordinary sheep. Has he reduced their commercial value?
He wonders if they could be used as a substitute for rice, a sort of woolly rice…
He wonders if he shouldn’t rub them into a red paste between his fingers.
He wonders if they are breeding, or if any of them have died.
He puts them under a microscope, and falls asleep counting them...


THE CAT

An old man is dressed in lingerie to amuse his cat. He says, You didn’t know your papa was a lady, did you, pussycat?
Then being visited by another old man he says to the other old man, You’re probably wondering why I’m wearing lingerie.
Not at all, says the other old man.
Surely you must be curious, perhaps even a little disgusted at seeing an old man romping about in silk undies like a sex kitten.
  Well now that you mention it. . . .
  —Yes, let’s put everything on the table.
  In that case, why in hell are you wearing women’s underwear?
  To amuse my cat.
  To amuse your cat. Why didn’t you say so, that explains everything. For a moment I thought you had lost your mind. Incidentally where is your cat?
  I don’t have a cat. ... 
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Foto: Russell Edson y su esposa, Frances, a comienzos de los años sesenta Jim Kalett / University of Pennsylvania / Kicks Starter

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