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te amaré nunca, para nunca
-superfluo, el poema, como la nada bella que indica:
el poema señala los límites, desde fuera de los límites-
aquí, pájaros amarillos rodean la fuente feliz
la soledad es la alianza, un hilo de sombra
su nudo invisible es un secreto compartido,
es un enigma demasiado evidente
recorreré todo el camino de mi corazón una vez más,
contemplaré con otro rostro y otro estupor las ruinas del mundo
he puesto todos los signos al servicio de nuestro entendimiento,
y el mundo en signos se ha desvanecido
María Julia de Ruschi (Buenos Aires, 1951), "Tierra sagrada", Polvo que une, Alción Editora, Córdoba, Argentina, 2012
Ilustración: Bird Cloud, 1926, Lyonel Feininger
esos dos últimos versos... ¡conmoción! (anónimo)
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